Las cataratas no son una enfermedad, sino un proceso fisiológico normal que hace que la vista se empañe. Con los años aparecen achaques y este problema de la vista está entre los inevitables. Según datos de TK Home Solutions, siete de cada personas padecerán cataratas a los 70 años y aunque no todas tendrán que pasar por quirófano, sí la mayoría.

Por suerte, la operación de cataratas es el procedimiento quirúrgico más habitual en España con unas cuatrocientas mil intervenciones anuales. Su tasa de éxito es muy alta y la recuperación de la visión suele ser plena. Las cataratas no se aprecian a simple vista, así que conviene hacerse revisiones periódicas.

¿Qué son las cataratas?

El cristalino es una parte del ojo que tenemos justo detrás del iris. Sirve para enfocar la luz y producir imágenes nítidas en la retina. Con el paso de los años, las proteínas y fibras normales del cristalino se dañan, se descomponen y el cristalino pierde flexibilidad, se hace más grueso y se vuelve menos transparente.

Esto produce una visión borrosa, es como si mirásemos a través de una ventana con vaho o escarcha. Lo normal es que el proceso se produzca en ambos ojos, aunque a veces hay una diferencia de progresión entre uno y otro.

Consejos para retrasar su aparición

1- Proteger los ojos de los rayos del sol. Utilizar gafas de calidad, sobre todo en verano, y sombreros.

2- Vida saludable. Tener buenos hábitos como no fumar, limitar el consumo de alcohol, hacer ejercicio físico...

3- Alimentación equilibrada. Tomar alimentos que te proporcionen el suficiente aporte de vitaminas como es el caso de los vegetales de hoja verde, las nueces y las frutas.

4- Control médico. Prestar atención a enfermedades como la diabetes y la hipertensión.

5- Cuidado con los ojos. No usar tratamientos para los ojos que no hayan sido prescritos por el oftalmólogo.

6- Revisiones periódicas. No dejar pasar las citas de las revisiones oftalmológicas.

Factores de riesgo

Las cataratas no solo se deben al envejecimiento; aunque esta sea la causa principal también hay otros factores de riesgo: antecedentes familiares, diabetes, exceso de exposición a los rayos ultravioleta, obesidad, tensión alta, lesiones en los ojos, cirugía en los ojos, uso prolongado de corticoides, beber en exceso o fumar pueden acelerar el desarrollo de cataratas.

Se calcula que el envejecimiento del cristalino comienza ya hacia los 40 años. Mucha gente tarda en darse cuenta porque este deterioro es lento o porque solo afecta a una pequeña parte. Visión borrosa o nublada, pérdida de agudeza visual, sobre todo de lejos, dificultad para ver con poca luz, inseguridad para conducir o moverse de noche o sentir que las gafas habituales se quedan obsoletas rápidamente son algunos de los síntomas.

También hay que prestar atención si se produce una sensibilidad a las luces fuertes, si se necesita más luz para leer o para hacer algunas actividades, si se detecta una visión de halos o destellos alrededor de faros y luces, si se perciben los colores más pardos, amarillentos o desteñidos o si se produce una visión doble.

Diagnóstico y solución

El especialista será el único que pueda realizar un diagnóstico fiable. Hay distintos tipos de cataratas según la parte afectada: el borde, el centro, la parte posterior del cristalino... Unas avanzan más rápido que otras y pueden ser más o menos limitantes.

En el caso de ser necesaria una operación, se extraerá el cristalino deteriorado y será reemplazado por una lente artificial. La calidad de vida quedará restablecida pronto, porque la intervención es corta e indolora y la recuperación será rápida. Los cuidados posoperatorios resultarán sencillos.

Si la parte del cristalino afectada no dificulta la vista y no nos impiden realizar las actividades cotidianas, puede que no sea nacesaria la intervención. En cualquier caso, será él médico quien lo decida.