¿Quién no ha oído en los últimos años la palabra "emprendedor", por lo menos, dos veces al día? "Hay que emprender", "hay que apoyar al emprendedor", "ecosistemas de emprendimiento". La persona emprendedora se erige como nuestra salvadora en un contexto económico en el que trabajar por cuenta ajena y, mucho menos en la misma empresa para toda la vida, ha dejado de ser una realidad desde hace tiempo. Y que tambien , las organizaciones, para poder seguir siendo sostenibles a largo plazo, deben ser innovadoras y emprender nuevos proyectos. Pero ¿cómo puede una organización innovar y emprender si sus personas no son innovadoras y emprendedoras?
Es así que las organizaciones de todo tipo demandan cada vez más profesionales innovadores que se comporten de una manera emprendedora, personas proactivas con un fuerte componente de automotivación y capaces de contagiar a los demás; personas que miren al futuro y a lo desconocido sin miedo, con determinación y en una búsqueda constante por nuevas oportunidades.
Ante esta situación, desde el año 2005, la Universidad de Deusto entrena a jóvenes universitarios para que deseen, sepan y se sientan capaces de emprender, de cambiar las cosas, de actuar. Se trata de un entrenamiento de tres años de duración y complementario a sus estudios universitarios de grado y dobles grados, que les ayude a pasar de ser personas emprendedoras latentes a emprendedoras activas. Un programa en el que han tomado o están tomando parte actualmente más de 250 personas.
El programa de entrenamiento es el Título Propio de Especialización en Innovación y Emprendimiento, conocido como Innovandis, y está centrado en ser más y no tanto en saber más. Durante tres años, se entrena a los "Innovanders" para que sean capaces de identificar y potenciar sus talentos y ver oportunidades donde otros ven problemas y, sobre todo, a actuar y hacerlo con sentido, rigor y, por qué no, diversión. Se trata de encontrar una pasión que haga que disfrutemos trabajando para hacerla realidad, y de saber disfrutar de todos los momentos, por los que hemos de pasar a lo largo de este viaje. Momentos buenos y no tan buenos, que generarán emociones diversas que hay que saber identificar y afrontar.
El equipo lo forman personas con diferentes perfiles y un mismo sueño. Consultores, investigadores, académicos, coachs, docentes, artistas..., con empresa propia, autónomos o trabajadores por cuenta ajena pero, todos, emprendedoras y emprendedores con el sueño de acompañar al estudiante en esta apasionante aventura de descubrimiento interior y transformación para la construcción de un mundo mejor.
Se trata de un entrenamiento orientado a la acción, donde se busca que se equivoquen cuanto antes para aprender más rápido, generando contextos para que eso suceda. Se potencian contextos que les alejen de su zona de confort para que se sientan incómodos, para que experimenten el miedo a la incertidumbre y al cambio. Se potencia, asimismo, que tomen las riendas de su vida y de su aprendizaje haciéndoles responsables de sus actos y omisiones, porque en esta vida no todo vale. Los valores de justicia social priman frente a un sistema que hasta ahora ha entendido el enriquecimiento económico y el lucro como un fin y no como un medio para generar cambios sostenibles en el tiempo. Se les anima a ser agentes de cambio y conseguir un efecto positivo en la sociedad. Por ello, se trabaja la sostenibilidad en sus tres flancos: económico, social y medioambiental.
El emprendimiento no es una disciplina per se y puede darse en todos los ámbitos laborales y profesionales. Por eso, el programa se cursa de manera paralela y complementaria a cualquier grado o doble grado que los estudiantes de la Universidad de Deusto en su campus de San Sebastián hayan elegido. De hecho, es gracias al rigor y calidad de estos grados y dobles grados por lo que en Innovandis se utilizan metodologías diferentes e innovadoras que trabajan sobre la pasión y las emociones. Esta mezcla de diferentes perfiles entre el estudiantado es una de las grandes riquezas del programa.
También se trabaja en la desmitificación de la gran idea de negocio. De hecho, no es necesario, ni que ésta sea propia, ni siquiera el fin último del programa es crear una empresa, sino potenciar el comportamiento emprendedor e innovador de las y los futuros profesionales. En definitiva, podría decirse que se trata de un vivero de personas emprendedoras y no tanto de empresas. Y, sobre todo, se potencia la figura de la persona emprendedora porque ha detectado una oportunidad y no porque se vea empujada a esa opción por necesidad.
Desde el comienzo el programa Innovandis se ha venido fortaleciendo gracias a una red de profesionales y organizaciones de diferentes ámbitos para enriquecer aún más la experiencia del programa (colaboraciones con el Instituto Ibermática de Innovación, la Fundación de la Innovación Bankinter y su think tank de expertos internacionales, Jose Ramón Mandiola - experto coach-, Asier Pérez de Dowayo así como personas emprendedoras del Foro de Emprendimiento de ADEGI como Iranzu Sainz de Murieta e Iñigo Benedicto de Sinnple Innovación Social, o Mikel Cortés e Imanol Abad de Breaking Molds, entre otros).Las organizaciones encuentran aquí nuevo talento para reinventarse en un nuevo contexto y/o para lanzar nuevos proyectos. Este es el caso de proyectos como Deskontu, Pantori, The Loaf, Wattio o Innovae Vision que cuentan entre sus equipos con personas que han pasado previamente por Innovandis. Tal es la apuesta y el interés de las organizaciones que hasta existen personas a nivel particular y empresas que se acercan al programa para ofrecerse como benefactores y becar a estudiantes para que realicen este programa de entrenamiento. En el presente curso seis innovanders han recibido la ayuda de varios benefactores del programa para hacer frente a su coste.