a radiografía del sector cultural durante los primeros y los últimos meses del 2021 poco tiene que ver. Tras un inicio de año con aforo limitado, los teatros, los cines y las salas de concierto recuperaron la normalidad y la oferta se disparó hasta un final de curso otra vez marcado por la incertidumbre. Entre medias, el Jazzaldia, la Quincena Musical y el Zinemaldia hicieron valer su ensayo en 2019 para programar una nueva edición segura, que en el caso del festival de cine llegó con varias polémicas.

Con el fin del estado de alarma, las instalaciones culturales del territorio recuperaron el 100% del aforo en octubre, poniendo fin, por el momento, a meses y meses de restricciones. Desde la llegada del coronavirus, los teatros, los cines y las salas de conciertos habían tenido que convivir con limitaciones que variaban cada poco tiempo y que impedían programar con seguridad. Un claro ejemplo fue la prohibición de comer palomitas en los cines, algo permitido durante la reducción de aforo pero prohibido con la asistencia al completo.

Gracias a este cambio, el Kursaal pudo acoger los conciertos de Amaral, Nathy Peluso y Love of Lesbian, entre otros, con normalidad, los teatros Victoria Eugenia y Principal se llenaron de fans del género durante la 32ª Semana de Terror de Donostia y el Certamen Coral de Tolosa se realizó tras un año de ausencia. No corrieron igual suerte el Jazzaldia -que tiró de viejos conocidos como Cécile McLorin Salvant, Chucho Valdés y Silvia Pérez Cruz-, la Quincena Musical -con Sokolov, Anne-Sophie Mutter y Mitsuko Uchida como cabezas de cartel- y el Zinemaldia, que tuvieron que conformarse con aforos al 50%.

Para el festival de cine no fue un año sencillo al estar enmarcado en dos polémicas. Por un lado, el premio Donostia a Johnny Depp -también fue homenajeada Marion Cotillard- y, por otro lado, la decisión de eliminar la distinción de género en los trofeos interpretatitivos. Se necesitará tiempo para conocer qué efecto tiene, pero, por el momento, la edición de 2021 se tradujo en claramente femenina, con cinco de los siete galardones con nombre de mujer.

El Zinemaldia perdió este año, además, a unos de sus exdirectores. Luis Gasca falleció el 6 de julio, siendo recordado como uno de los renovadores del festival -fue el encargado de programar Star Wars en un momento en el que cine de género no estaba bien visto- y como un gran estudioso del cómic y la cultura popular.

De 'Akelarre' a 'Maixabel'

En el que ha sido el año de reactivación para muchos creadores, el cine vasco volvió a demostrar su valía. Los premios Goya reconocieron con cinco cabezones a Akelarre y con tres a Ane, mientras que el Zinemaldia volvió a incluir una película de Euskadi en su Sección Oficial: Maixabel. La cinta que narra la historia de Maixabel Lasa se convirtió en uno de los fenómenos de la temporada.

El donostiarra Alberto Iglesias también vivió un final de año glorificante con su segunda nominación a los Globos de Oro por su trabajo en Madres paraleras, de Pedro Almódovar.

Los premios Euskadi de Literatura, por su parte, reconocieron a Pello Lizarralde, Txani Rodríguez, Anjel Lertxundi, Joxan Elosegi, Javier de Isusi, Alex Gurrutxaga y Mikel Reparaz y la música conoció la vuelta de Delirium Tremens, el esperado concierto de la Polla Records y el último trabajo de Kokoshca, que se coló entre los mejores discos del año.

asiera batean Durangoko Azokaren 56. edizioa normaltasunez egitekoa bazen ere, pandemiaren egoera okertu zenez, irizpidea aldatu egin behar izan zuen antolakun-tzak, azoka birtualaren eta presentzialaren arteko formatu hibridoa aukeratuz. Horrela, aldez aurretiko erreserba egin behar zuten 1.200 pertsonako txandakako sarbide-taldeak ezarri ziren, eta ostalaritza-zerbitzua erabat kendu. Nolanahi ere, nobedadeak ez ziren falta izan, 990 guztira, liburu, disko eta aldizkarien artean, Euskadiko kulturaren uzta emankorraren seinale. Azkenean, 25.000 lagun bertaratu ziren aurtengo ediziora.