Apagón en Gipuzkoa: "En una hora nos hemos quedado todos vendidos"
Comerciantes y particulares relatan las "mil incidencias" que deja tras de sí el apagón eléctrico en Gipuzkoa
Rosa Murua trataba de coger aire este mediodía en el barrio donostiarra de Herrera. Esta mujer de 63 años, con problemas de movilidad, se desplaza habitualmente con una moto eléctrica. El apagón le ha sorprendido en el interior de la estación soterrada del Topo de Altza, a decenas de metros bajo la boca de salida. El ascensor ha dejado de funcionar en torno a las 12.30 horas.
Sin saber por cuánto tiempo se iba a prolongar el enorme problema de accesibilidad que se le ha plateado, se ha visto obligada a actuar como ha podido. "Me he armado de valor y he subido andando unas 200 escaleras", explica mientras muestra su mano derecha ennegrecida de tanto aferrarse a la barandilla de sujeción. "Era uno de esos días en los que no he cogido el bastón, qué iba a saber yo", reconoce la mujer, que ha dejado su moto eléctrica en la estación del Topo, que irá a recoger "cuando pueda".
Murua se despedía de este periódico apoyándose como podía por las paredes del barrio donostiarra de Herrera, después de haber tomado un autobús y haber hecho una compra de urgencia del pan y poco más. Decía tener más ganas que nunca de llegar por fin a casa.
Llamamiento a la calma
Resulta sorprendente advertir las "mil incidencias" que ha dejado tras de sí este lunes el apagón eléctrico. El Departamento de Seguridad ha pedido durante la mañana tranquilidad, y que se utilice el teléfono 112 sólo en caso de emergencias para no colapsar las líneas. Una tranquilidad que en muchos casos ha brillado por su ausencia. "Lo peor ha sido no saber qué iba a pasar con los medicamentos que guardamos en la nevera. Son fármacos muy caros y hemos tenido que salir corriendo a por hielo para mantenerlos a la temperatura necesaria". Teresa Simón y sus compañeras, de la farmacia de la calle Narrica de la Parte Vieja de Donostia, han bregado con el apagón como han podido.
Sin suministro eléctrico, adiós a Internet y al wifi. "Hemos tenido que apagar los ordenadores, y les ha costado muchísimo arrancar. Hoy en día hasta las recetas de papel están informatizadas. Durante una hora ha sido un trastorno tremendo y no hemos podido ofrecer el servicio. A todos los clientes que entraban les hemos tenido que decir que no había manera de despachar. Menos mal que no ha habido ninguna solicitud urgente", resoplaba este mediodía Simón.
Entretanto, en los centros sanitarios se solicitaba al personal que apagara el mayor número de dispositivos posible para garantizar la energía necesaria con el fin de que no se vieran afectadas las diálisis y servicios vitales. A esa hora, poco después de las 12.30, la circulación viaria se resentía en la capital guipuzcoana. Conducir por la Avenida Tolosa de Donostia se convertía en un ejercicio que entrañaba cierto riesgo, con semáforos desactivados que obligaban a extremar la precaución para no colisionar con vehículos que se incorporaban a ciegas desde otras vías adyacentes.
Sin DNI ni carné de conducir
La red vasca de Euskotren también ha tenido parados todos sus servicios durante más de una hora como consecuencia del apagón. Una vez restablecido el servicio, Ismael Tijero atendía a este periódico en la estación del Topo de Herrera. "¡Vaya que si me ha afectado! Menuda mañana. Tenía cita para renovar el carné de conducir y el DNI, pero ha sido imposible en los dos casos. Nos han pedido que nos marcháramos, que no había luz", confesaba este usuario de Euskotren. "Para mí está clarísifico que ha sido un ciberataque. No funcionaba absolutamente nada", señalaba sorprendido este usuario poco después de que las líneas que cubren los servicios en Gipuzkoa, entre Amara y Hendaia, y el ramal Amara-Altza de la capital donostiarra, fueran las primeras en volver a funcionar, sobre las 13.50 horas.
Josean Mujika, vecino de Hendaia, hablaba también en la estación de lo que ha sido una mañana, cuando menos, anómala. "Nos ha sorprendido lo ocurrido en la parada de Ficoba. Han ido viniendo franceses que no sabían lo que ocurría, hasta que nos han avisado de que se trataba de una avería general. Por aquí ha habido más de uno que se temía que fuera alguna perrería de Donald Trump", decía con cierta ironía. "Sin luz y con miedo. Así nos hemos quedado", reconocía otra usuaria de Euskotren que pasaba a abrazar teorías conspiratorias.
"En una hora nos hemos quedado todos vendidos". Es el resumen de la jornada que han hecho este lunes muchos comerciantes guipuzcoanos, como el carnicero Iñaki Santos. Su comercio, en el barrio donostiarra de Herrera, ha tenido que cesar la actividad antes de lo habitual. "En cuanto ha ido entrando la clientela y decía que era una avería general en toda España he guardado todo el género. Otras veces se suele ir la luz durante un cuarto de hora, pero en esta ocasión todo ha sido diferente. En las ciudades somos muy dependientes, y sin luz estamos vendidos".
Carolina Novo, de la panadería La Estrella, se ha visto obligada a ir tomando nota a mano de cada una de las ventas, hasta que finalmente se ha restablecido el suministro. "Lo peor ha sido la incertidumbre, no saber qué iba a ocurrir", le decía a una clienta. Ésta, a su vez, se sinceraba: "A mí me ha pillado en la ducha. En casa tenemos todo elétrico y ya me había mentalizado para comer de lata. Menos mal que al final parece que se ha solucionado".
Sin alarma ni datáfono
Las tiendas de ropa y complementos tampoco se han librado. "El problema es que al faltar la luz falla la alarma, y te quedas sin ordenador y sin datáfono", explicaba Aizpea Soroa, del establecimiento Soul Cool & Chic, en la Parte Vieja de Donostia. "Nos hemos podido arreglar sin mayores contratiempos, pero me ha estado contando un proveedor que en Madrid ha sido una locura", reconocía esta profesional junto a Eva Arregi, empleada del mismo establecimiento.
A pie de calle también se palpaban las incidencias. Jon Novas, vendedor de cupones de la ONCE en la calle Fermín Calbetón, en la Parte Vieja de Donostia, se ha visto obligado a tomarse la mañana con cierta paciencia. "No funcionaba la TPV (Terminal Punto de Venta), por lo que no ha podido comprobar los cupones ni tampoco gestionar las ventas y cobros". Muy elocuente el mensaje que ha recibido de su jefa. "Hola, parece que estamos sin luz. Mantener la calma. No me llaméis que poco puedo hacer".
En el bar Garagar del Boulevard donostiarra, Tasmine, una de las camareras explicaba que a fin de cuentas ha habido suerte porque el apagón se ha producido antes de que comenzara el servicio de cocina. "El único problema que hemos tenido ha sido con clientes que pedían el ticket", decía la joven.
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