Asustados y desbordados por las últimas noticias. Así es como se sienten buena parte de los motociclistas habituales de Gipuzkoa ante el año especialmente violento que están viviendo. En lo que va de 2023 han sido ya diez los guipuzcoanos que han fallecido en las carreteras, siete de los cuales han perdido la vida en las carreteras del territorio. “Estamos desbordados. No entendemos la situación y no sabemos cómo actuar”, confiesan desde el Real Moto Club de Gipuzkoa.

La escalada de motoristas fallecidos en los siete primeros meses del año, los dos últimos la semana pasada en sendos accidentes producidos en Getaria y en la localidad navarra de Murillo el Cuende, ha puesto en máxima alerta a los conductores de estos vehículos. “Cuando ves que gente conocida o allegada se ha quedado en la carretera nos duele más como persona que como colectivo”, revela Joaquín Zabalza, vicepresidente del Real Moto Club, que apunta a que cada una de las muertes ocurridas parten de situaciones diversas. “Cada caso es diferente y no se pude generalizar, pero falta implicación de todo el mundo. Tenemos que advertir no solo a los motoristas, que también, sino a todos los que circulan de los riesgos que hay”, añade.

Esta recomendación cobra mayor importancia si cabe en pleno verano, la época más propicia para coger la motocicleta y disfrutar del buen tiempo y los paisajes por las carreteras secundarias del territorio. “Es un colectivo destacado en Gipuzkoa, por lo que la siniestralidad siempre ha sido alta al ser de los más vulnerables. Sin embargo, hace años el perfil del fallecido era más joven y se debía a accidentes con el ciclomotor en el casco urbano. Una vez esto reguló su uso el perfil fue cambiando. Ahora es alguien más adulto y con mayor experiencia, que posee una motocicleta de gran cilindrada y que utiliza las carreteras interurbanas”, explica Mario García, del Real Automóvil Club Vasco Navarro RACVN.

Al igual que desde el Real Moto Club de Gipuzkoa, desde esta entidad explican que cada uno de los accidentes mortales registrados en lo que va de año se debe a diferentes motivos. “No se puede decir que la culpa sea por los motociclistas o por la velocidad. Puede ser a causa de vías en mal estado, por culpa de otros vehículos o peatones… Hay que ver cada caso uno por uno”, indica, al tiempo que señala que la cifra de 2023 forma parte de una tendencia especialmente peligrosa para Gipuzkoa. “Gracias a los datos que recabamos de la DGT, del Gobierno Vasco y del Gobierno Foral de Navarra, llevamos varios años alertando de un patrón que se repite muy habitualmente: un varón de mediana edad que sufre una caída mortal con su motocicleta”, apunta. Este perfil se vuelve a repetir, ya que todos los fallecidos en 2023 son hombres y muchos de ellos contaban con una larga experiencia sobre las dos ruedas. 

La época más crítica

Ante esta situación y con agosto recién estrenado, Zabalza pide prudencia en las carreteras. “El verano es el momento más crítico. Si está lloviendo la gente prefiere quedarse en casa, pero con el buen tiempo te animas más a coger la moto. Para mucha gente eso son sus vacaciones”, recuerda. Por ello, solicita “estar más atentos si cabe a la carretera” y tratar de hacerse ver en cada momento. “En nuestras recomendaciones solemos decirles que conduzcan a la defensiva, siempre con un as en la manga. No te vale con tener la razón para vivir”, zanja.

Para el RACVN la solución pasa por una visión compartida y de coexistencia en la que no solo se advierta de los riesgos a los motoristas, sino también al resto de usuarios de las vías. “Una pequeña caída puede matarles”, señala García, para quien Gipuzkoa no cuenta con un parque de motocicletas especialmente envejecido. “Una moto, aunque tenga varios años si cuenta con un buen mantenimiento, sobre todo en frenos y neumáticos, es segura”, argumenta.

De mismo modo se pronuncia Zabalza, para quien los talleres y los comercios son “los grandes olvidados”. “Son los primeros a los que los motoristas toman contacto. Son a ellos a los que acudimos ante cualquier problema, por lo que deberían formar parte directamente de las campañas de concienciación", comenta, al tiempo que recuerda que una revisión del vehículo debe ser siempre asignatura obligada antes de cualquier viaje.

“La moto un elemento muy divertido. Queremos disfrutar de ella, pero los últimos datos nos acongojan”, observa, señalando que los peligros no solo están en las carreteras secundarias. “Pedimos una mayor coordinación en las ciudades. Cuando se lleva a cabo una obra se debe tener en cuenta la seguridad de todos en todo momento. Una rejilla puede propiciar un resbalón o un mal mantenimiento de las pinturas. Son pequeños detalles que para nosotros son muy importantes”, concluye.