“Durante las últimas cuatro semanas, ¿cuánto tiempo estuvo muy nervioso/a? ¿Cuánto tiempo se sintió con la moral tan baja que nada podía animarle? ¿Cuánto en calma y con gran tranquilidad? ¿cuánto tiempo en desánimo y tristeza? ¿y cuánto feliz?” A estas y otras preguntas han respondido 5.688 hogares en los que viven 12.729 personas de Euskadi, seleccionando entre las siguientes opciones de respuesta: siempre (1), casi siempre (2), muchas veces (3), algunas veces (4), sólo alguna vez (5), nunca (6). Y el 22% los encuestados, uno de cada cinco, arrojó un resultado inferior a los 56 puntos, que es el indicador de una mala salud mental, según la Encuesta de Salud de Euskadi (ESCAV 2023) elaborada por el Gobierno Vasco.

Los datos son incontestables. En la encuesta se aprecia que “la salud mental de los vascos ha empeorado de forma relevante en ambos sexos: en mujeres, la prevalencia de mala salud mental aumentó hasta situarse en un 26,5% en 2023; en los hombres, la prevalencia fue de un 17,7% en 2023”, recoge el informe final. 

El incremento en cinco años fulmina la gran mejoría experimentada en 2018 respecto a 2013, justo después de que la crisis económica y financiera que entre 2008 y 2012 azotó Gipuzkoa y el mundo de manera inesperada, generando unas tasas de paro ya olvidadas en el territorio, se manifestase en un deterioro de la salud mental.

Peor que en 2013

En esa fase postcrisis, la ESCAV de 2013 indicaba que un 24% de las mujeres manifestaban una mala salud mental, con varios síntomas de ansiedad y depresión con frecuencia. Esta cifra se redujo al 16% en 2018. Pero ahora se dispara al 26,5. El aumento es del 66% en cinco años. 

En hombres, la dinámica es la misma. Se alcanzó un 16% en 2013 y se bajó al 9% en 2018. Esta vez se ha llegado hasta el 17,7% actual. La subida es del 96% en cinco años, aunque siguen siendo menos los varones que refieren problemas de salud mental. 

El aumento de las personas que manifiesta una mala salud mental roza el 77% sin englobamos a hombres y mujeres. 

Otra de las conclusiones que se desprenden de esta encuesta es que la proporción de personas con síntomas de ansiedad y depresión aumenta con la edad y, en este sentido, no podemos obviar que el envejecimiento de la población incide de forma notable y augura un futuro aún más inquietante. 

La prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión es mayor en mujeres que en hombres, en todos los grupos socioeconómicos.

También se extrae de los resultados que “la salud mental empeora al descender en la clase social. En 2018, por ejemplo, la prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión en los hombres del grupo con mejor situación socioeconómica era del 7%, la mitad que en el grupo V, el 14%. MIentrsa que en las la brecha era de 15 puntos porcentuales entre las claese extremas, con una prevalencia del 11% (grupo I) y del 26% (grupo V). 

Pues ese 26% del grupo más desfavorecido se ha visto ahora superado por la media en 2023

Por otra parte, la prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión es mayor en mujeres que en hombres, en todos los grupos socioeconómicos. 

Apoyo social

Otro aspecto relacionado con la salud mental y que también se aborda en la Encuesta de Salud de Euskadi, es el  Apoyo social percibido por las personas. En este ámbito, todos los grupos de edad han empeorado tanto en apoyo social como en apoyo afectivo respecto a 2018, lo que seguramente también tiene su incidencia en la salud mental

Las mujeres reportan mayor nivel de falta de apoyo confidencial y afectivo que los hombres, en las clases sociales más bajas. Y se concluye también que “en líneas generales, los niveles de falta de apoyo social tanto confidencial como afectivo, aumentan al disminuir la clase social”. 

Por otra parte, la percepción de falta de apoyo social, tanto confidencial como afectivo, disminuye conforme aumenta el nivel de estudios de la persona.

Estrategia del Gobierno Vasco

La alerta sobre el deterioro de la salud mental de las personas en Euskadi no nos coge por sorpresa. Ya en 2021, el Parlamento Vasco debatió en el pleno sobre salud mental y muchos profesionales advertían de que en los centros de salud estaban “desbordados”. 

Para entonces, un tercio de las personas adultas reporta niveles de angustia. Y entre la población más joven, . Entre la población más joven, esa cifra es todavía mayor, alcanzando a una de cada dos personas. 

Euskadi presentó el pasado noviembre una estrategia sanitaria integral de Salud Mental para el periodo 2023-2028

El pasado noviembre, por otra parte, y con los datos de la ESCAV en cocina, el Gobierno Vasco presentó su nueva Estrategia de Salud Mental para el periodo 2023-2028. Un paso hacia “un modelo de atención integral”, centrado en la prevención y orientado a la recuperación de las personas. 

Los aspectos prioritarios de esta estrategia son los Trastornos de Conducta Alimentaria, la salud mental infantojuvenil y la patología dual, que abarca a aquellas personas que sufren de manera simultánea o a lo largo de su vida una adicción y otro trastorno mental.

De hecho, a lo largo de este año, está prevista la creación de 16 plazas de hospital de día infantojuvenil en Gipuzkoa. Según dicha estrategia, en la lucha contra los problemas de salud mental, es clave la “detección precoz, el tratamiento eficaz y las rehabilitaciones” de los y las pacientes, dado que estas personas se ven afectadas “en todos los ámbitos de la vida: personal, familiar, laboral, social y comunitario. Sin embargo, todavía persisten estigmas, prejuicios y barreras que dificultan el acceso a los recursos y servicios adecuados para las personas con trastornos mentales y sus familias.

Un 80% califica de buena su salud global

En 2023, el 78,1% de las mujeres y el 82,0% de los hombres perciben su salud como buena o muy buena. Estas proporciones han disminuido más de un 4% respecto al 2018, en ambos sexos. En cambio, respecto al 2013 han aumentado cerca de un 2%, tanto en hombres como mujeres. Por otra parte, los datos de la ESCAV indican que la percepción de nuestra propia salud empeora con la edad, tanto en hombres como en mujeres. Respecto a 2018, en 2023 el porcentaje de personas con buena salud ha disminuido en todos los grupos de edad, en ambos sexos. Y también baja la valoración a medida que bajamos en la clase social. La diferencia entre los grupos de mayor y menor posición socioeconómica alcanza los 13 puntos porcentuales.