donostia - Los conductores que circulaban en dirección contraria han provocado en Gipuzkoa la muerte a nueve personas en los últimos quince años. Aunque los casos de conductores kamikazes se cuentan por decenas en la red viaria vasca en todo ese periodo, son los menos los que terminan segando vidas como la de Beatriz Hernández Rivas, vecina de Errenteria de 43 años que el pasado lunes por la noche se dirigía a su trabajo cuando un camión que circulaba en sentido contrario la embistió. El chófer infractor multiplicaba por ocho la tasa máxima permitida de alcohol y se enfrenta a penas de prisión que suman hasta los 20 años. Más que los 15 años que le cayeron a otro conductor que en 2008 segó la vida de una pareja de Donostia en la AP-8 huyendo de la Policía.

En los últimos cinco años ha habido en las carreteras y ciudades del Estado unos 100 muertos y cerca de 160 heridos graves en los 350 casos de accidentes de tráfico de este tipo, según la DGT. Se calcula que ocurren unos 130 siniestros al año y que en ellos mueren entre 25 y 30 personas. Son provocados por conductores que circulaban en dirección contraria debido a desorientación, falta de visibilidad, altas tasas de alcoholemia, ingesta de drogas, discusiones en el interior de los vehículos o de manera intencionada (suicidas) para subir los índices de adrenalina. En todos estos accidentes el balance es desgarrador, porque al dolor por las muertes, lesiones graves, discapacidades sobrevenidas, se suma lo inesperado e injusto del tales siniestros.

Uno de los casos más terribles tuvo lugar el pasado lunes día 3 en la N-I, a la altura del barrio Larrea, a 300 metros de la gasolinera de Villabona. Eran las 22.45 horas, cuando el Citroën C-3 conducido por la errenteriarra Beatriz Hernández Rivas fue arrollado por un camión trailer VI-9700, conducido por una transportista portugués de 55 años. Llevaba nueve kilómetros circulando en dirección contraria y sembrando el pánico por la autovía desde Alegia a Villabona, donde se topó con su víctima. A consecuencia de la colisión, el turismo comenzó a arder y la conductora del coche falleció en el acto.

El camión de la marca Iveco causante del accidente se salió de la carretera y volcó sobre el lateral izquierdo, quedando atrapado entre los hierros el chófer, que finalmente fue rescatado por los bomberos y posteriormente ingresado en el hospital Donostia, en estado grave. En un análisis de sangre posterior, autorizado por la autoridad judicial, el conductor portugués dio una tasa de alcohol de casi ocho veces superior a la permitida.

a la cárcel por riesgo de fuga El camionero que embistió al coche de Beatriz se enfrenta a penas que, sumadas, podrían alcanzar hasta los 20 años de cárcel. Conducía bajo los efectos del alcohol, con una tasa de 1,15 miligramos de alcohol por litro en aire expirado (2,31 gramos por litro en sangre), mientras la tasa máxima permitida es de 0,15 miligramos en aire (0,3 gramos en sangre) para los conductores de vehículos de transporte de mercancías. La juez ha decretado su ingreso en prisión por el riesgo de fuga y bajo la acusación de homicidio doloso.

El camionero prestó declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tolosa, que acudió a tomarle declaración al hospital Donostia, donde el conductor ha permanecido estos días custodiado por la Ertzaintza. Estuvieron presentes en la diligencia también el fiscal David Mayor, el secretario judicial y el abogado del conductor.

La víctima, Beatriz Hernández Rivas, residía en el barrio Olibet de Errenteria y trabajaba en la planta que la empresa Angulas Aguinaga tiene en Irura, adonde acudía cuando ocurrió el desgraciado accidente. Numerosos vecinos y amigos han expresado estos días sus muestras de cariño hacia la fallecida.

La enorme tasa de alcoholemia que arrojó el conductor le enfrenta a penas superiores a las que se impusieron en Gipuzkoa a otro conductor que protagonizó uno de los accidentes más graves de este tipo que se recuerda.

Se produjo hace más de diez años; en febrero de 2005, cuando un todoterreno (Volkswagen Touareg) conducido por un traficante de drogas que huía de la Guardia Civil en dirección contraria por la AP-8, entre Mendaro y el alto de Itziar, en dirección a Irun, provocó la muerte de una pareja residente en Donostia.

La Audiencia de Gipuzkoa condenó a quince años de prisión a este ciudadano francés de 35 años que provocó el accidente y tras recurrir el fallo, el Tribunal Supremo confirmó esta pena en junio de 2008; tres años después del accidente.

2002, año negro Especialmente negro resultó en Gipuzkoa el año 2002 en lo que se refiere a este tipo de accidentes, ya que fallecieron cuatro personas en dos siniestros y varias más resultaron heridas. Ambos se produjeron en la N-I. El primero en febrero, durante los Carnavales de Tolosa, donde fallecieron un exconcejal socialista de Lazkao y un vecino de Aia que acudía a su trabajo.

El otro accidente ocurrió el 23 de septiembre del mismo año, con dos fallecidos y cuatro heridos, a la altura de Legorreta, también en la N-I, la vía más conflictiva del territorio en este sentido. Murió el conductor de un Renault, matrícula de Navarra, y un joven paquistaní de 25 años que conducía un Fiat. Además hubo cuatro heridos.

