deba - La ciudad canadiense de Collingwood acogerá entre los días 5 y 8 del próximo mes de julio la disputa de los Wheelwod Games o campeonatos del mundo de crossfit para personas con discapacidad. Y en esa competición tomará parte el debarra de 25 años Xabi Osa; “junto a una chica de Barcelona”, el único deportista del Estado que ha logrado clasificarse para disputar el mundial de una disciplina deportiva que, por increíble que pueda parecer, conoció en septiembre de 2017 “cuando al regresar de una estancia de cinco años en Washington empecé a entrenar en el gimnasio Basoa de Zarautz”.

El joven debarra disputará los Wheelwod Games en la categoría para personas con discapacidad en brazos (también hay modalidades de piernas y silla de ruedas) y en ella tendrá que competir con las otras cinco personas que, como él, lograron el billete para la cita canadiense en los Wheelwod Regionals; una competición que se celebró a comienzos de este mes de mayo y que consistió en “completar cinco entrenamientos o pruebas diferentes en solo una semana”.

Al tratarse de un campeonato que se disputa a nivel mundial “al terminar cada entrenamiento cada uno de los doce participantes que habíamos superado la fase inicial que arrancó en febrero debíamos enviar un vídeo del trabajo realizado para que la organización realizara la valoración oportuna y decidiera qué seis deportistas sumaban una mayor puntuación y pasaban a la fase final de julio”.

Según explica el propio Xabi, el crossfit es “una técnica de entrenamiento que encadena movimientos de diferentes disciplinas al mismo tiempo, tales como la halterofilia, el entrenamiento metabólico o el gimnástico”. Y eso es a lo que tendrá que enfrentarse en la final que se disputará durante cuatro días en Canadá, “a un mínimo de nueve pruebas de diferentes disciplinas que no sabré en qué consisten hasta que llegue el momento de competir”.

Aunque no inició su idilio con el crossfit hasta hace unos pocos meses, Xabi Osa empezó a entrenar en el gimnasio “sobre todo con barra y pesos muertos” hace un lustro, durante su estancia en la capital estadounidense. Según sus palabras, acudió allí “inicialmente para trabajar un año como informático, pero luego empecé a estudiar Administración y me aficioné a hacer deporte en el gimnasio; hasta el punto de que llegué a compaginar mis estudios con un trabajo a tiempo parcial en un gimnasio de la cadena Golds Gym, que es donde empecé a trabajar las modalidades de power lifting y strongman”.

premio al sacrificio Para cuando empezó a practicar crossfit el deportista debarra ya contaba con una notable experiencia en ejercicios con pesas; aunque esa experiencia no le ha evitado tener que meter “muchísimas horas” para poder clasificarse para los Wheelwod Games.

De hecho, Xabi reconoce que preparar la competición en la que está inmerso “ha sido muy duro, sobre todo a nivel mental, porque he tenido que compaginar los entrenos con mi trabajo en el restaurante de mi padre”.

A pesar de todas las dificultades, Xabi ha entrenado “unas 4 o 5 horas diarias, repartidas en las mañanas, las tardes y a veces hasta por la noche”.

Aún así, considera que el esfuerzo y el sacrificio realizado en los últimos meses “ha merecido la pena” y que, una vez conseguida la clasificación para el mundial, está “disfrutando muchísimo compartiendo este premio con mi grupo del gimnasio Basoa, que es como mi segunda familia”.

Y es que Xabi asegura que “en vista del altísimo nivel existente en el campeonato, no podía ni imaginarme estar a las puertas de disputar la fase final en mi primera participación”.

El joven debarra irá a la cita de Canadá “con la satisfacción de haber llegado hasta aquí pero también con la intención de hacer un buen papel”. Es consciente de que va a ser muy difícil hacerse con un puesto entre los tres mejores, aunque, eso sí, espera que su logro “sirva para que otras personas con discapacidad se animen a practicar deporte y a competir, sea en crossfit o en cualquier otra disciplina”. Todo ello porque, según asegura, “tener una discapacidad no impide que se pueda hacer deporte ni competir a un alto nivel”. Él es el mejor ejemplo.