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Trama 'Gürtel' Las revelaciones del sumario acorralan a Rajoy

Esperanza Aguirre ha logrado que el foco del escándalo viajara de Madrid a Valencia. Allí Francisco Camps, el gran artífice de la victoria de Rajoy en el último congreso, podría provocar que el presidente "popular" no sea candidato del PP a La Moncloa.

Trama 'Gürtel' Las revelaciones del sumario acorralan a Rajoy

Camps se está quedando solo, ni el archivo de la causa abierta en su contra, decretado por el tribunal que preside su "más que amigo", le frena en su caída. Ahora la Fiscalía ha recurrido ese archivo, Rajoy le pide durante una comida -que duró cinco horas- que tome medidas y sus rivales dentro del partido comienzan a pedir explicaciones. Además, el juez Juan Luis de la Rúa ha sido denunciado por prevaricación tras votar a favor de Camps.

Francisco Camps fue uno de los encargados de aupar a Rajoy a la presidencia del partido. El actual líder del PP llegó al cargo a través del dedo de Aznar y cuando tuvo que caminar solo, allí estaba Camps.

El presidente valenciano neutralizó los intentos de Esperanza Aguirre de disputar a Rajoy la presidencia y fue quien preparó el congreso popular en Valencia. Ahora a Rajoy le cuesta despegarse de su más incondicional apoyo, pero la situación ya se antoja insostenible.

Del "yo creo en ti" o "Camps es un político honrado que cuenta con todo mi apoyo" ha pasado a pedirle que "tome medidas y actúe con contundencia" y que haga un "esfuerzo por explicar las cosas". Frases que no han logrado calmar a Aguirre y sus seguidores.

El archivo de la causa dictado por el TSJV, cuyo presidente se declara sin pudor "más que amigo" de Camps, no ha evitado que el Tribunal Superior madrileño haya solicitado las cuentas que los jueces valencianos no quisieron investigar, ni que la Fiscalía recurra ese archivo.

Los vítores a Rajoy cuando entregó al ala derecha de su partido la cabeza de Mariano Fernández Bermejo se han tornado en críticas a la gestión del casoGürtel a laque se culpa de que el partido no logre despegarse del PSOE en las encuestas en medio de la mayor crisis económica desde hace décadas. Un terreno abonado para la derecha y que ha supuesto la debacle electoral de los socialdemócratas alemanes, la caída del laborismo de Brown en el Reino Unido, del socialismo en Francia y la pérdida de la mayoría absoluta de Sócrates en Portugal, que da a la derecha lusa más escaños que al PSP.

Con el Estado español batiendo récords de paro y con la recuperación todavía más allá del horizonte, Rajoy sigue suspendiendo en las encuestas, lo que aviva los deseos de Aguirre de ser, no ya la "lideresa" del partido sino la candidata a "presidentesa" del Gobierno. Sus partidarios han encontrado en esta trama una inesperada oportunidad de vendetta contra Rajoy y su corte. Por ello cargan contra Camps, satanizan a Ana Mato y piden que Cospedal se vuelva a Castilla-La Mancha.

La pesadilla comenzó con la grabación de unas conversaciones ordenadas por el juez Garzón, tras las que el magistrado creyó haber encontrado suficientes indicios como para abrir una investigación sobre una supuesta trama de corrupción que operaba en Madrid, Valencia y la Costa del Sol. Esto sucedía el 6 de febrero. A partir de ahí el sumario comenzaba a poner nombre, dirección y sobre todo carnet -el del PP- a los implicados.

En un principio parecía que iba a ser Esperanza Aguirre quien tuviera que pagar el coste político del escándalo, no en vano los primeros vínculos del cabecilla, Francisco Correa -gürtel es correa en alemán-, iban al Ayuntamiento madrileño de Boadilla del Monte, cuyo alcalde era uno de los principales implicados.

En plena "crisis de los espías", el cerco se estrechaba en torno a la presidenta madrileña. Junto con el alcalde Arturo González Panero, compartían la lista de implicados, el gerente del mercado Puerta de Toledo en Madrid, Guillermo Ortega, y el Consejero de Deportes de Aguirre, Alberto López Viejo.

