Una de las clásicas siete maravillas del mundo es la impresionante Muralla de China. Pero sin ir tan lejos también en España hay una muralla espectacular, no tan larga pero igual de majestuosa e impactante, y además no es obra del hombre sino de la naturaleza. Este caprichoso prodigio de la naturaleza está enclavado en la comarca de Ribagorza a orillas del embalse de Canelles, en la muga entre Aragón y Cataluña, en la vertiente aragonesa de la Sierra del Montsec.

Son los Roques de la Vila, nombre original de esta formación calcárea en forma vertical de medio kilómetro de largo originada por el choque hace miles de años de placas tectónicas que ha ido derivando en apelativos populares como La muralla china de Finestres, el pueblo deshabitado que dejó paso al pantano o La muralla china de Aragón.

Las rocas afiladas junto que emergen del embalse. Freepik

Para acceder a estas dos líneas paralelas de muros rocosos con los bordes serrados deberás partir desde Finestres, pueblo deshabitado hace 63 años tras la construcción del embalse y seguir la ruta que la transita por el muro y se detiene en las ermitas medievales de Santa María, San Marcos y San Vicente, una impresionante construcción de los siglos XI y XII en lo alto de la muralla.

En el interior de este prodigio de la naturaleza se erigió el Castillo de Finestre aunque hoy en día está prácticamente en ruinas. En realidad en el pueblo todavía se conserva una vivienda, Cas Coix ubicada en frente de un antiguo molino de aceite, que permanece habitada algunas temporadas por sus dueños.

Vista aérea de la formación rocosa. Freepik

También te dejará alucinado navegar en piragua por el embalse de Canelles y cruzar por las ventanas o partes abiertas de la muralla y contemplar su grandiosidad.

Esta singular muralla está a hora y media en coche de la capital oscense. Para llegar hasta esta fastuosa formación montañosa debes coger la autovía A-22 (Huesca-Lleida), salirte en Binéfar, seguir hacia Tamarite de Litera y después buscar Estopiñán del Castillo, pueblo del que nace una pista que lleva hacia Finestres. Puedes aparcar el coche junto al puente de Penavera (a unos 5 kilómetros de Estopiñán) y desde ahí seguir a pie o en bici ya que desde este lugar sólo es posible continuar en todo terreno y muy despacio. Es un recorrido fácil, sin gran dificultad técnica, pero que requiere unas cuatro horas para recorrer algo más de 14 kilómetros entre ida y vuelta.

Otra panorámica de la zona. Huesca la magia

La zona se ha convertido en los últimos años en uno de los enclaves más visitados de Huesca y no es de extrañar, ya tiene también otros lugares de indudable interés como Alquézar, una localidad de origen medieval incluida en varias listas de los pueblos más bonitos de España y Europa. Sin olvidar las pasarelas de Montfalcó y sus senderos de vértigo.

El turismo de naturaleza en toda esta zona ofrece numerosas posibilidades para admirar y descubrir rincones únicos en parajes mágicos, desplazándote lo mismo en coche que en bicicleta o autocaravana. Y no te olvides de disfrutar de la gastronomía típica con sus embutidos, carnes, hortalizas o repostería. Ni de los apreciados y reconocidos vinos del Somontano.