Irune Berasaluze, diputada foral de Gobernanza, apuntó que “el talento va más allá de contar con unas capacidades técnicas. Se trata de personas con capacidad para construir una sociedad mejor, por lo que el talento tiene un valor colectivo, aportando mejoras al bienestar común”. La representante foral se refirió a la importancia de la marca empleadora, no solo para las empresas sino también para las instituciones: “De las 2.000 personas que trabajan actualmente en la Diputación, la mitad se va a jubilar en un periodo de 15 años. Estamos hablando de que el 54% de la plantilla tiene más de 50 años. Estamos, por tanto, ante el relevo generacional más grande de nuestra historia y al igual que las empresas, las instituciones también tienen que adaptarse y renovarse ante las nuevas necesidades, y trabajar su marca empleadora para ser vistas como una opción laboral para aquellas personas con vocación de servicio público y con capacidad para aportar al bienestar y al desarrollo de este territorio”.
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