Para 2030, se estima que hasta 118 millones de personas extremadamente pobres estarán expuestas a la sequía, las inundaciones y el calor extremo en África, si no se establecen medidas de respuesta adecuadas. En 2080, zonas de América del Sur, África, la península arábiga, India e Indonesia serán lugares inhóspitos por el calor extremo. Según un estudio, más de la quinta parte de la humanidad tendrá que desplazarse fuera de sus casas... Son advertencias de la ONU y de científicos expertos que han publicado estudios en la revista Nature esta misma semana.

Pero no son las únicas señales de alarma. Y es que los efectos del cambio climático se pueden ver ya a día de hoy. Ejemplo de ello es que Indonesia construye actualmente una capital alternativa a Yakarta debido a la destrucción de esta por las inundaciones. O noticias como que el Ártico se sigue derritiendo y la biodiversidad se ve cada vez más reducida...

Y en el Estado, el ritmo al que aumenta el nivel del mar se ha duplicado en los últimos 20 años. Por este motivo, el experto Jaime Mira, de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo en Etiopia, y ambientalista, asegura que “es la primera vez en la historia” que se tienen tantos datos sobre cómo afecta la actividad de la humanidad en la Tierra, y por ende, cómo la destruye.

Es por eso que insiste en que “es muy evidente” que los países tienen que reducir de manera drástica sus emisiones de gases de efecto invernadero. El incremento de las temperaturas de 1,5 grados “es mucho” y “va a generar efectos de impactos masivos en las tendencias del agua”. Ejemplo de ello es la subida del nivel del mar, la pérdida de hielo y pérdida de los casquetes polares, impactos “que están íntimamente vinculados a la salud pública global”.

Y es que, como sostiene, “los eventos climáticos extremos son cada vez más habituales y continuos” y, de hecho, ya están empezando a pasar y “se va a acentuar” de manera muy importante. Y eso, sólo con un incremento de 1,5 grados, que es “el reto”, al que aspiran llegar los países. Por lo que “con una subida de 2 grados los resultados previstos son catastróficos”. De hecho, Mira no puede ni valorarlos, ya que insiste en que “serán devastadores, sobre todo por la pérdida masiva de biodiversidad”.

Es por eso que el experto, además de poner el foco en la responsabilidad de las instituciones públicas para atajar esta problemática, hace hincapié en la responsabilidad individual de cada ciudadano.

¿Cómo? A través del “consumo responsable”. Sostiene Mira que “ como consumidores es cierto que es muy difícil ser un consumidor informado permanentemente”, pero hay aspectos en los que sí se puede poner el foco. Es el caso del origen de los productos que consumimos, así como los ingredientes que llevan.

Además, “la materia prima y qué consumo energético conllevan los productos de las grandes cadenas son dos de los grandes problemas a nivel global”. Asimismo, subraya que “la gestión de residuos tiene que mejorar, tanto en el caso de los residuos sólidos como los residuos líquidos”, insiste. Con toda la información que tiene la humanidad, “no se entendería que se mirara a otro lado”, zanja Mira.