La sorpresa y la conmoción han inundado este jueves el barrio rural de Olaberria. La zona, a las faldas de Aiako Harria, con carreteras poco frecuentadas, habituales para caminantes y ciclistas que se desplazan por el parque natural, y una decena de caseríos repartidos por una larga extensión, se ha visto sobresaltada por un supuesto crimen que ha cogido a la mayoría de vecinos desprevenidos.

“¿En Olaberria? ¿Dos muertos? ¡Si aquí nunca pasan esas cosas!”, ha señalado a este periódico la propietaria de uno de los caseríos del barrio antes de que trascendieran los nombres de los fallecidos. Al haber cierta distancia entre las viviendas, ningún vecino habría escuchado los supuestos disparos de escopeta, por lo que, hasta que la noticia no ha llegado a los medios de comunicación, la tranquilidad reinaba por la zona.

“Me acaba de llamar mi hermano porque ha escuchado en la radio que ha habido disparos y estaba asustado”, ha indicado, por su parte, otro vecino, ya en la muga con el barrio de Ventas, también de Irun, que ha explicado que muchos habitantes de la zona se dedican a la explotación ganadera. “Hay una zona, a la entrada del barrio, con varios restaurantes y una tienda de pienso para animales, pero después ya son solo caseríos desperdigados”, ha indicado.

Para acceder a alguno de ellos es necesario cruzar junto al caserío Aranburu, donde habrían sido hallados los dos cadáveres, y cuyo acceso ha permanecido cerrado casi todo el día. Dos agentes de la Ertzaintza han protegido el acceso y únicamente han dejado pasar a los vecinos, la mayoría de ellos atónitos ante lo ocurrido, bajo previa identificación.

No así a aquellas personas que tenían sus autocaravanas estacionadas en el aparcamiento del caserío, como un matrimonio que ha tenido que marchar tras esperar un par de horas a que les permitiesen el paso. “Hemos venido a primera hora, a las 10.15 horas, y cuando hemos vuelto algo más de una hora después nos hemos encontrado esto”, han apuntado, señalando que el crimen, aparentemente, se habría cometido mientras ellos llevaban el vehículo a pasar la ITV. “No sabemos quiénes son ni lo que ha pasado. Solo sabemos que es una zona con algunos caseríos, entre ellos el de una familia conocida en Irun”, han explicado.

Esta familia sería la de los Ábrego, propietarios de una tienda de alimentación y carnicería cercana al centro comercial Mendibil y en la que solía ayudar el familiar fallecido. En ella, al parecer, se encontraría su madre en el momento de lo sucedido que se habría desplazado al lugar del crimen junto a varios de los hermanos del muerto. También habrían acudido familiares del otro fallecido.

Acceso a los pabellones

A lo largo del día también ha sido habitual ver vehículos que trataban de acceder a los pabellones cercanos al caserío, supuestamente alquilados, y a los que los ertzainas han impedido el acceso. “Nos han dicho que solo pueden entrar vecinos, así que nos hemos ido”, han señalado dos hombres que viajaban con una furgoneta.

Hasta las 17.35 horas de la tarde, el camino no ha sido despejado y los agentes no se han marchado de la zona, permitiendo, así, al barrio empezar a recuperar poco a poco su tranquilidad tan característica. No obstante, seguramente todavía necesite de más tiempo para recuperarse de un suceso tan trágico.