donostia - El sector cárnico de Gipuzkoa encajó ayer el golpe “demoledor” que supuso el informe publicado el lunes por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y defendió la calidad y el tratamiento artesanal de sus productos, que pasan por exhaustivos controles de seguridad. El estudio relaciona el consumo de carne procesada (embutidos, salchichas o preparaciones en conserva) con el cáncer de colon y alerta de que la carne roja, entendida como toda la carne muscular de mamíferos como la res, la ternera, el cerdo, el cordero, el caballo y la cabra, “probablemente” también sea cancerígena.

Tras conocer esta noticia extraída del informe realizado por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), ganaderos, productores y carniceros guipuzcoanos se quedaron “perplejos”. Xabier Iraola, coordinador de la organización agraria de Gipuzkoa ENBA, afirmó que es “demoledor” que se asocie la carne procesada y la carne roja “con cáncer”. “La salud depende de la dieta en su integridad y del modo de vida, no de un único alimento”, defendió Iraola. “Todo alimento del cual abuses tiene sus riesgos, pero ninguno en sí es cancerígeno”, añadió.

Industrial o artesanal Iraola quiso destacar la diferencia entre la carne procesada de forma industrial y el producto artesanal, algo que no distingue con precisión el informe de la OMS. “No es lo mismo que el proceso de una salchicha lo haga un carnicero en su propio obrador, que salchichas que están hechas no sé dónde y que tienen muchos aditivos y conservantes”, recalcó. De la misma forma, Juan Ramón Bujanda, veterinario clínico en varios caseríos de Gipuzkoa, apoyó que “la carne que se consume aquí, de nuestros caseríos, es totalmente saludable. Ni se hidrogena como el beicon, ni se salazona como el embutido, ni se hace pasta”.

Este veterinario recordó que las campañas relacionadas con el sector alimentario “siempre son malas”, como por ejemplo con la gripe aviar, cuando comerse un huevo frito “era peligrosísimo”. O cuando se extendió que el queso contenía plomo, o el salmón de Noruega, mercurio. “Muchas veces son campañas interesadas con guerras de precios entre ellos. Pero queda el runrún, y disminuye una barbaridad el consumo de ese alimento”, lamentó.

condiciones sanitarias Así, apeló al “sentido común” y al consumo moderado de los productos cárnicos. “La carne es un buenísimo alimento, sabiendo que está producida en condiciones sanitarias, que son las de aquí. La alarma del beicon y las salchichas cutres, no tiene nada que ver con un filete de ternera”, reiteró. Por ejemplo, la Ganadería Familiar Limousin situada en Beizama, donde trabaja Jon Arruti, este mismo año ha pasado dos inspecciones sanitarias. “A nosotros nos controlan desde el nacimiento del animal, hasta el sacrificio y el punto de venta. Controlan los sistemas de manejo y de alimentación”, detalló el ganadero.

En esta línea, Arruti subrayó que en Europa la carne “está súper controlada”, pero añadió además que en Euskadi “somos más rigurosos que en ningún sitio”. Al contrario que en otros países, como Brasil, “donde tienen su manera de producir, o en Estados Unidos, donde están permitidas las hormonas”, apuntó. En este contexto, Euskal Okela quiso disipar dudas y asegurar la calidad de su carne. Para ello, recuperó un informe que indica las propiedades que tiene la carne de vacuno, como excelente fuente de proteína, y las medidas de seguridad con las que trabaja la marca.

Por último, Arantza Larrarte, carnicera de Yoseba Barriola Harategia en Tolosa, defendió que “hay que quitar ese miedo -generado por el informe de la OMS- porque no estamos todos dentro del mismo saco”. En su carnicería elaboran los productos “en casa”, por lo que ayer no notaron el efecto del estudio, aún así se mostraron “muy enfadados” por la publicación de la información.

simple alarmismo Todos estos profesionales del sector coincidieron en que la afirmación de la autoridad mundial de la salud cae en el alarmismo, algo frecuente en el sector alimentario, que sufre estos “ciclos”, según Arruti. De hecho, este ganadero opinó que la gran damnificada de esta historia será la propia OMS. “Se les ha ido de las manos y la gente ya no se lo cree”, apostilló.

Por su parte, el coordinador de ENBA criticó que “han sido más perjudiciales los titulares de los medios que el propio informe de la OMS”, pues opinó que “las alarmas en manos de medios simplistas pueden hacer mucho daño”.

Asimismo, admitió que existe cierto temor a que los consumidores aparten la carne de su dieta durante los próximos días. “Mientras esté el tema en los medios o las redes sociales, la gente reduce el consumo. Salvando las distancias, ocurrió con las vacas locas, cuando muchos dejaron de comer carne y otros optaron por comer carne de confianza. Luego ya se olvidaron y volvieron a la carne a precio”, anunció, pues auguró que podría repetirse esta conducta dañando el sector.

No obstante, confió en que “la gente está suficientemente informada como para decidir”.