Neandertales y cromañones en Baiona
El museo vasco alberga hasta el 22 de mayo una exposición sobre la prehistoria en aquitania con 2.000 objetos
dEL Paleolítico a la Edad de Bronce. Las investigaciones de los últimos veinte años en Aquitania sobre ese periodo que abarca más de 300.000 años están a la vista en el Museo Vasco de Baiona.
Las vitrinas de la instalación cultural permiten observar cerca de 2.000 objetos utilizados por neandertales y cromañones durante ese espacio temporal, que al otro lado del Bidasoa ha legado un rico patrimonio.
Las salas del museo bayonés ofrecen al visitante hasta el 22 de mayo un verdadero regreso al pasado a través de piedras talladas, huesos decorados, cerámicas y objetos de metal.
Vídeos, planos, maquetas y recreaciones contextualizan las épocas a lo largo de tres salas, donde se recorren los asentamientos, la transición entre el paleolítico medio y superior del Neandertal al Cromañón, con sus simbolismos y organización social.
Entre las piezas estrellas expuestas en Baiona destaca la famosa Dama de Brassempouy, que habitualmente es posible observar en el Museo de Saint-German-en-Laye.
Tampoco faltan objetos procedentes de cuevas tan conocidas como Isturitz, Erango, Duruthy o Bourrouilla en Erango (Behe Nafarroa).
En este último caso, se trata de una pequeña cavidad de diez metros de longitud que, desde 1986, ha ofrecido significativos hallazgos del Magdaleniense junto a restos más recientes del Mesolítico, protohistórico y de época Medieval.
La muestra también recoge la reconstrucción de las excavaciones llevadas a cabo durante la construcción de la autopista Pau-Langon.
En cuanto a la gruta de Isturitz (Behe Nafarroa), de la que se pueden observar objetos recientemente hallados, expone la transición entre la desaparición de los neandertales ante los cromañones.
Esta época está abundantemente representada en esta cueva gracias a la decena de excavaciones desarrolladas durante los últimos lustros.
Esta cavidad ha confirmado la hipótesis de la llegada progresiva, hace al menos 37.000 años, de grupos humanos auriñacienses. Antes de ellos, lo habitaron los neandertales y, tras ellos, se convirtió en un refugio para carnovoros, principalmente hienas.
Todos estos detalles se pueden apreciar con facilidad gracias al recorrido cronológico dispuesto por los organizadores de esta muestra que ya se ha podido ver en el Museo de Aquitania de Burdeos.
El evento ha dado pie a la edición de un libro que explica toda la riqueza prehistórica existente al otro lado del Bidasoa.