Ha comenzado la invasión de las compañías tecnológicas sobre la televisión y los diarios digitales. Aterrorizada, lo avisa Alex Levy en la nueva sesión de The Morning Show, de Apple TV+: “Van a transformar las noticias en un algoritmo”. Han pasado tres años dejando atrás la pandemia y el asalto al Capitolio, mientras avanza la guerra en Ucrania con toda su crudeza. La historia abandona la cuestión del acoso sexual tras la muerte del depredador Mitch Kessler; pero llega alguien peor, un magnate aeroespacial que monta la guasa de lanzar un cohete tripulado por él mismo y una periodista.

Se llama Paul Marks, un híbrido entre Elon Musk y Mark Zuckerberg, y lo protagoniza Jon Hamm, el supergalán de la memorable Mad Men, la serie que le devoró y de la que ahora podría liberarse. Su propósito es controlar la UBA, algo así como la CNN, donde informan Jennifer Aniston y Reese Whiterspoon, estrellas de este enorme relato sobre nuestro contradictorio mundo de felices avances científicos y desgraciadas libertades. Entre ambas mujeres hay una diferencia de 20 años, una declina y otra emerge, amigas pero rivales, una hetero y otra bisexual. Aniston reclama un lugar en el staff y confiesa haberse acostado con el abusador. De pronto, el sistema informático de la cadena es jaqueado y sus datos personales y corporativos quedan al descubierto. ¡Es la guerra y no han sido los rusos! Vistos los primeros episodios la historia se va a mover en tres planos simultáneos: emociones, feminismo y luchas de poder. También hay racismo. ¿Tendremos romance entre Hamm y Aniston? Apuesto a que sí, pero será un amor desgraciado. En el choque entre tecnológicas y televisión me quedo con el fatalismo de la romántica Whiterspoon: “Siempre habrá alguien que quiera silenciarte”.