El panafricanismo es, según la politóloga Mariama Jadama Minteh, “la única herramienta capaz de proporcionar a los pueblos africanos una emancipación total de todas las formas de dominio”. Así, este movimiento –cuyos orígenes se remontan al contexto de la trata atlántica– se define por una mirada poliédrica a las problemáticas que atraviesan las vidas de las personas africanas y afrodescendientes. Es, en síntesis, una vía para liberar tierra, cuerpo y mente. Ayer, Bilbao fue escenario de la puesta de largo de la nueva asociación de cobertura estatal que recoge el legado de esta corriente política: la Red de Acción Panafricanista (RAP).
Africanismo
El evento, que se celebró en un local de la Calle Lemana, en Bilbao La Vieja, acogió a cerca de un centenar de asistentes llegados de otros puntos de Euskadi, Madrid, Valencia, Aragón o Catalunya. El acto, que comenzó a las 10.00 horas y finalizó a las 14.00 horas, fue una suerte de maratón de charlas, coloquios y actuaciones que culminó con el discurso de la presidenta de la recién creada asociación: Mariama Jadama Minteh. Buena parte de este programa de actividades se centró en una idea clave de este movimiento: la recuperación identitaria. “Al final, entendemos que el panafricanismo es la filosofía de recuperación identitaria”, apuntó Nana Akieme, vicepresidenta de la RAP, “y, al final, esa recuperación identitaria abarca muchos extremos, como puede ser el ámbito político, el social, el económico, el educacional o el cultural”, precisó.
De acuerdo con Akieme, las gentes africanas y afroescendientes comparten un sentimiento de vacío e invisibilidad, porque migran –o crecen– en un contexto donde su propia identidad es inexistente. “Tú conoces por otras vías la relación Europa-África, pero cuando vas al colegio y te explican las conquistas de Colón y no te explican correctamente cómo España llegó a África o por qué en Guinea Ecuatorial se habla castellano, poco a poco, va creándose un sentimiento de vacío e invisibilidad de una realidad que también forma parte de la historia española y de otros muchos países más”, expuso la abogada.
Formas de dominio
Así, según la RAP, esa invisibilización también se traduce en un dominio cultural. Europa, se rabian sus miembros, tiene la hegemonía del relato histórico global, y, por eso, es necesario “empujar un proceso de descolonización”. “El dominio económico y político quedan muy evidentes, pero no son los únicos”, apuntó la presidenta, “también existe el dominio de la mente, algo en lo que incidimos mucho. Dadas las circunstancias históricas que se han producido, el centro de los africanos siempre ha estado en Occidente”, denunció. En ese sentido, el panafricanismo aboga porque las personas africanas ocupen un lugar central, convirtiéndose, de esta manera, “en el núcleo, el canon de todo”.
La nueva Red de Acción Panafricanista pretende erigirse en un mecanismo capaz de dignificar aquellas vidas que la civilización occidental ha degradado históricamente. “Y en ese ejercicio de dignificar tenemos un abanico bien amplio de cuestiones”, apostilló Mariama. Cuestiones como el género, la inserción laboral, la precariedad (y el estigma que ésta genera) y un largo etcétera de problemáticas a abordar para construir vidas mejores.