en las décadas de los 80 y 90, las enfermedades de transmisión sexual se convirtieron en una lacra. Prácticamente, cualquier persona tenía relación, directa o indirecta, con algún afectado. Una pandemia que, además, se cebó considerablemente con el colectivo de los homosexuales. No obstante, la sociedad tomó conciencia ante el problema y se pusieron los medios para atajarlo. Pero los datos de los últimos años indican un relajamiento por parte de la sociedad, ya que el número de afectados por las enfermedades de transmisión sexual está creciendo. ¿Los avances médicos han podido quizás frenar su caída porque ya no se tiene miedo a padecerlas?

La asociación Harribeltza lleva desde 1994 luchando contra el sida, ayudando y atendiendo a los enfermos y llamando la atención a la sociedad ante los peligros del VIH. Cada verano salen a la palestra para alertar sobre los peligros de contraer una enfermedad de por vida. Ellos han constatado ese relajamiento de la sociedad y lo corroboran con dos informes.

Por un lado, con el de Osakidetza de nuevas infecciones, en el que se indica que en 2016, 158 personas se notificaron como nuevos diagnosticados en Euskadi infectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), un dato que mantiene el registro de los últimos años. Y, por otro lado, con el informe del Ministerio de Sanidad sobre la evolución de las infecciones de transmisión sexual en los últimos 20 años, que alerta del aumento de pacientes de sífilis y gonorrea.

Joseba Errekalde, integrante de la asociación afincada en Oiartzun, se muestra “frustrado” ante esta realidad, puesto que el nuevo dato mantiene año tras año una cifra similar, sin que se pueda descender completamente su número. La principal causa parece evidente, según sostiene: “La sociedad se ha relajado, ya no se le teme como antes a las infecciones sexuales ni al VIH”.

En 1998, la cifra de nuevos diagnosticados por VIH en Euskadi bajó por primera vez de los 200, y aunque en 2008 y 2009 se volvió a superar ligeramente esa cantidad, lo cierto es que prácticamente en 20 años gira en torno a los 158 actuales.

Casi 8 de cada 10 de las nuevas infecciones corresponden a hombres (un 79,7%) y 4 de cada 10 lo contrajeron tras mantener relaciones homosexuales (44,3%). “Se trata de un dato que nos preocupa notablemente, puesto que es un colectivo que históricamente ha sufrido mucho con esta epidemia y que había conseguido ponerse las pilas”, sostiene Errekalde.

Diagnóstico tardío

Si hay un dato que preocupe considerablemente es el del número de diagnósticos tardíos. “El mayor peligro radica en dejarlo pasar e intentar hacer frente a la enfermedad cuando ya no se puede y ya no se tienen fuerzas”, manifiesta el miembro de Harribeltza, añadiendo que es una realidad que “ya no debería seguir dándose”.

Más de la mitad, el 52,5% de las nuevas infecciones de VIH en 2016, presentó un diagnóstico tardío. A pesar de que la información y los avances médicos han evolucionado, a día de hoy, muchas personas no acuden a los especialistas hasta que la enfermedad está bien avanzada, lo que puede ser catastrófico para sus vidas. “Tenemos que concienciar sobre la necesidad de ir al médico en cuanto ocurra un accidente”, sostiene Errekalde.

Podría parecer que esta situación se debe a las nuevas generaciones, quienes no son tan conscientes de los problemas que las enfermedades de transmisión sexual pueden llegar a causar en la sociedad, pero el informe advierte de que la edad media del nuevo diagnosticado es de 39,1 años. Así que nos encontramos ante un nuevo panorama en el que personas “no tan jóvenes” son las principales víctimas.

La tendencia de nuevos infectados de VIH se mantiene en el resto de ITS (infecciones de transmisión sexual), aumentando cada año sus datos. Un total de 11 personas por cada 100.000 en el Estado padecen gonorrea y 8 de cada 100.000, sífilis, según el informe médico del Ministerio de Sanidad.

La infección gonocócica, más conocida como gonorrea, afecta a la uretra o al cuello del útero y puede propagarse a las glándulas y a los órganos vecinos, conllevando la infertilidad en el caso de las mujeres. La tasa de 2015 muestra la cifra más alta de los últimos diez años, 5.170 frente a 4.599 de 1995, y supone un incremento de más de 500 personas con respecto a los datos de 2014. Se trata, además, de una infección con mayor presencia entre los jóvenes varones, puesto que casi el 60% de los afectados tienen entre 20 y 34 años.

Por su parte, la sífilis produce lesiones en el sistema nervioso y en el aparato circulatorio, y también ha visto incrementada su presencia en los últimos años.

De este modo, ha pasado de los 1.010 casos diagnosticados en 1995, a los 3.886 del 2015, 300 más que un año antes. A diferencia de la gonorrea, presenta mayores casos en hombres adultos, de 25 a 44 años.

“El futuro son los tratamientos”

París acogió este año la Conferencia Internacional sobre el sida, presentando los últimos avances médicos. De momento, parece evidente que el futuro pasa más por los tratamientos a los infectados que por el hallazgo de una vacuna. “Casi he perdido la esperanza. Creo que el futuro está en el tratamiento, que sanará a los infectados, y estos una vez tratados ya no pueden traspasar el virus, por lo que la pandemia terminará por ahogarse por sí sola”, indica Errekalde.

La evolución en los tratamientos ha sido notable en los últimos 20 años. Se ha pasado de varias pastillas agresivas para el metabolismo al día a solamente una, y las miradas en el futuro están puestas en las inyecciones que podrían tener que darse cada mes o tres meses.

Unos tratamientos que ya no tienen nada que ver con los del pasado. Los de ahora son mucho más eficaces y han terminado prácticamente con el riesgo a morir de sida. “Quizás esa sea la principal causa a que nos hayamos relajado y no consigamos acabar con el número de nuevos infectados cada año”, expresa Errekalde.

Síntomas: El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se produce por transferencia de fluidos como la sangre, el semen, el flujo vaginal o la leche materna. Normalmente, las personas afectadas no notan ningún síntoma en un primer momento. El VIH afecta al sistema inmunitario, lo que aumenta el riesgo de infecciones comunes como la tuberculosis, además de causar pérdida de peso.

Perfil medio: Varón entre 30 y 49 años que ha mantenido sexo con otros hombres.

Edad media: En 2016 fue de 39,1 años.

Nuevos afectados en Euskadi: Un total de 158 personas en 2016.

Perfil medio. Joven, varón de entre 20 y 34 años.

Nuevos casos en el Estado: 5.170 en 2015, frente a los 4.599 de 1995.

Perfil medio: Varón de entre 25 y 44 años.

Nuevos casos en el Estado: En 2015 se registraron 3.886, mientras que en 1995 fueron 1.010.