La limpieza de nuestro hogar dice mucho de nosotros. Intentar reducir el polvo, la suciedad y el mal olor es sinónimo de tener una casa en buenas condiciones. Hay mil maneras de dejar relucientes las ventanas e impoluto el suelo de la cocina, pero hay varios aspectos en cuanto a limpieza que se nos escapan aunque sean de uso diario.

Si somos lo que comemos, deberíamos tener cuidado con qué limpiamos la vajilla que usamos para comer ya que suele acumular una cantidad de bacterias que pasan desapercibidas y de las que no nos preocupamos. Cada estropajo y bayeta que utilizamos suelen tener 50.000 millones de bacterias por cada centímetro cúbico. La solución a este problema tan desagradable es saber cómo limpiar estos materiales de forma efectiva y cautelosa.

Mujer limpiando la vitrocerámica.

Trucos para limpiar el estropajo

Lo primero que se recomienda es no tener el mismo estropajo por más de un mes. Las bacterias se acumulan rápidamente dentro de este material ya que su uso de limpieza es la cuna perfecta.

  • Más comunes. La forma más utilizada, y puede que sea la más sencilla, es dejar en remojo el estropajo por la noche (con lejía o jabón). La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda un lavado diario, ya que según sus datos, 9 de cada 10 bayetas o estropajos tienen bacterias aún cuando creemos que ya están perfectamente limpios. Si de normal utilizas lejía para desinfectar tu estropajo, debes de tener en cuenta que este líquido es dañino para aquellos estropajos que llevan esponja incrustada. Este material no soporta la dureza de la lejía y se acaba estropeando antes.
  • Microondas. Habiendo quitado previamente los trozos de comida y teniendo el estropajo aún con humedad, se suele utilizar el microondas para su desinfección. Con tres minutos y a temperatura elevada, las bacterias tienen muy poca probabilidad de sobrevivir, aunque esto no sirva para lo metálico ni significa que sea 100% efectivo.

Persona abriendo un microondas.

  • Lavavajillas. No todo el mundo tiene en casa, pero si es el caso, poniendo un programa rápido a máxima potencia, el estropajo quedará limpio y listo para seguir utilizándose. Aún así, un estudio de la Universidad de Furtwangen en Alemania, publicado en Scientific Reports, anunció que este es un método menos recomendable ya que puede incrementar el número de ciertos gérmenes.
  • Agua hirviendo. Este método no tiene ningún misterio. Para mantener tu estropajo y también las bayetas limpias, basta con llenar una cazuela con agua, añadir tres cucharadas de sal y medio vaso de vinagre blanco. Cuando esté el cazo en el fuego, se introducen los estropajos en el cazo hasta que hierva todo.

Persona dejando una cazuela con agua hirviendo.

Trucos naturales y sin lejía

  • Bicarbonato. Se calienta el agua casi a punto de que hierva y se echa una cucharada de bicarbonato. Media hora después de introducir el estropajo, habrá quedado como nuevo. Es importante tanto en este truco como en los demás, dejar aclarar y secar bien el estropajo o la bayeta, ya que la humedad produce que las bacterias vuelvan a crecer muy rápido.
  • Jabón neutro. Tras enjuagarlos y eliminar la suciedad más visible, se frota la bayeta o el estropajo con jabón neutro y se deja en remojo un par de horas. Las bayetas de microfibras quedan perfectas tras este tratado, aunque con un chorro de limón o de vinagre en agua hirviendo también quedan relucientes.

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Se recomienda siempre tener localizado y recordar cuáles son los estropajos de la cocina (un trapo para la zona de aguas y otro para el resto de superficies, es lo recomendado) y los del baño, ya que nunca deben juntarse o equivocarse. La transmisión de gérmenes de una estancia a otra no es nada recomendada y no ayuda a mantener tu hogar limpio.

Si quieres pertenecer a ese 16% que lavan el estropajo diariamente, no te costará nada seguir alguno de estos sencillos trucos para mantener tus habitaciones y salas comunes lo más limpias posibles.