“A base de sacar fotos y vídeos, nos encontramos muchos rescates a gente con menos de un 15% de batería”
A pesar de que la mayoría de los montañeros acuden al monte bien equipados, la Ertzaintza realiza de media una actuación cada dos días entre despistes y accidentes
Tras el boom que se vivió con la pandemia, la afluencia de personas a los montes vascos ha vuelto a cifras anteriores a 2020. “Hemos pasado de 250 rescates en 2020 y casi 300 en 2021 a 150-160”, afirma Pablo Izaguirre, responsable del grupo de montaña de la Unidad de Vigilancia y Rescate (UVR) de la Ertzaintza, señalando que en verano aumentan los accidentes en el litoral de personas que realizan el Camino de Santiago.
¿Es el verano la época con más cantidad de rescates del año?
Realmente, no. En Euskadi la media de rescates es parecida todos los meses. En el primer cuatrimestre de este año, por ejemplo, estamos hablando de una media de 15-20 rescates todos los meses. Es verdad que siempre hay alguno en los que repuntan algo más, como en mayo y junio o incluso julio, pero, por el contrario, en agosto, como consecuencia de que los montañeros vascos se van a otras comunidades a hacer actividad, los accidentes se producen más fuera de Euskadi.
¿Y los rescates de montañeros de fuera? ¿Aumentan en este periodo?
Sí, lo notamos en los meses de verano y en otras épocas como Semana Santa con personas que practican senderismo y montañismo y que vienen de fuera, pero, sobre todo, de gente que está haciendo el Camino de Santiago por el norte. Hay muchos incidentes con personas que vienen de Francia y de otros países de Europa y que hay que rescatarlas.
Euskadi registra más de un rescate en montaña al día, principalmente a montañeros y senderistas
¿Realizan también rescates en el litoral?
Sí. La configuración de la Unidad de Rescate se compone de tres secciones: la de montaña, la de medio acuático y la de aeronáutica. Los rescates en litoral, si son en lámina de agua, los hace, por lo general, la sección de medio acuático, pero cuando son personas enriscadas en acantilados el helicóptero acude en configuración de montaña. Hay bastantes accidentes e incidentes en el litoral, sobre todo en el ámbito de los acantilados.
¿Hay alguna zona especialmente peligrosa?
El mayor número de rescates se producen en las zonas donde mayor afluencia de montañeros o personas hay practicando actividades al aire libre. Cuantas más personas, más probabilidades de accidentes. En actividades mucho más técnicas o específicas, como escalada, barranquismo o espeleología, hay menos accidentes porque la gente está más cualificada, pero son más graves. En Gipuzkoa, en el litoral, tenemos muchas incidencias en Jaizkibel, derivadas del paso del Camino de Santiago, y en las zonas de Deba y de Zumaia por el Flysch, que turísticamente tiene mucha afluencia de personas y de donde, por ejemplo, el mes pasado tuvimos que sacar el mismo día a quince personas. En cuanto a montes, en Gipuzkoa se aglomeran bastantes rescates en Peñas de Aia porque es una zona más técnica y agreste, y luego montes a los que habitualmente vamos los montañeros como el Hernio, el Adarra o Aizkorri-Aratz.
“En verano también es necesario llevar siempre algo de ropa de abrigo, que es algo que no lo acabamos de entender”
Hay, por un lado, rescates por despistes, como puede ser los del Flysch, y, por otro, los accidentes que surgen en la montaña.
Eso es. Diferenciamos entre la persona que ha sufrido un incidente, como aquellas que se han quedado enroscadas en un acantilado y no saben salir o han bajado al Flysch y no pueden regresar, y aquellas que derivan en un accidente, como los tropezones que se convierten en una caída o los que se producen en actividades más concretas como en bicicletas de montaña, escalada o parapente, en los que si sufren un incidente pasa automáticamente a ser un accidente .
¿Se hace algún tipo de recomendación especial en verano para evitar accidentes?
Dentro de las recomendaciones a la hora de hacer una actividad y planificarla, en verano hacemos más hincapié en la hidratación, en llevar una gorra y unas gafas de sol y en la crema de sol, que habría que usarla casi todo el año, pero sobre todo en este tiempo es indispensable. En verano también es necesario llevar siempre algo de ropa de abrigo, que es algo que no lo acabamos de entender. En el momento en el que te pasa una incidencia y depende a qué altitud te coja, si tienes que esperar a los servicios de emergencia, llevar algo de ropa de abrigo es muy importante.
¿Se encuentran a mucha gente que no tiene respeto a la montaña y acude sin estar preparada?
