Donostia. La Ertzaintza investiga las extrañas circunstancias que rodean la muerte de Amaia Azkue, una vecina de Getaria de 39 años, madre de dos niñas, cuyo cuerpo sin vida apareció el miércoles en aguas del embalse de Ibaieder, en Azpeitia. La autopsia reveló que la víctima, muy conocida en Zarautz, donde tenía escolarizadas a sus dos hijas, murió por los múltiples traumatismos provocados por una brutal agresión. Fuentes de la investigación apuntaron ayer que se descarta un caso de violencia de género.
La principal hipótesis que se maneja es que la mujer pudo ser abordada por algún conocido, y no se descarta la presunta autoría de un vecino de la zona. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.
La pista de Amaia se pierde en torno a las 12.30 horas del miércoles. No se volvió a saber nada de ella hasta las 17.15 horas, cuando el cuerpo sin vida de esta mujer natural de Orio y vecina del alto de Meagas, entre Getaria y Zarautz, apareció sumergido en las aguas del pantano de Azpeitia. La víctima no recibió ningún disparo, ni fue agredida con un arma blanca como inicialmente se sospechaba. ¿Qué ocurrió en ese intervalo de tiempo? La Policía sospecha que Amaia pudo trabar contacto con algún conocido de su entorno, aunque por el momento no se descarta ninguna otra hipótesis.
Lo cierto es que fiel a sus costumbres, esta conocida vecina de Meagas, habitual deportista, aparcó su vehículo frente al Polideportivo de Zarautz, adonde acudía a diario y en el que solía aprovechar para tomar algún café con las amigas. Amaia acudió al centro deportivo y estacionó su vehículo.
El coche La Ertzaintza buscaba ayer el coche con el que se desplazó al centro deportivo, un Meganne cuyo paradero se desconocía al cierre de esta edición. La hipótesis de que pudo ser algún conocido de la víctima quien trabó contacto cobra fuerza en la medida que no hay testigos presenciales de ningún forcejeo en la zona, según apuntaban ayer las primeras investigaciones.
La calle Araba de la localidad, donde se ubica el polideportivo en el que se pierde la pista de la mujer, es lo suficientemente transitada. Un supuesto acto de intimidación habría levantado algún tipo de sospechas entre los vecinos de la zona, en el caso de que la mujer hubiera sido retenida por la fuerza. Por el momento, no se trata más que de una hipótesis.
El cuerpo sin vida de Amaia emergía en las aguas del pantano cinco horas después. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Donostia, donde ayer se le practicó la autopsia. La víctima presentaba fuertes golpes en la cabeza y en la cara, según informó ayer el Departamento vasco de Interior.
En las inmediaciones del lugar donde apareció el cadáver, en el barrio Nuarbe de Azpeitia, los agentes hallaron una pistola de balines. Los agentes descartaron que se tratara del arma homicida.
El cadáver apareció la tarde del miércoles poco después de que dos mujeres que habitualmente pasean por los alrededores del pantano encontraran restos de sangre y algunas vestimentas.
Una de estas mujeres regresó a su casa alertada por lo ocurrido y le informó a su marido del hallazgo. El marido y un hijo de ésta, con la ayuda de un bombero fuera de servicio que practicaba footing, fueron quienes hallaron el cadáver flotando en el agua. Buzos de la Er-tzaintza rastrearon la zona. Agentes de la Policía Científica y de la Unidad de Investigación Criminal también estudiaron las huellas en el supuesto lugar del crimen, que ayer continuaba acordonado.
Las sospechas por su desaparición se fueron agrandando conforme transcurría la tarde. Era extraño que la ama no acudiera al colegio público Orokieta, donde estudian sus dos hijas. Fue una amiga de Amaia quien, al parecer, recogió a las pequeñas mientras se prolongaba la ausencia de la mujer. Amaia continuaba sin aparecer. La tardanza ya se antojaba fuera de lo común, y el marido de Amaia, transportista de profesión, interpuso una denuncia por su desaparición en la comisaría.
La conmoción se adueñó ayer de Zarautz, donde Amaia era muy conocida. Fuentes de su entorno informaron de que la víctima era una mujer que "se desvivía por sus hijas", con quienes pasaba las tardes en el parque que hay junto al colegio Orokieta de la localidad. "Cuando me he enterado, me ha venido un escalofrío al cuerpo que no lo puedo ni asimilar. Solo pienso que ha tenido que ser una equivocación, porque no me entra en la cabeza", confesaba emocionada una conocida de la víctima. "Su vida eran sus niñas", indicaba.
El mismo día en el que presuntamente se perpetró el crimen, a primera hora de la mañana, Amaia departía entretenida con vecinas del barrio mientras hacía sus compras. Nadie en su localidad sabía ayer qué pudo ocurrir a "una mujer muy amable y extrovertida". El marido de Amaia es un hombre volcado en su trabajo como transportista, y siempre ha hecho gala de su discreción.
reacciones Las reacciones ante el crimen no tardaron en llegar. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Zarautz denunció ayer "la muerte violenta de Amaia Azkue", una mujer "muy vinculada" a la localidad.
Todos los partidos representados en el Consistorio suscribieron el escrito de condena, en el que los miembros de la Corporación trasladaron a la familia y sus amistades "la solidaridad y el cariño de la ciudadanía zarauztarra". El Consistorio puso a disposición de la familia los medios necesarios.
La Junta de Portavoces del Consistorio deseó "el pronto esclarecimiento de este terrible y lamentable hecho", una solicitud a la que se sumó la concejala de Igualdad del Ayuntamiento, Mariana Aranburu. "Lamento profundamente este terrible suceso y espero que todo se aclare cuanto antes", señaló.