El presidente francés, Emmanuel Macron, lanzó ayer un mensaje de unidad al país, en un momento de fricciones políticas con ocasión de la guerra en Oriente Medio, con ocasión de las conmemoraciones de la victoria francesa en la Primera Guerra Mundial. Macron presidió la ceremonia tradicional del 105 aniversario del armisticio en el Arco de Triunfo de París y pronunció excepcionalmente un breve discurso, aprovechando que se cumplen 100 años del encendido de la llama al soldado desconocido de la Primera Guerra Mundial, que está enterrado allí.

Señaló que ese soldado, del que “no conocemos nada y lo sabemos todo”, es un “emblema” de la contienda y representa a “todos los soldados de Francia, “de todos los horizontes”, “de todos los oficios”, “de todas las convicciones: agnóstico y librepensador, protestante y musulmán, católico y judío”. Añadió que ese soldado simboliza la “resistencia”, y “una cierta idea de Francia. Al caer por ella, la levantó y nos la ha legado con un deber de unidad, de superación y de valor”. El presidente aseguró que la llama al soldado desconocido, que lleva 100 años sin apagarse, “no se extinguirá nunca”.

La atención política este semana en Francia ha estado marcada por los desencuentros entre miembros de unos y otros partidos sobre la forma de responder a la oleada de actos antisemitas, ya que se han registrado 1.200 en todo el país desde los ataques de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre.