“Un hombre animado y muy social”. Así describe Julio Iturre, miembro de la junta directiva de la sociedad Irungo Mendizaleak, a Marcos Elgorriaga, el montañero hallado sin vida este miércoles en el monte Saioa del Baztan, al que había acudido el martes por la mañana. Esta luctuosa noticia se ha extendido con rapidez en Irun y Hondarribia, donde era muy conocido.
Vinculado a la sociedad Irungo Mendizaleak desde hace más de diez años, solía participar en excursiones que esta organizaba. En palabras de Iturre, “prefería ir a la zona de los Pirineos, que le encantaba y ya tenía experiencia en ascensos importantes como la del Aneto o la ruta de Monte Perdido”. Además de participar en diferentes salidas, también preparaba rutas en solitario o junto a su hijo, un estudiante también aficionado a la montaña.
En su faceta profesional, Elgorriaga también resulta muy conocido en Irun y las localidades próximas, ya que regentaba una clínica dental en el barrio de Dunboa, frente al ambulatorio. “era muy cercano con sus clientes”, recuerda Iturre, a quien el apartado profesional también unía al montañero fallecido: “Era muy cercano con sus clientes y además de ser mi amigo solíamos compartir rutas montañeras”.
La clínica lleva de nombre el apellido familiar, que en la página web de la consulta emplea una tipografía que recuerda a una marca que hace que la familia Elgorriaga sea muy conocida.
Chocolates Elgorriaga
Cuarto de cuatro hermanos instalados, su padre, que se casó con la alemana Ursula Kunze, era uno de los propietarios de la fábrica chocolatera Elgorriaga. La firma conocida hoy internacionalmente, dio nombre a los grandes éxitos del Bidasoa de balonmano durante sus años más gloriosos y lució el apellido de la familia por toda Europa hasta que se convirtió en 1995 el primer equipo vasco en ser campeón de Europa.
El propio Iturre ve reflejada en Elgorriaga la implicación de la familia en la sociedad irundarra. Hace poco más de un mes, la sociedad organizó una txistorrada con motivo del día Santo Tomás: “Fue uno de los que se quedó hasta el final ayudándonos a recoger el puesto”. Era un hombre siempre dispuesto a ayudar. Así lo recuerda Iturre, “en la reunión anual para planificar el calendario de salidas, Marcos trajo varias propuestas, siempre sociable y dispuesto”.