Netflix resucita uno de los capítulos más oscuros de la crónica negra italiana: 'El Monstruo de Florencia' vuelve a sembrar inquietud, esta vez en la pantalla. Una miniserie de cuatro capítulos de 'true crime' que combina investigación, horror y memoria. Dirigida por Leonardo Fasoli y creada junto a Stefano Sollima, la protagonizan Marco Bullitta, Valentino Mannias y Francesca Olia.

La miniserie sigue la investigación del asesino en serie de Florencia, conocido como Il Mostro, a través de la mirada de las autoridades que tratan de desentrañar el caso. A medida que el miedo se extiende por Italia, los investigadores se ven obligados a retroceder en el tiempo hasta un crimen ocurrido en 1968, a la ‘pista sarda’, cuya conexión con los nuevos asesinatos podría ser la clave para descubrir la identidad del culpable.

Una mirada crítica a un caso que estuvo abierto durante décadas, con varios sospechosos e investigaciones periodísticas. Para ello, se utilizan “testimonios directos, documentos procesales e investigaciones periodísticas”. Más allá del sensacionalismo, sobresale por abordarse con sobriedad y respeto, examinando además la influencia de los medios y el contexto social que moldeó la percepción de los crímenes.

El caso real

Entre los años 1968 y 1985 en la provincia de Florencia (Italia) ocurrieron ocho asesinatos dobles, con un autor o autores desconocidos, y que la prensa italiana de la época decidió referirse como Il mostro di Firenze (Monstruo de Florencia).

Siempre actuaba de la misma manera: los asesinatos ocurrían en lugares aislados (generalmente en coches) y a parejas jóvenes, a quienes disparaba y después apuñalaba. Posteriormente, mutilaba los órganos sexuales sólo de las mujeres, con precisión y como trofeo.

A pesar de que el “modus operandi” siempre fue el mismo, nunca repitió localización. Pero, en todos utilizó la misma arma: la Beretta calibre 22, modelo Long Rifle. Con ella disparó 66 proyectiles, todo de la marca Winchester serie H.

La resolución

Pese al esfuerzo de la magistratura florentina, el llamado 'Monstruo de Florencia' jamás fue identificado ni detenido. Entre los diferentes asesinatos, varias personas fueron condenadas lo que hacía más difícil aclarar quién podía ser el asesino en serie.

La investigación se prolongó durante ocho años e incluyó más de 100.000 interrogatorios, en un intento desesperado por dar con el responsable. El único acusado fue Pietro Pacciani, un agricultor de 68 años conocido como il Vampa (“llamarada”), que llegó a ser condenado, aunque en 1996 el Tribunal de Casación lo absolvió por falta de pruebas. Esta razón, alimentó todo tipo de teorías, incluida la de una posible implicación de una secta satánica.

Aún hoy, permanece sin resolverse, un caso que desafía a la justicia y la memoria histórica. La miniserie permite revisar los hechos con rigor, recordando que detrás del sensacionalismo hay historias criminales que no solo persiguen a sus víctimas, sino también a quienes intentan comprenderlas.