En el cielo del paladar se degusta la cocina vasca, repleto de estrellas el firmamento gastronómico en una tierra que hunde sus raíces desde tiempos inmemoriales en la cocina, se colgaron dos luminarias más. La gala de la Guía Michelin para España y Portugal, el libro rojo del buen comer, se abrillantó con la condecoración de una estrella para el restaurante Amelia, en Donostia, de Paulo Airaudo y otra para el Eneko Lisboa, el viaje gastronómico emprendido por Eneko Atxa en la capital portuguesa. El sabor, el olor, el color y la textura se maridan en los templos de la gastronomía vasca, donde se acumulan las pecheras de general con estrellas.

En un año complicadísimo para la hostelería y la restauración por culpa de la pandemia del coronavirus, las estrellas que se sirvieron sobre la bandeja de un certamen digital desde la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol de Madrid, fueron un sentido homenaje a los profesionales del sector. "Siendo un año tan complicado para la hostelería hemos seguido encontrando jóvenes valores y platos innovadores que, cada vez más en base al producto local o de proximidad, son capaces de ofrecernos un auténtico placer gastronómico", ha declarado Gwendal Poullennec, director internacional de las Guías, durante la gala conducida por Cayetana Guillén Cuervo y Miguel Ángel Muñoz.

La lluvia de estrellas, el mejor de los distintivos culinarios, fue el más eficaz analgésico al trabajo bien hecho en un año extraño y realmente complicado, contrario a las reuniones y las sobremesas. Un reconocimiento para aliviar el dolor de un sector obligado a reinventarse una vez más en el más incierto de los escenarios por culpa del covid-19, el virus que penaliza la socialización, el vector de las comidas.

En ese ecosistema tan frágil, las estrellas cosieron el esfuerzo infinito en esa danza gastronómica que reparte alegría y felicidad al resto cuando se sientan a la mesa, más si cabe en tiempos donde prevalece la resistencia a modo de acto heroico. Eneko Atxa no solo disfrutó de su logro en la cuna de Fernando Pessoa, sino que también paladeó la Estrella verde, una nueva distinción del catálogo Michelin, que reconoce la sostenibilidad de los establecimientos. El Eneko y el Azurmendi son verdes.

Con el senado de las tres estrellas inamovible, a él pertenecen el Arzak de Juan Mari Arzak; el Akelarre de Pedro Subijana; el Azurmendi de Eneko Atxa y el Martín Berasategui, de Berasategui, al club de las dos estrellas Michelin se incorporarán tres establecimientos en 2021. Suben de categoría el Bo.TiC, en Corçà, de chef Albert Sastregener; Cinc Sentits en Barcelona, dirigido por el chef Jordi Artal y el restaurante Culler de Pau, en O Grove, con el chef Javier Olleros marcando su impronta tras los fogones. La llama para iluminar el 2021 y viajar hasta las estrellas.