La carretera N-634 seguirá cerrada al tráfico "al menos" hasta el próximo junio a la altura de Deba por la "grave inestabilidad compleja y activa" detectada en el talud afectado por un deslizamiento de tierra registrado el pasado enero, por lo que está prohibido también el paso a viandantes y ciclistas.
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha señalado este martes en un comunicado que, a pesar de las actuaciones realizadas, se han detectado nuevos movimientos de tierra con riesgo potencial de alcanzar la carretera por lo que la vía permanecerá cerrada en ambos sentidos hasta junio, cuando se espera poder abrir un carril.
El diputado de Infraestructuras Viarias y Estrategia Territorial, Felix Urkola, ha señalado que "todo dependerá del desarrollo de las obras, del comportamiento del terreno y del tiempo", pero la reapertura total de la carretera "no será posible antes de otoño".
Responsabilidad
A pesar de la señalización que advierte del cierre total de la vía, advierte la institución foral, se han detectado pasos frecuentes de coches y camiones, así como de ciclistas, senderistas y peregrinos por la zona afectada por lo que hace un llamamiento a la responsabilidad ciudadana, ya que la presencia en el entorno puede ser peligrosa.
Urkola ha reconocido que este corte supone un "gran trastorno para los habitantes de Deba, para el polígono industrial de Itziar, las empresas de los alrededores y para los barrios afectados", pero la "prioridad en estos momentos debe ser la seguridad".
La Diputación trabaja para recuperar la normalidad "lo antes posible" y ha reforzado los medios para solucionar esta incidencia porque "la magnitud del deslizamiento ha resultado ser mucho mayor de lo que se pudo prever inicialmente", ha señalado Urkola.
Coste
Los trabajos cuentan con un presupuesto de 1,8 millones de euros para esta actuación de emergencia, de los cuales 600.000 euros fueron destinados inicialmente y 1.214.834 se han sumado como gasto adicional por el Consejo de Gobierno Foral para completar la intervención en su conjunto.
La primera fase de los trabajos ha consistido en retirar la masa de tierra deslizada, compuesta por tierras, pinos y otros materiales, y actuar sobre la zona más comprometida de la ladera.
En las próximas semanas se acometerán obras de sostenimiento en el extremo oeste del talud con el objetivo de abrir un carril con paso alternativo a partir de mediados de junio, "siempre y cuando las condiciones del terreno y la meteorología lo permitan", precisa el comunicado. En una fase posterior se colocará un sistema de contención de malla reforzada con bulones.