Un empleado de un estanco de Donostia ha sido condenado a un año y tres meses de cárcel por apropiarse de 1.100 euros de la recaudación del comercio, cuya propietaria y la Fiscalía le acusaban de haberse quedado con más de 100.000 euros y reclamaban seis años de prisión para él.

Durante el juicio, el encausado admitió haber cogido de la caja una cantidad aproximada de 1.100 euros, si bien aclaró que tan sólo lo hizo "durante unos días debido a un problema económico que tenía".

Según recoge la sentencia del caso, a la que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron entre los últimos días de julio y el 22 de agosto de 2019, fechas en las que el varón "comenzó a quedarse con dinero de los clientes que no ingresaba en la caja".

Distintas técnicas

Para ello utilizaba distintas técnicas, como vender y cobrar productos sin validar la transacción en el terminal, anular las ventas a posteriori o borrar la línea en la que figuraba la operación.

La resolución de la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa explica que el inculpado se hizo así con 1.100 euros "que pertenecían al establecimiento", hasta que el 26 de agosto fue despedido, tras ser haber sido sorprendido cuatro días antes por la dirección de la empresa.

El texto judicial aclara no obstante que "las anulaciones de venta y los borrados de línea eran una práctica habitual en el establecimiento y las realizaban tanto los empleados como la propietaria".

Al tribunal le llama asimismo la atención que las acusaciones imputen al acusado "el importe correspondiente a borrados de línea y anulaciones de venta materializados" incluso cuando éste "se hallaba de vacaciones".

Imágenes grabadas

Motivos, entre otros, por los que la sentencia no puede "atribuir" al inculpado "todas las cantidades a las que ascienden los borrados de línea y las anulaciones de venta durante los dos años y medio que trabajó en el estanco, salvo las sumas que él mismo ha reconocido que sustrajo" y que se encuentran recogidas por las imágenes grabadas en las cámaras de seguridad.

"El hecho de que cuando los escasos días en los que el acusado no trabajó el número de borrados y anulaciones de venta era inferior -agrega el escrito- no puede ser suficiente para atribuir al acusado que sustrajera todas las cantidades que se le imputan, ya que tal deducción se basaría en una mera conjetura o sospecha carente de la necesaria e ineluctable certeza exigible en el ámbito penal".

"Todo ello -prosigue- porque también se llevaban a cabo borrados de línea cuando el procesado no trabajaba por encontrarse de vacaciones" y porque siguieron produciéndose borrados "en número elevado" cuando este varón ya había sido despedido del estanco.

El tribunal considera así al acusado responsable de un delito continuado de apropiación indebida por el que le impone un año y tres meses de prisión y le obliga a compensar a la dueña del estanco con 1.100 euros más los correspondientes intereses legales.