El año que termina estuvo marcado por importantes cambios sociopolíticos en el continente africano. Buena parte de ellos relacionados con el rescate de la soberanía popular.
Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia, fue la primera mujer electa presidenta en un país africano. En Namibia, por primera vez en su historia, ha ganado una mujer las elecciones. Netumbo Nandi Ndaitwah es la presidenta electa. Poco a poco van siendo varias las mujeres africanas que rompen el techo de cristal en la política.
Senegal, uno de los países más estables a nivel sociopolítico en África, ha dicho no rotundamente al derrotado presidente, Macky Sall, por su intención de querer cambiar la carta magna para perpetuarse en el poder. La población senegalesa, muy consciente de que es ella la dueña de su destino, a través de un proceso electoral transparente y ordenado, votó en masa y otorgó el poder a los jóvenes Bassirou Diomaye Faye y Ousmane Sonko, en las elecciones presidenciales del pasado 24 de marzo y reafirmó su confianza en ellos, volviendo a votar en las elecciones legislativas del 17 de noviembre.
Asimismo, en Kenia los jóvenes salieron a la calle con la consigna “Ruto must go”. El ejecutivo del presidente William Ruto subió los impuestos de los productos básicos para poder hacer frente a las deudas del país. Al pueblo le ha parecido injusto tener que pagar por las malas políticas económicas y financieras del gobierno. Además, la población keniana tampoco acepta que su gobierno envíe soldados kenianos a Haití a petición de la administración de Joe Biden para resolver un problema ajeno a ellos. Durante varias semanas consecutivas, la población ha salido a las calles de Nairobi, protestando y exigiendo la dimisión inmediata del presidente William Ruto. El presidente se vio obligado a dar marcha atrás en todas esas políticas.
A su vez Botsuana, que se independizó del Reino Unido en 1966, este año, después de casi 60 años, ha tenido el cambio de gobierno deseado tanto por la sociedad civil, como por la oposición del país. La plataforma de izquierdas ha ganado las elecciones de la mano del joven abogado Duma Boko.
En Sudáfrica, el ANC, el partido de Madiba, el gran Nelson Mandela, perdió su hegemonía después de treinta años gobernando con mayorías. Cyril Ramaphosa sigue en el poder, pero ha tenido que hacer coalición con el partido del bóer John Steenhuinsen, quien fue la segunda fuerza más votada. Además, ha surgido una nueva fuerza política liderada por el carismático Julius Malema, un joven con un discurso nacionalista radical, defensor de una Sudáfrica solo para los sudafricanos negros. El discurso de Julius no ha calado en un país que busca la unidad nacional; por ello, no obtuvo los resultados que esperaba en las pasadas elecciones. Sin embargo, sí ha conseguido escaños para entrar al parlamento sudafricano.
Por otro lado, en Gabón, un país que estuvo gobernado durante 57 años con mano de hierro por la dinastía Bongo, en agosto de 2023 tiró por tierra a la que fue una de las dictaduras más longevas de África. A lo largo de este año 2024, se ha trabajado en la construcción de un gobierno de transición, en la redacción de una nueva constitución que elimina la figura del primer ministro e introduce la de vicepresidente. En Gabón, se ha instituido el día 30 de agosto como el día de la Liberación Nacional, al ser el día en que el país vio caer al régimen de los Bongo.
Desde el pasado 24 de octubre, Mozambique está paralizado por una serie de protestas y manifestaciones, marcadas por la no aceptación de los resultados electorales. El opositor Venancio Mondlane es el legítimo vencedor de las elecciones según la población, las actas paralelas y los observadores. La FRELIMO no acepta su derrota y se mantiene en el poder. La juventud de Mozambique está clamando por la verdad electoral diariamente en las calles, llegando incluso a dar por canceladas las navidades de este año. Su lema es “El pueblo al poder. Este país es nuestro, salve Mozambique”.
Biden cierra su mandato atando negocios y asegurando la presencia norteamericana en África, en un momento en el que China y Rusia llevan la delantera. El presidente saliente de los EE. UU. visitó Angola a principios de diciembre para firmar contratos millonarios con el Congo, Zambia y Angola. Con el megaproyecto llamado Corredor de Lobito se transportarán minerales de estos tres países a los Estados Unidos por el Atlántico. Esta visita estuvo marcada por momentos tristemente vergonzosos. El presidente Joao Lourenço escondió a toda la población angoleña de su invitado Biden. Durante los tres días de la visita del todavía mandatario estadounidense a Angola, la población de este país estuvo secuestrada. Nadie podía salir de casa ni moverse, ningún avión podía aterrizar en Luanda que parecía una ciudad fantasma. Los servicios de seguridad de Estados Unidos tomaron el control del país. La población angoleña no pudo recibir a su supuesto invitado, se sintió despreciada y humillada en su propia casa. La oposición y la sociedad civil tacharon todos estos hechos de vergonzosos y acusan al gobierno del MPLA de vender el país a los estadounidenses y de facilitar una nueva colonización.
En Ruanda, Paul Kagame volvió a ganar las elecciones con cerca de un 90% de los votos. El pueblo ruandés sigue valorando la figura liberadora del partido de Kagame durante el conflicto entre los hutus y los tutsis. Por ello, mira hacia otro lado ante la eliminación de oponentes por parte de Kagame en todos los procesos electorales realizados hasta el momento en el país, como es el caso de la opositora Victoire Ingabire.
En este año a punto de empezar se espera que los nuevos gobiernos electos vayan trabajando en el cumplimiento de sus promesas de mejora de la vida de la población africana. La juventud está atenta y cuenta con la alternativa de las redes sociales para la restauración de la soberanía en países donde los medios de comunicación y otras instituciones están completamente secuestradas por el Estado.
África avanza y lucha por su dignidad.
Trabajadora social, doctorada en Administración y Política Pública por la UPV/EHU y activista por los Derechos Humanos