En general, diría que no. Aquí hay mucha cultura de montaña y la gente que sale a hacer actividad al medio natural va preparada. Siempre hay un porcentaje de gente que no lo va a hacer y cuando a estas personas les ocurren incidentes o accidentes es donde ves esa precariedad. Se ven casos, no solo en verano, también en invierno, pero, en general, nos encontramos gente que ha sufrido una caída, un tropezón o cosas que no son por falta de previsión.
“Detectamos que la gente, por miedo a que le puedan cobrar el rescate, tarda en llamar a los servicios de emergencia”
Tras la pandemia hubo un ‘boom’ de gente que fue al monte. ¿Se ha mantenido?
No. Si miramos estadísticas vemos que en 2020 sí que hubo ese boom porque tuvimos que buscar maneras de hacer actividad deportiva y salir en la coyuntura que teníamos. La montaña es algo socializado, hay bastante afluencia y las licencias federativas se van incrementando, pero hemos vuelto a los parámetros anteriores a la pandemia. Los rescates en estos dos últimos años han bajado considerablemente y hay una actuación mínimo cada dos días, cuando en los años de pandemia y postpandemia el número aumentó considerablemente con rangos de 250 rescates en 2020 y casi 300 en 2021 y hemos pasado a datos de 150-160. Hemos vuelto a las actividades habituales que teníamos antes de la pandemia.
En caso de sufrir un accidente en la montaña, ¿cómo se debe actuar?
Lo más importante es llamar cuanto antes y no demorar la llamada. Muchas veces detectamos que la gente por miedo a que le puedan cobrar ese rescate o por otras cuestiones, tarda en llamar a los servicios de emergencia y eso hace que se nos haga de noche o que la persona por su situación empeore. Lo primero siempre es llamar rápidamente, incluso si estás en una situación de pérdida que no sabes si vas a poder salir para que así podamos estar en preaviso, y luego facilitar las coordenadas, aunque hoy en día los sistemas de geolocalización nos permiten disponer de coordenadas en el momento en el que alguien llama al 112. Una vez que ya has informado, es importantísimo no moverse del sitio, abrigarse y no tener ocupado el teléfono, porque si nosotros tuviéramos que llamar se va a gastar batería en balde y muchas veces a base de sacar fotos y vídeos nos encontramos a gente con menos de un 15 o un 20% de batería.
Otra recomendación habitual suele ser la de intentar ir acompañado y avisar siempre a alguien antes de a qué zona vas a ir.
Sí, eso es. A la hora de hacer una actividad siempre hay que preparar el recorrido, valorar qué vamos a hacer, ver si estamos capacitados para ello y consultar la meteorología. En base a ella decidimos si la vamos a hacer o la descartamos y si la hacemos qué material y qué ropa vamos a necesitar. Es importante dejar dicho a dónde vamos e intentar no ir solo. Yo hablo también de un enfoque de respeto a la actividad, no solo al medio ambiente. Valorar qué estamos capacitados para hacer y qué no.
“Hay desconocimiento sobre el coste de los rescates, cuando en catorce años no se han cobrado más que 60 o 70”
¿La gente es consciente de cuáles son sus capacidades físicas?
El primer punto siempre es mirar el desnivel, si tiene zonas técnicas... y ahí es cuando tenemos que hacer un poco de autocrítica. ¿Tengo la condición física adecuada y los conocimientos técnicos adecuados? Es algo muy importante.
Antes ha comentado el coste económico de los rescates. ¿Hay mucha leyenda detrás de ello?
En parte, hay desconocimiento. En 2011 el Gobierno Vasco sacó una ley de tasas en el que se incluye un apartado del cobro del rescate, que no depende de la Ertzaintza sino de la Dirección de Emergencias. En catorce años con esa norma no se han cobrado muchos rescates, entre 60 o 70. El desconocimiento está cuando no tenemos la información de qué actividades están sujetas al posible cobro de tasa y cuáles no. Hay deportes de riesgo que el Gobierno Vasco entiende que podrían cobrarse como la escalada, el barranquismo o el puenting, pero otros, como el senderismo, que es lo que la mayoría hacemos, no está contemplado, salvo que lo hagas en una situación de meteorología adversa como alertas naranjas o alarmas, o que hayas simulado un riesgo.
¿Estar federado influye en ese posible cobro?
Estar federado o tener licencia de montaña puede hacer que si te abren un expediente de cobro, la cobertura del seguro de esa licencia pague todo o parte del rescate. Para hacer actividades de este tipo, lo lógico y lo coherente es estar federado porque pertenecer a un club de montaña te aporta muchas más cosas que tener un seguro. Los clubes y la federación hacen mucha labor divulgativa, de formación y de prevención y todo eso aporta.
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