La denominada Energiewende alemana se ha convertido en un referente en toda Europa. Se trata del proceso de transición energética por el que la República Federal de Alemania (RFA) ha decidido reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, eliminar las centrales nucleares para generar electricidad, y apostar por las energías renovables y la eficiencia energética. Todo ello propiciando un cambio tecnológico que permita a la industria alemana encontrar nuevos nichos de mercado y segmentos de negocio ligados al sector energético.
El adjunto al embajador de Alemania en España, el ministro de la Embajada encargado de Asuntos Económicos, Werner Schaich, ha explicado esta pasada semana en Euskadi, de la mano del Ente Vasco de la Energía (EVE), dependiente del Gobierno vasco, en qué consiste la transición energética alemana.
“Es un proceso complejo con el horizonte en el año 2050 que tiene como objetivo alcanzar un abastecimiento energético seguro, rentable y sostenible, sustituyendo las energías fósiles por renovables y consiguiendo un ahorro de energía”, destaca Schaich. En cifras, se pretende, por ejemplo, que en 2050, el 80% de la electricidad generada en Alemania sea de origen renovable.
El representante de la embajada alemana en Madrid recuerda que “el concepto de transición energética tiene casi dos décadas de vida y está muy ligado a la lucha contra el cambio climático”. Los objetivos de Alemania están vinculados a los de la Unión Europea “e incluso son más ambiciosos”.
efecto invernadero Originalmente, el Gobierno federal pretendía reducir un 40% los gases de efecto invernadero en comparación con los niveles de 1990 de cara a 2020 pero Schaich reconoce que “ya sabemos que no vamos a poder cumplir dichos objetivos en tan poco tiempo. Aunque hemos hecho un gran avance no llegaremos a las cifras previstas en 2020”, expone.
El acuerdo de coalición del nuevo Gobierno alemán contempla aumentar las subastas para nuevas implantaciones de energía solar y eólica para poder reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. En concreto se prevé el despliegue de 4 GW de energía solar y eólica terrestre, así como de 1 GW de eólica offshore marina en el periodo 2019-2020.
Uno de los elementos más notorios del cambio energético alemán es “el abandono de la energía nuclear para generar electricidad. El plan contempla que en 2022 todas las centrales atómicas alemanas estén cerradas y en ello hay un gran consenso de todo los partidos políticos y del pueblo alemán”, afirma Schaich.
El diplomático alemán reconoce que en este proceso de transición se han cuestionado los costes de las energías renovables pero considera que cuando se comparan con otras como la nuclear hay que incluir todos los costes de esta última.
La energía nuclear aunque no genera, apenas, gases de efecto invernadero tiene los peligros y costes derivados de un accidente nuclear para la salud pública que son considerables. “Económicamente en ningún lugar del mundo existe una compañía de seguros que acepte asegurar una central nuclear en un caso de accidente, por lo que los costes se reparten entre toda la población. Y hoy en día, además, hay otras fuentes de energía más competitivas, y todo ello sin incluir los costes de almacenamiento de residuos radioactivos durante los próximos 10.000 años”.
Para compensar el cierre de las centrales nucleares, Alemania ha realizado un desarrollo acelerado de implantación de energías renovables hasta el punto, por ejemplo, de que tiene un parque solar instalado más importante que el de España pese a que sus condiciones de horas de sol son muy inferiores. Es más, según destaca Werner Schaich, “Alemania ya produce más electricidad en punta de fuentes renovables que el máximo que ha tenido mediante centrales nucleares”.
En 2017, las renovables aportaron el 13,2% de la electricidad en Alemania frente al 6,1% de las nucleares.
El auge de las renovables está generando un problema añadido, según el diplomático, y es la necesidad de “incrementar el esfuerzo inversor y tecnológico para contar con nuevas redes de transporte y distribución más eficientes” porque la mayor generación de energía renovable, en concreto la eólica, se produce en el norte del país y la mayor demanda de energía, las grandes fábricas, están en el sur, “por eso es preciso hacer fuertes inversiones en nuevas redes de transporte de electricidad en el eje norte-sur”.
conexión subterránea Schaich reconoce que existe una cierta oposición popular a la instalación de nueva redes de alta tensión aéreas por lo que “estamos trabajando en conexiones subterráneas que son más caras y costosas, y cuestan más tiempo ponerlas en marcha”. El resultado es un desfase en estos primeros años de la transición energética que hace que se produzca una cierta contradicción. “Tenemos que mantener unos años las centrales térmicas tradicionales de carbón y gas para asegurar el abastecimiento”.
Dado que las energías renovables dependen de la variabilidad derivada del clima meteorológico, la transición energética alemana “implica un importante esfuerzo inversor en nuevas tecnologías de digitalización de las redes, con el auge de las smart grid, y de desarrollo de nuevos sistemas de almacenamiento de energía”. Además, es preciso “profundizar en la creación de un mercado interno de la energía en la Unión Europea, con una mayor capacidad de interconexión entre los diferentes países europeos”.
El representante de la embajada alemana reconoce que en esta primera fase los costes de la energía eléctrica en la República Federal de Alemania han subido estos últimos años y son altos para los consumidores domésticos, -en el caso de la industria, gran consumidora de energía, tiene deducciones fiscales que abarata sus coste para las empresas-, pero considera que la transición energética “es una oportunidad para la industria alemana en dos aspectos, en la creación de puestos de trabajo pues se considera que el mercado de energías renovables ha generado unos 400.000 empleos, y en el desarrollo de nuevas tecnologías que le permitirá encontrar nuevos negocios a futuro”.
No hay que olvidar que el manejo de las renovables precisa de mejoras en las tecnologías de almacenamiento y en los sistemas de control y gestión de redes, con la implantación de las citadas smart grid. Y esto supone un negocio importante para los próximos años, según los representantes empresariales germanos.
La transición alemana contempla también reducir el consumo total de energía aumentando la eficiencia y, de hecho, “la industria alemana ha conseguido mejorar sus resultados económicos reduciendo su consumo de energía en más del 10%”.