Bilbao - El secretario general de EA, Pello Urizar, ha sido uno de los dirigentes de EH Bildu políticamente más activos en lo que va de verano. Durante el último mes ha aludido a la necesidad de reformular la coalición para “mejorarla” y ha achacado al PNV que ejerza de “contención” del independentismo. Antes de tomarse unas semanas de descanso, el líder de EA explica estas posiciones, reivindica el papel de su partido y no elude la autocrítica tras los resultados del 24-M. “Parte del mensaje de ilusión que desde Bildu transmitíamos en 2011 se ha quedado en el camino”, indica.
A nivel personal, ¿cómo llega al final de un curso político tan intenso?
-Más allá de lo que se pueda percibir desde la sociedad, que lo ve con distancia, la dinámica política te quita mucho tiempo y es muy exigente. Yo suelo llegar con la necesidad de recargar las pilas y, por lo que veo a mi alrededor, es algo general entre quienes estamos en política.
¿Está zanjada la autocrítica que en el caso de EH Bildu siguió a las municipales y forales del 24-M?
-Se suele decir que tras las elecciones nadie pierde, pero nosotros decidimos que íbamos a trasladar la realidad sin enmascararla. Creo que hicimos autocrítica antes incluso de que se escrutase todo el voto en Nafarroa, que fue lo más positivo para nosotros. La autocrítica hay que hacerla al principio, de manera clara, y a partir de ahí mirar hacia adelante. No obstante, somos una coalición en constante evolución y hay cuestiones que debemos revisar. No hemos logrado conectar como queríamos con la sociedad y es una realidad a la que tenemos que dar la vuelta.
¿A qué conclusiones han llegado? ¿Por qué se han ido los votos?
-Depende. Hemos visto de una manera muy clara que cada territorio tiene una forma de responder.
La pérdida de apoyos ha sido especialmente significativa en Gipuzkoa. ¿Asumen que ha habido una relación entre la gestión en determinadas instituciones y la sangría de votos?
-Ha habido ayuntamientos de Gipuzkoa en los que repetimos Alcaldía, otros donde la hemos perdido a pesar de subir en número de votos y otros en los que hemos perdido votos y el gobierno. No es todo extrapolable, pero no hay que esconder que parte del mensaje de ilusión que transmitíamos en 2011 se ha quedado en el camino. La percepción que en 2015 se tiene de Bildu no es la misma que en 2011. ¿Quiere eso decir que hemos hecho todas las cosas mal? No, pero hay una percepción diferente y ahí está nuestra responsabilidad.
¿La lectura de los resultados en Bizkaia es diferente?
-Teniendo en cuenta la población de Bizkaia, el efecto ha sido proporcionalmente menor. Aunque se ha perdido alguna Alcaldía importante como Sopela o Gernika, el número de alcaldías que tenemos es el mismo. En todo caso, la lectura es más positiva en Araba y sobre todo en Nafarroa. La manera de actuar de EH Bildu y su generosidad ha permitido un cambio en el Gobierno y en la inmensa mayoría de ayuntamientos navarros, incluyendo Iruñea. En Araba también hemos actuado con generosidad y hemos posibilitado un cambio dejando claro al PP que las políticas de la xenofobia no tienen cabida.
Esta semana ha acusado al PNV de ejercer de “contención” del independentismo. ¿No resulta un tanto exagerado?
-Es que el PNV va en el sentido contrario a la independencia, no es una cuestión de que proponga otros tiempos. Una cosa es marcar unos tiempos, pero tienes que dejar claro cuál es tu objetivo y avanzar hacia él. El nuestro es que Euskal Herria, con sus siete territorios, sea un Estado independiente en Europa, obedeciendo al ritmo de cada realidad administrativa. Lo decimos en todos los ámbitos, mientras que el PNV habla de independencia en un Alderdi Eguna y luego lo enmascara. Promover un acuerdo como el que mantiene con el PSE, y querer hacerlo extensivo a un acuerdo estatal con Pedro Sánchez, es ir en sentido contrario. Ha pactado con un partido que no reconoce el derecho a decidir de la sociedad vasca.
Lograr un mayor autogobierno o un reconocimiento del hecho nacional vasco, ¿no significaría avanzar?
