Compaginar los estudios con tareas familias y, en ocasiones, laborales no es nada fácil. Mucho menos si, además, ese esfuerzo va unido a prejuicios por el origen de su familia. Por todo ello, la asociación Jatorkin Al-Nahda ha querido reconocer este viernes en Donostia a diecisiete alumnos de ascendencia magrebí que han obtenido algún título académico, desde la ESO hasta un grado de Formación Profesional (FP), en el último curso con la entrega de un diploma en el campus de la UPV/EHU.
La mayoría de estos jóvenes han pisado por primera vez la Universidad. La ocasión lo merecía y muchas familias, por este motivo, no han querido perder la oportunidad de ver a sus hijos e hijas recibir un diploma por su esfuerzo académico. “Es un bonito recordatorio de mi paso por la ESO”, ha reconocido Yassir Es-Saiydy, acompañado por sus padres y su hermana. Este estudiante de 16 años nacido y criado en Azpeitia ha sido uno de los catorce alumnos que acudieron a recoger el diploma por finalizar el último curso de la ESO. Junto a ellos, una joven que ha terminado Bachilerrato y dos que han hecho lo propio con un grado de FP.
“No es que me guste mucho estudiar, pero se me da bien. He sacado todo muy bien”, ha afirmado Yassir, que no ha dudado en aceptar el ofrecimiento de la asociación. “No creo que haya racismo. Yo, al menos, no lo he notado en mi clase”, aseguró este joven que ha preferido comunicarse en la que es su primera lengua: el euskera.
“Cuando nos preguntan no se creen que sepamos euskera. Como nos ven de fuera ya se piensan que no sabemos nada”, ha argumentado Salsadil El Morsai, otra de las homenajeadas, también por finalizar la educación secundaria. Para ella, actos como el de este viernes son necesarios para terminar de romper los prejuicios asociados a sus orígenes. “No es que haya sufrido racismo directamente, pero sí que se nota una mirada diferente porque se creen que no eres de aquí”, ha indicado esta joven de 15 años de Zumarraga.
Su amiga, Omaima Merres, de 16 años, lo ha corroborado. “Creo que en los pueblos pequeños es diferente y se ve de otra manera”, ha apuntado, al tiempo que ha añadido que otra razón es el origen: “Nosotras hemos nacido aquí y nos sentimos de aquí al 100%”.
A pesar de ello, poder acceder a un título académico es un valor fundamental para la integración. Así, al menos lo ven desde la asociación guipuzcoana, que organiza cada año este evento bajo el lema Nire diploma, nire askabidea para poner en valor “una herramienta que proporciona autonomía, empoderamiento y ayuda a la integración de las personas, mejorando así la convivencia”.
Compartirlo con la familia
El valor de un reconocimiento así tiene, además, un premio para estos jóvenes. “Lo más bonito es compartirlo con tu familia”, ha afirmado Dikra Maris, acompañada por un buen puñado de sus familiares. “Me gusta estudiar y se me dan bien las ciencias. Me gustaría estudiar biología”, ha argumentado esta joven de 16 años de Alegia.
Todos estos jóvenes tienen intención de seguir estudiando en el futuro y muchos ya tienen pensadas sus futuras profesiones, desde enfermeras hasta profesores. “Es importante seguir estudiando”, ha apuntado Yassir. Con ello, además, la sociedad irá aceptando “a todos los colectivos”.
“Poco a poco está cambiando, pero seguro que todavía quedan cosas por hacer”, ha señalado, por su parte, Omaima, para quien es muy positivo que se siga potenciando la educación de los jóvenes inmigrantes en las aulas. “Aún así, es importante reivindicar de donde se viene y para ello es positivo que haya diplomas como este”, ha finalizado con una sonrisa.