Los tres dimitían, aunque González Panero tardaba 24 horas en hacerlo, tras mantener un enfrentamiento público con Rajoy. Panero continúa como concejal.

Ese mismo día Garzón ordenaba la segunda detención; cae el bigotes. Álvaro Pérez Alonso era el hombre de Correa en Valencia, al frente de la empresa Orange Market. Fue representante de Andrés Pajares varios años, además de su sobrino político. Alonso organizó el acto central en Valencia durante la última campaña electoral, en marzo de 2008, cuando en teoría ya no se contaba con él. Su mujer, ex mammachicho, es ahora una famosa presentadora de Canal 9.

Los populares, desorientados, encontraron una causa común tras conocerse que el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, enemigo confesodesde que en 2003 se enfrentara al ministro de Justicia de Aznar José María Michavila, había participado en una cacería junto al juez Garzón. Toda la rabia acumulada al inicio del sumario cayó sobre un Bermejo que tuvo que dimitir.

Mientras, Garzón dejaba en libertad a el bigotes y encarcelaba a Correa, Pablo Crespo -ex secretario de organización del PP gallego- y Antoine Sánchez -primo de Correa-.

El casoGürtel da un inesperado giro al conocerse que el presidente valenciano, Francisco Camps, podría estar involucrado en la trama: habría conseguido trajes por valor de 30.000 euros a cambio de supuestos favores a la trama de corrupción.

Caído Bermejo, el siguiente objetivo era Garzón y el PP se ponía manos a la obra acusando al juez de filtrar el sumario para perjudicar al partido. La presión lleva al magistrado al hospital tras sufrir una crisis de ansiedad.

Aguirre y los suyos respiraron tranquilos mientras la trama se cerraba en torno a Camps y al propio Rajoy, que veía involucrado al mismísimo tesorero del partido, Luis Bárcenas.

Tras conocer la presencia en el sumario del alcalde de Pozuelo de Alarcón y del ex alcalde de Arganda del Rey, Jesús Sepúlveda, los afines a Aguirre contraatacan. Ana Mato, vicesecretaria general del partido y estrecha colaboradora de Rajoy, estuvo casada con Sepúlveda, quien presuntamente recibió de Correa un coche Jaguar valorado en 8 millones. Con ese argumento el periódico y la radio afines a la presidenta comienzan una campaña contra Mato. Mientras, las dimisiones se suceden a medida que sus nombres se van filtrando del sumario. Se obliga a dimitir y suspende de militancia a todos salvo a los aforados, un doble rasero que sienta mal dentro del partido.

el sumario llega a valencia El sastre de Camps reconocía que los trajes los pagaba la empresa de el bigotes. Mientras, Garzón llevaba ya 55 imputados -ahora son 71-, entre los que se encuentra el tesorero del PP, Luis Bárcenas. Por su parte, el TSJM se inhibía en favor del valenciano, ante el que declaró el presidente valenciano como imputado y rodeado de un centenar de cargos de su partido. Con Camps estaba imputado el número dos del PP valenciano, Ricardo Costa, el ex vicepresidente del Consell Víctor Campos y el ex jefe de gabinete de la Consejería de Turismo Rafael Betoret; el escándalo hundía sus garras en la Comunidad valenciana. Lo burdo de la organización, montada por unos personajes rayando en lo friki, quitaban a Camps la poca credibilidad que le quedaba tras la mentira de "mis trajes me los pago yo".

La tijera se cierra en el cuello de Rajoy empujada por los perdedores del Congreso. El presidente popular intentó reconducir la situación hace unos días reuniéndose con Camps en un hotel durante cinco horas. Rajoy no logró convencerle. Le instó a tomar medidas, a forzar dimisiones, a salir en público, a defenderse..., pero sin éxito. Ahora, la oposición interna trata de minar a otro de sus apoyos y piden a Dolores de Cospedal que deje su puesto y se vuelva a Castilla-La Mancha.

En el PP las espadas están alto y cada paso judicial acarrea otro movimiento interno, que da a los críticos la posibilidad de lograr su objetivo: que el candidato a las elecciones no sea Mariano Rajoy.