abreado arzobispo de Toledo: No digo yo que no esté entre los usos y costumbres de su muy respetable fe, pero reconozca que a un no iniciado como el que suscribe le resulte raro que haya convocado un acto de purificación de la espléndida catedral de su seo. Todo, a cuenta de la grabación de un videoclip del tonto del haba ese se hace llamar no sé qué Tangana y una individua cuyo nombre no me sonaba. Me limitaré a decirle que dudo de la eficacia de este acto, e inmediatamente añado que comprendo perfectamente su enfado al ver que lo que usted considera un lugar sagrado ha sido objeto de cachondeo por un par de memos con ínfulas de transgresores. Usted, yo y también los que les ríen la gracia sabemos que en otros templos no se atreverían.