El último fallecido en Gipuzkoa implicado en un accidente de este tipo antes del siniestro de esta semana se produjo hace tres años. En el mismo murió un vecino de Zegama de 79 años que se incorporó con su microcar -un coche pequeño sin matrícula- en dirección contraria a la N-I entre Olaberria y Beasain; y chocó contra un Audi A-4 en el que viajaban niños, uno de ellos un bebé de meses. Por suerte, los ocupantes de este vehículo salvaron la vida.

En Gipuzkoa ha habido otros casos sonados que se saldaron con menores daños e incluso sin heridos y con la simple intercepción de los vehículos infractores por parte de las fuerzas de seguridad.

De este modo, en agosto de 2006, otro traficante de droga de origen magrebí y residente en Francia, que transportaba un cargamento de hachís, sembró el pánico en la AP-8. Ocurrió de madrugada tras saltarse un control de la Guardia Civil y colisionar, en su huida en dirección contraria, con otros dos vehículos.

Otro conductor ebrio que provocó un accidente con cuatro heridos a finales de 1999 en Tolosa resultó condenado a cuatro años de prisión por provocar un accidente cuando circulaba bajo los efectos del alcohol en dirección contraria y sin luces hacia Anoeta e hirió cinco personas, tres de ellos miembros de una familia que iban en otro coche.

los estragos del alcohol También en febrero de 2004 un joven de 29 años, vecino de Eibar, fue interceptado ebrio por la Ertzaintza. Iba conduciendo un turismo por la AP-8 a la altura de Deba. En el mismo año, otro conductor de 36 años, ebrio, provocó una colisión en la variante de Donostia e hizo salirse de la calzada a otro vehículo.

En 2006, a la altura de Idiazabal, un vecino de Zumaia que circulaba en dirección contraria por la N-I, fue detenido tras chocar contra un camión y comprobarse que conducía bajo los efectos del alcohol.

Más recientemente, hace cuatro años, en agosto de 2011, otro conductor, un guipuzcoano de 51 años que triplicó la tasa máxima de alcohol, circuló durante diez kilómetros por la N-I, también desde Alegia hasta Villabona, sembrando el terror en la autovía. Se trata prácticamente del mismo tramo que el camionero portugués completó el pasado lunes. Y ese mismo agosto de 2011, dos semanas antes, una conductora de 50 años fue detenida por la Ertzaintza por conducir en dirección contraria por la N-I y provocar un accidente de tráfico en el que se vio implicado otro vehículo.

Otro caso sonado fue el de un conductor kamikaze de 50 años que en mayo de 2005 fue arrestado tras circular desde Lasarte-Oria hasta Villabona en dirección contraria por la N-I. En su caso, además de estar ebrio, tenía el carné retirado.

más de 100 muertos Anualmente, según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT), la media de accidentes debido a conducción en sentido contrario es de 60 a 130 siniestros con 20 a 30 muertos y unos 70 heridos. Lo que nos da un balance en los últimos cinco años, de 2011 a 2015, de aproximadamente cien muertos, unos 160 heridos graves, en cerca de 350 casos de accidentes. El número es preocupante, porque la cifra no se reduce tras los continuos avisos públicos de prudencia, incluso en este verano de 2015 se detecta un incremento con respecto al año anterior.

¿Qué es un kamikaze? La DGT denomina a estos infractores Conductores en Conducción Contraria (CCC) y en la última década han provocado una media de 130 accidentes anuales, con entre 25 y 30 muertos cada año. La mayoría son errores del individuo o la señalización; los suicidas son un porcentaje mínimo.

Mayores de 65 años. Una mirada a los partes de siniestros ocurridos nos descubren que los conductores responsables de este tipo de accidentes son más hombres (80%) que mujeres. Sin embargo, la mitad de los conductores implicados tanto de un sexo como del otro tenían edades entre los 65 y los 80 años. En casi todos estos casos, la principal causa de accidentes fueron despistes en las vías de acceso a las autopistas. Por ello, seguramente, sería conveniente revisar la señalización existente en los accesos y salidas de las autopistas.

Más peligro de madrugada. La madrugada y el anochecer son las horas más peligrosas, ya que el 70% de esos accidentes se produjeron en ese horario, principalmente en los accesos y salidas de las ciudades. La escasa visibilidad, el cansancio, y el sueño son malas consejeras para la conducción, sobre todo de las personas mayores. Otras causas que se han detectado son el alcohol (en un 25%), las drogas, distracciones con móviles, GPS, además de la conducción temeraria incluso sin carnés, reincidentes, y en fuga de la Policía.

Kamikazes ilesos. Las estadísticas señalan que en estos accidentes se producen desenlaces fatales para cualquiera de los conductores afectados. Sin embargo, se ha detectado que los más perjudicados suelen ser los conductores y acompañantes de los vehículos que circulaban correctamente, mientras un 25% a 30% de los causantes de los accidentes suelen resultar ilesos o con lesiones menores, tal vez porque conduzcan vehículos de mayor cilindrada.

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Uno de los casos más graves ocurridos en Gipuzkoa en los últimos años se produjo en febrero de 2005, en la AP-8, entre Mendaro y Deba. Un traficante de drogas que huía en dirección contraria de la Guardia Civil chocó frontalmente con otro vehículo y provocó la muerte a una pareja de Donostia. Fue condenado a quince años de prisión por la Audiencia de Gipuzkoa y tras recurrir, el Supremo confirmó esta condena en 2008. El conductor portugués que mató a la mujer de Errenteria el pasado lunes se enfrenta a penas que suman hasta 20 años.