-Se tiene que reconocer el hecho nacional vasco con la capacidad de desarrollarlo también. En el Estado tienes derecho a ser independentista, a exponerlo, pero no a llevar a cabo esa opción. Se vio con el planteamiento de nuevo estatuto de Ibarretxe. Cuando ETA estaba activa se decía que a través de las vías democráticas cualquier opción se podía desarrollar. Y se ha visto que no es cierto.
Ha hablado recientemente de unilateralidad y ha mirado a Catalunya. ¿Qué vía concreta plantean?
-La unilateralidad es la única opción que tenemos. Preferiríamos la vía de Quebec o Escocia, pero para eso hace falta tener a alguien con disposición al otro lado. Miramos a Catalunya porque ha tratado de establecer un marco de relación con el Estado por todos los medios, y creemos que hay cosas que se pueden trasladar. En todo caso, los pasos concretos de una vía vasca los debemos cerrar entre las formaciones políticas y la propia sociedad civil.
¿Cree que hay mimbres en la sociedad para impulsar un proceso soberanista? ¿Aprecia un anhelo independentista mayoritario?
-Hay mimbres suficientes para empezar a hacer ese camino, aunque no estamos en la misma situación que en Catalunya o Escocia. Vemos unos posicionamientos políticos que también condicionan la realidad de la sociedad vasca. Hay una fuerza política que es EH Bildu que apuesta claramente por esa vía y otra que un día dice que sí y otro que no. El posicionamiento de los partidos influye en la sociedad, aunque nuestro objetivo es que la sociedad condicione a las formaciones políticas.
¿Ve a la sociedad tirando de los partidos políticos hacia un eventual proceso soberanista?
-No estamos en esa etapa, pero creo que la sociedad civil está cogiendo cuerpo también, y todavía se tiene que hacer más trabajo.
Activar esa vía teniendo en cuenta la realidad política y el reparto de votos que existe, no ya en Iparralde, sino en Nafarroa, ¿no podría acrecentar la brecha entre las dos comunidades?
-No desde el momento en el que planteamos una Euskal Herria que incluya las tres realidades, pero entendiendo que hay que respetar los ritmos de cada una. ¿Sería negativo el proceso independentista si Bizkaia, Gipuzkoa y Araba fuesen por su cuenta y Nafarroa e Iparralde decidiesen más tarde? Yo creo que no. Aunque lo óptimo sería avanzar de manera conjunta, no podemos negar a la sociedad navarra el derecho a que decidan avanzar o no en ese camino. Tenemos que buscar las fórmulas adecuadas para que el proceso se dé en todos los territorios.
¿En qué fórmulas piensan?
-Los partidos del régimen han tratado de obviar que existe una relación natural e histórica entre Nafarroa y la CAV, y han primado la relación con La Rioja o Aragón. Eso debe cambiar. Se pueden generar órganos intermedios de gestión entre las dos comunidades, una vía que en su día planteó EA y se comenzó a impulsar. Habría que delimitar un tipo de relación que permitiese un acercamiento normalizado, pero donde no se percibiese ningún tipo de amenaza. Se ha querido alimentar desde los partidos del régimen el fantasma de que la CAV engulliría a Nafarroa y eso no está en ningún cálculo político.
Este verano ha puesto encima de la mesa la necesidad de dar mejor encaje a los independientes en el seno de EH Bildu. ¿Qué propone?
-Teniendo en cuenta el recorrido que ha tenido la coalición como Bildu, Amaiur y EH Bildu, tras un ciclo de cuatro años, hay cuestiones que se deben revisar. Planteamos que cada una de las formaciones esté cómoda, pero proponemos además una fórmula abierta de coalición. Sabemos que hay muchas personas que se identifican con el proyecto de EH Bildu, pero no con las formaciones políticas en concreto. Queremos atraerlos, pero no para que participen de la manera tradicional, que utilizaba a los independientes como mirlos blancos. Creemos que una persona que quiera militar en EH Bildu, sin ser afiliado de ninguno de los partidos, debe tener la capacidad de trabajar y decidir en cualquier ámbito de la coalición.
¿Eso les servirá para atraer a nuevos votantes?
-Lo que pudimos comprobar en 2011 es que cuando trasladas la posibilidad de cambio y te posicionas como una herramienta que genera ilusión, la gente se suma a ese proyecto. Lo vimos desde el inicio en el Arenal de Bilbao de aquella campaña. En aquellos comicios se vio en la CAV y ahora se ha visto en Nafarroa o en los ayuntamientos de Iruñea y Gasteiz. Cuando trasladas ese compromiso de hacer todo lo posible para lograr el cambio atraes a la gente.
