Casasola, que compareció hoy en rueda de prensa en Pamplona ante el inicio del juicio por el asesinato de su hija, reconoció que inicialmente era reticente a que la decisión sobre el caso recayera en un jurado popular pero señaló que ahora entiende que "los jurados son personas normales, que tienen padres, hijos o hermanos, y que van a ver lo que pasó ese día realmente". "Confío en el pueblo navarro", agregó.

Nagore Laffage, joven natural de Irun, fue asesinada el 7 de julio de 2008 en un domicilio de Pamplona y después fue trasladada por el autor del crimen al paraje de Oianburu de Orondritz para intentar ocultarla.

El fiscal responsabiliza por estos hechos al joven pamplonés José Diego Yllanes Vizcay, para quien solicita la pena de 20 años de cárcel. Según el Ministerio público, el móvil del crimen fue la negativa de la joven a mantener relaciones sexuales con el acusado.

Asun Casasola, que está citada a declarar como testigo en el juicio, señaló que el procesado le produce "indiferencia" y afirmó que tiene "muy claro" que lo ocurrido fue un asesinato. "El va a salir de pobrecillo, de buena persona que nunca ha roto un plato, va a hacer el papelón del siglo. Sus testigos van a intentar lavar su imagen, porque es la única escapatoria que tiene, porque ha matado a la niña", afirmó.

CONCENTRACIÓN

La madre de la joven asesinada hizo un llamamiento a los ciudadanos para que la próxima semana acudan al juicio para expresar su apoyo a la familia de la víctima. Antes del inicio del juicio, la familia de la joven irunesa ha convocado una concentración el sábado a las 12 horas en la plaza del Vínculo de Pamplona con el lema 'Por tu ausencia', para exigir "verdad, justicia y memoria" para Nagore Laffage, explicó Asun Casasola.

La madre de la joven defendió que "las mujeres tienen derecho a decir 'no' y a vivir sin violencia" y exigió que "los maltratadores no queden impunes y que no sea la mujer la que siempre salga perdiendo".

En la comparecencia de la madre de la joven de Irun estuvieron presentes representantes del Gobierno vasco, del Parlamento vasco y del Parlamento navarro, además de la presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Rafaela Romero.

Romero deseó que el juicio pueda desarrollarse "con normalidad" y confió en que se haga "justicia y se aplique la ley". La presidenta de las Juntas de Gipuzkoa afirmó que la "violencia machista es el ejemplo más sangrante y tráfico de la desigualdad entre hombres y mujeres" y apuntó que "el hombre quiere mantener a la mujer bajo su voluntad mediante asesinato, el golpe, la patada, el escupitajo o el zarandeo".