La relatora de la ONU para los Territorios Palestinos Francesca Albanese, autora de un informe en el que presenta evidencias de genocidio en Gaza, aseguró que los abusos cometidos por Israel en la Franja trascienden los crímenes de guerra o contra la humanidad, ya que hay “un claro objetivo de erradicar a un pueblo entero”.

“La monstruosidad que se está desplegando va acompañada de una narrativa antipalestina, deshumanizadora, que emana de los más altos estamentos de la sociedad israelí, incluidos altos cargos”, aseguró ayer en una rueda de prensa, un día después de presentar su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

La relatora italiana, primera mujer nombrada en el cargo y que inició su mandato hace dos años, defiende en el informe que Israel comete al menos tres “actos genocidas” definidos en la Convención contra el Genocidio de 1948.

Estos serían el asesinato deliberado de personas que pertenecen a un mismo grupo (más de 30.000 en los más de cinco meses de ofensiva sobre Gaza), “daños graves físicos o mentales a miembros de un grupo”, y “provocar en un grupo, deliberadamente, condiciones calculadas para su destrucción física parcial o completa”.

“La flagrante y sistemática matanza de civiles palestinos, el uso de armamento ilegal, la completa destrucción de infraestructura no militar incluidos hospitales, el matar de hambre de forma deliberada, todo ello va más allá de los crímenes de guerra y contra la humanidad que ya se habían visto antes en los territorios palestinos”, aseguró.

ACTOS DELIBERADOS

El componente deliberado de estos crímenes, que demostraría el genocidio, se evidencia, según la relatora, con las numerosas declaraciones contra los palestinos de líderes israelíes como el primer ministro, Benjamin Netanyahu, el presidente, Isaac Herzog, o diversos ministros del Gobierno de Israel.

Israel sigue bombardeando Gaza. DPA vía Europa Press

“Son sólo la punta del iceberg, se podría escribir una enciclopedia con todo lo que se ha dicho y hecho”, aseguró Albanese, quien afirmó que se trata de una retórica “para deshumanizar, y llamar a la violencia durante meses”.

Albanese puso como ejemplo el frecuente uso del término amalek” contra los palestinos, un vocablo de la Biblia hebrea que significaría “nación enemiga de los israelitas”.

Preguntada sobre si para probar el genocidio no bastaría con palabras pronunciadas en discursos por los líderes israelíes, sino también con referencias expresas por escrito sobre la presunta aniquilación de los palestinos, la relatora se mostró muy directa. “¿Acaso creen que en Ruanda o en Bosnia-Herzegovina algún oficial escribió en un documento que quería cometer genocidio? Eso no funciona así”, señaló.

La relatora, a la que Israel ha prohibido la entrada en el país, reconoció que ha recibido presiones y amenazas durante su investigación, aunque aseguró que “el principal sufrimiento procede de observar y monitorizar lo que ocurre a diario” en zonas como Gaza.

Fuerza internacional

Sobre la “presencia internacional” que preconiza para poner fin a los “actos genocidas”, Albanese sugirió que esté compuesta “no por israelíes ni palestinos, sino por gente alejada de la dinámica del conflicto y que se interponga entre ellos”. Albanese defiende que los actuales “actos genocidas” son la evolución de un desarrollo histórico que se remonta a los inicios del Estado Israelí hace más de 70 años, cuando se produjo la inicial expulsión de palestinos conocida como “Nakba”.

“El genocidio no es un acto, es un proceso. La historia colonial está llena de ideologías y prácticas genocidas que aspiran a la eliminación de pueblos indígenas y autóctonos, algo que Palestina ha experimentado”, señaló la relatora de Naciones Unidas.