Buena parte de la sociedad identifica estrictamente EH Bildu con Sortu. ¿Le llega esa percepción?
- Es obvio que formaciones políticas externas a Euskal Herria Bildu están queriendo identificar cada vez más a EH Bildu con Sortu y la izquierda abertzale. Es una maniobra lógica porque la izquierda abertzale del pasado, la que representaban HB o Batasuna, tiene un espacio social, que es el que es, pero que no le genera vértigo al PNV o una inquietud por un posible sorpasso. Sin embargo, en 2011 el PNV no sintió eso con respecto a Bildu: sintió que era una opción mucho más amplia. A partir de ahí, el objetivo es intentar reducirlo todo a esa lectura de que EH Bildu es Sortu y los demás acompañantes.
Y entiende que eso no obedece a la realidad...
-No hay más que comparar el mensaje de la izquierda abertzale en 2009 con el de EH Bildu en 2015 para darse cuenta. Nuestro objetivo es demostrar que hay diferentes culturas políticas. EH Bildu es más que Sortu; queremos que eso se perciba y además queremos ser una coalición aún más plural. Las culturas políticas que forman EH Bildu están dispuestas a aglutinar más de lo que hoy somos en la coalición.
¿Cómo valora el peso de EA en la coalición? ¿Qué cambios plantea?
-Desde EA creemos que la estructuración de EH Bildu debe ser más efectiva, ya que el día a día requiere una estructura adecuada que hasta ahora hemos suplido con mucho trabajo y voluntarismo. Tenemos que saber aprovechar los recursos comunes y los de cada formación.
¿Cree que la identidad tradicional de EA, con aquel mensaje de ‘euskal sozialdemokrazia’, está salvaguardada en EH Bildu?
-Si se compara la forma de actuar de EH Bildu hoy con la manera de proceder de Eusko Alkartasuna y del resto de formaciones en el pasado, creo que la menor diferencia se percibe con respecto a EA. El modo de funcionar o el dar importancia a todas las instituciones es una característica sobre todo de EA. En EH Bildu estamos desde la socialdemocracia hasta la izquierda alternativa, y nosotros nos denominamos socialdemócratas siendo muy críticos con las banderas que ha abandonado en las últimas décadas. No todos los compañeros de la coalición estarán de acuerdo, pero creemos que la actividad política actual de EH Bildu es una socialdemocracia avanzada.
¿Cuál será la apuesta de EH Bildu de cara a las generales?
-La reflexión es que Euskal Herria no puede aguantar otros cuatro años de gobierno del Partido Popular. De la misma manera que hemos apostado por cambios en Nafarroa o en Gasteiz, creemos que se debe dar un cambio. En base a esta reflexión, consideramos que hay que rentabilizar cada voto y nos pareció bastante acertada la propuesta de candidaturas unitarias que desde la sociedad civil y con el apoyo de algunos profesores universitarios se trasladó. No hemos ido más allá en la reflexión y aún no nos hemos reunido con los promotores.
Parece que Podemos no está por la labor de explorar esa vía.
-Han manifestado sus reticencias y respetamos su posición. Estamos a la espera de conocer en profundidad el planteamiento de los promotores y nos satisface que planteen el reconocimiento del derecho a decidir como una de las premisas. Nuestro planteamiento es que se deben rentabilizar todos los votos.
Durante el homenaje a Joxe Mari Korta se vertieron reproches a la izquierda abertzale. ¿Está satisfecho con los pasos que se han dado en relación a las víctimas en el seno de la coalición?
-Tradicionalmente, ha habido actos de víctimas en los que Eusko Alkartasuna ha estado siempre presente. Este es uno, aunque no creemos que sea más importante que otros homenajes que pueda haber. Creo que en EH Bildu se ha hecho un esfuerzo por asumir posturas respecto a las víctimas que en EA y en otras fuerzas de la coalición eran naturales. Somos conscientes de que constituyen un paso adelante por la convivencia y la normalización de la sociedad vasca. En algunos actos hemos participado como EA porque entendíamos que participar como EH Bildu generaba más problemas de los que podía resolver, y en otros hemos participado como EH Bildu. Valoro positivamente los pasos que se han dado y se deben dar más.