El euskera, sin estatus legal en Iparralde por un voto
La Asamblea Nacional rechaza una propuesta no de ley para fomentar su uso
Las lenguas minoritarias, entre ellas el euskera, continuarán sin estatus legal en el Estado francés después de que la Asamblea Nacional rechazará por un solo voto una propuesta no de ley para fomentar el uso del corso, del bretón, o del catalán en la enseñanza, la vida pública y los medios de comunicación. Las miles de personas que todavía se expresan en una de las 75 lenguas minoritarias autóctonas en Francia tendrán que seguir dependiendo de iniciativas populares para fomentar el uso de estas lenguas, condenadas a limitarse al ámbito privado.
Para estas comunidades lingüísticas, entre ellas un 30% de la población de Iparralde, este resultado es un nuevo jarro de agua fría después de que en octubre de 2015 el senado rechazará ratificar la Carta Europea de las lenguas minoritarias. En 2012, François Hollande, por entonces candidato socialista a la presidencia de la República, prometió ratificar el texto que Francia firmó en la década de los 90. La izquierda, que por primera vez gozaba de mayoría al mismo tiempo en el senado y en la Asamblea Nacional, tardó meses en ratificar el texto y perdió la ocasión de poder llevar a cabo dicha propuesta al ver reducida su representación en las últimas elecciones senatoriales. La derecha, que cuenta de nuevo con mayoría en el senado, rechazó debatir sobre la cuestión con 180 votos frente a 155.
Paul Molac, único diputado regionalista bretón en la Asamblea Nacional, conoce mejor que nadie la importancia que puede tener un voto. La propuesta no de ley a favor de las lenguas regionales que presentó hace unos días fue rechazada por catorce votos contra trece, en un hemiciclo que cuenta con 577 escaños. Molac se muestra consternado por lo ocurrido ya que durante el pleno varios artículos fueron aceptados y parecía que las lenguas regionales iban a ser por fin algo más que parte del patrimonio del país de la declaración de los derechos humanos. Sin embargo, en la última votación, catorce votos contra trece impidieron que el texto saliera adelante, ya que a pesar de estar ausentes en este momento, se contabilizaron los sufragios de varios diputados socialistas que habían dejado su procuración. La maniobra del PSF sorprendió a los defensores de las lenguas minorizadas, sobre todo porque algunos de los ausentes que finalmente pudieron votar en contra se muestran a favor de la promoción del occitano en su Dordoña natal.
Ninguno de los tres diputados de Iparralde participó en la votación. El centrista Jean Lassalle, cuya lengua materna es el béarnes, no se ha pronunciado sobre la cuestión, mientras que las dos diputadas socialistas por Lapurdi Colette Capdevielle y Sylviane Alaux lamentan la forma en la que tuvo lugar el debate, sin consenso previo y sin contar con un examen previo en la comisión que trata estos asuntos. Capdevielle apuesta ahora por presentar, en colaboración con el Gobierno, un texto que legalice las escuelas que imparten una enseñanza en inmersión. El presidente de Seaska, la federación que agrupa las ikastolas de Iparralde, también reclama un reconocimiento para unos centros educativos en los que está escolarizado un 10% del alumnado de Euskadi norte. Paxkal Indo asegura que seguirán trabajando con las diputadas socialistas para conseguir una ley durante los próximos meses, antes de que termine la legislatura dentro de un año.
Euskal Konfederazioa, que reúne todos los organismos euskaltzales de Ipar Euskal Herria, denuncia que la derecha y la izquierda usan las lenguas minoritarias de forma partidista ya que siempre consiguen aparcar las propuestas presentadas por sus rivales. Su portavoz, Sébastien Castet, recuerda que siguen exigiendo al Gobierno una ley ambiciosa que permita conceder igualdad al francés y al euskera y que respete por fin la dignidad de los locutores de estas lenguas.
Por su parte, el exconsejero regional de Aquitania y militante occitanista David Grosclaude califica la maniobra del PSF de autentico escándalo y denuncia que un diputado de extrema izquierda tache de “locos” a los defensores de las lenguas regionales. “¿Acaso están locos el primer ministro Manuel Valls, la exministra de Justicia Christiane Taubira y muchos diputados por hablar en su esfera privada en otra lengua que el francés?”, pregunta Grosclaude.
En Iparralde, que cuenta con cerca de 300.000 habitantes, algo más de 55.000 personas dominan la lengua vasca, sobre todo entre los que tienen más de 65 años. En los últimos quince años, el euskera ha perdido a 5.000 locutores y las tres provincias acogen cada año a 3.000 nuevos vecinos procedentes del resto del Estado francés.
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