Tres ediciones lleva el Benidorm Fest en su época actual, desde que se retomara con esa denominación en 2022 (entre 1959 y 2006 fue conocido como Festival de Benidorm) y la polémica le ha acompañado desde el primer momento. Ya en la primera entrega, en la que ganó Chanel, se vivieron momentos de mucho odio (sobre todo en redes sociales) por parte de fans de otras candidatas como Tanxugueiras o Rigoberta Bandini y su Ay, mamá con el mítico estribillo de “no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas”. Una frase y una propuesta, con una escenografía bastante explícita, que para muchos no casaba con la teórica corrección de Eurovisión, a donde acude el ganador del Benidorm Fest.

Más tranquila fue la edición de 2023, con el triunfo de Blanca Paloma, pero en 2024 se ha vuelto a avivar la polémica. No tanto por el grupo ganador, Nebulossa, que estaba en todas las quinielas y cuyo tema llevaba ya sonando (y mucho) desde semanas antes, sino por el contenido de la letra. La canción se llama Zorra y los cantantes aseguran que lo que hacen es resignificar la palabra para empoderar a la mujer, como un símbolo de libertad. Pero hay mucha gente que opina lo contrario, incluso asociaciones de feministas, que creen que es asumir una situación denigrante por parte de la mujer, un ejemplo de machismo, y piden su retirada. Incluso se planteaba que UER (la Unión Europea de Radiodifusión, de quien depende Eurovisión) pudiera censurar la letra (no se admiten palabras malsonantes) y pedir cambiarla. Pero RTVE ha defendido que 'zorra' es una palabra perfectamente correcta según la RAE (aunque en su séptima acepción hace referencia a ‘prostituta’) y la UER ha anunciado que no obligará a sustituirla.

Pero no es la primera letra polémica que va a Eurovisión. Ya la propia SloMo de Chanel despertó muchas críticas, con fragmentos como “les vuelvo loquitos a todos los daddies”. Pasó algo parecido a lo de Zorra: para algunos la canción suponía una liberación de la mujer y para otros una cosificación.

E incluso unos cuantos años más atrás, en 2005, Rodolfo Chikilicuatre (interpretado por el humorista David Fernández) tuvo que cambiar la letra de Baila el chiki-chiki para eliminar el nombre del entonces presidente venezolano Hugo Chávez (sí dejó el “por qué no te callas” que le lanzó Juan Carlos I), ya que en el eurofestival teóricamente está prohibido hablar de política. También nombraba a Zapatero y Rajoy, pero ahí lo que se hizo fue sustituir los apellidos por sus nombres (José Luis y Mariano).

Saliendo de la representación española, Croacia en 2023 atrajo la polémica en Eurovisión. El extravagante grupo Let 3 presentó una canción llamada Mama SC! en la que, sin decirlo explícitamente, criticaba la invasión de Ucrania por parte de Rusia, hablaba de un psicópata (Putin) y su vocalista llevaba un bigote muy al estilo Hitler.

No es la primera vez que una canción lanzaba dardos a Rusia y a su primer ministro. Lo hacía la que iba a representar en 2009 a Georgia, un país que había sufrido la invasión rusa de su región de Osetia del Sur. Si bien en la letra de  Stephane & 3G no se decía nada explícito, el título era We don’t wanna put in, que sonaba igual que We don’t wanna Putin (No queremos a Putin). Y fue suficiente para no pasar la criba política de la UER, al negarse a cambiar la letra. El festival se celebraba en Moscú...

En 2021, Bielorrusia, por medio de Glasy Zmesta, quiso participar con una canción ( IŽll teach you ) que criticaba abiertamente la oposición al presidente, Alexandr Lukashenko. La UER no lo permitió y el país, muy cercano a Rusia finalmente no participó.

Muchas de las polémicas han llegado de países de la extinta Unión Soviética. En 2005 se obligó a Ucrania a cambiar la letra de la canción Razom nas bahato (Juntos somos muchos) del dúo Greenjolly, al incluir numerosas referencias a su presidente. "No a las falsificaciones, Yúshenko sí, ese es nuestro presidente, Yúshenko sí", decía.

No toda la censura ha sido política, sino también por términos malsonantes. Sin ir más lejos, en 2021 el grupo italiano Maneskin, a la postre vencedor del festival, se vio obligado a cambiar la letra de su tema, Zitti E Buoni para eliminar la palabra 'cazzo' (polla).

Fuera de Eurovisión

Más allá de Eurovisión, frases polémicas en las canciones siempre las hubo y siempre las habrá. Muy relacionada con el revuelo que ha generado el tema de Nebulossa queda aquel grupo bilbaíno de punk rock llamado Las Vulpess, formado íntegramente por mujeres que añadían el apellido ‘Zorrita’ a sus nombres y que saltó a la fama en 1983 al aparecer en el programa musical de TVE Caja de ritmos, que presentaba Carlos Tena en horario infantil (a las seis de la tarde). Allí cantaron Me gusta ser una zorra y la polémica que generó, incluso con editoriales en periódicos, propició la cancelación del programa y la disolución del grupo.

Ahora parecen impensables con la evolución de la sociedad, pero hace no demasiado se publicaron letras que decían frases extremadamente violentas como “Que no la encuentre jamás o sé que la mataré” (La mataré, de Loquillo); “Tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte hasta que digas sí” (Sí, sí, Los Ronaldos); “Te mataré con mis zapatos de claqué, te asfixiaré con mi malla de ballet, te ahorcaré con mi esmoquin” (Bailaré sobre tu tumba, Siniestro Total); u ofensivas como “Voy a vengarme de ese marica” (Devuélveme a mi chica, Hombres G), que han encontrado la polémica décadas después.