Promover espacios que invitan a la reflexión es, si cabe, más importante que nunca dado el vertiginoso ritmo que nos impone el día a día. En esta y muchas otras interesantes reflexiones coincidieron los participantes en el encuentro Agenda 2030: un nuevo y transformador contrato social, organizado por este periódico y que reunió a representantes de entidades vascas que tienen mucho que decir sobre los desafíos que plantea la consecución de los objetivos contemplados en la Agenda 2030. Un interesante debate (cuyo vídeo está disponible en la web de NOTICIAS DE GIPUZKOA), que como colofón final contó con la intervención de Jonan Fernández, secretario general de Transición Social y Agenda 2030 de Gobierno Vasco, quien destacó que “siete años después de que se aprobara la Agenda 2030, estamos en el momento de pasar de las palabras a la acción”. 

La Agenda 2030 es un plan de acción que surge en el año 2015 de la mano de la ONU. ¿En qué consiste y por qué es relevante?

Lo primero que hay que destacar es que es un acuerdo suscrito por 193 países en el marco de las Naciones Unidas, en el año 2015, y que contempla 17 objetivos, los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), divididos a su vez en 169 metas, a cumplir en 2030. Su relevancia radica en la apuesta común que hacen 193 países por llevar a cabo un plan de acción, algo que de cara al futuro tiene una gran importancia. Por otra parte, los 17 objetivos contemplados giran en torno a tres grandes ejes: la transformación medio ambiental, la transformación social y la transformación económica. En definitiva, la Agenda 2030 busca aplicar dos criterios en todo aquello que hacemos: sostenibilidad y solidaridad.

De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que marca la Agenda 2030, ¿cuáles cree que son de mayor relevancia para Euskadi?

Uno de los ámbitos donde hemos de poner el foco con urgencia es en el relacionado con el cuidado del planeta y el reto del cambio climático. Hay un bloque de objetivos comprometidos con este desafío como son el ODS 7 (Energía asequibles y no contaminantes), el ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), el ODS 12 (Producción y consumo responsables), el ODS 13 (Acción por el clima), el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres). El segundo eje, relacionado con la reducción de las desigualdades y con el impulso de la inclusión social, recogido expresamente en el ODS 10 (Reducción de las desigualdades), está a su vez estrechamente relacionado con otros como el ODS 1 (Fin de la pobreza), el ODS 2 (Hambre cero), el ODS 3 (Salud y bienestar), y el ODS 4 (Educación de calidad), y el ODS 5 (Igualdad de género). Finalmente, destacaría un tercer ámbito, contemplado en el ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos), que es el centrado en la creación de alianzas, de alguna manera nos invita a una nueva cultura de cooperación. Para las transformaciones que tenemos que acometer es fundamental poner en común lo que nos une y trabajar como los remeros de una trainera, remando todos juntos en una misma dirección. Esto no solamente tiene que ver con los gobiernos estatales, autonómicos o locales; tiene que ver con todo tipo de entidades y organizaciones como universidades, empresas, asociaciones, y también a nivel individual, con el fin de que el eje de la sostenibilidad atraviese todo lo que hagamos desde el punto de vista medioambiental, social y económico. 

“Para las transformaciones que tenemos que acometer es fundamental poner en común lo que nos une”

Foto de familia de los participantes en el foro organizado por NOTICIAS DE GIPUZKOA el 2 de diciembre. De izda. a dcha.: Asier Arambarri (Gobierno Vasco), Rakel San Sebastián (Adinberri), Jonan Fernández (Gobierno Vasco), Eduardo Iribarren (Noticias de Gipuzkoa), Naiara Goia (Arantzazulab), Iñigo Ansola (EVE) y Joseba Zalakain (SIIS). Javier Colmenero

En la línea de promover esa colaboración, en 2021, su departamento creó el Foro Multiagente para la Transición Social y la Agenda 2030, con el objetivo de facilitar la colaboración y participación público, privada y social en el desarrollo de los ODS. ¿Cómo valora el primer año de trayectoria de este foro?

Este foro es el órgano para la gobernanza compartida de la Agenda 2030 en Euskadi. Está compuesto de diferentes órganos: un órgano plenario, una comisión permanente y cinco grupos de trabajo (gobernanza, agenda urbana, transformación social, transformación energético-climática y transformación económico-digital) y, a su vez, está integrado por el lehendakari y todos los consejeros del Gobierno Vasco, las tres diputaciones forales, Eudel, los ayuntamientos de las tres capitales vascas, las tres universidades, y entidades del tercer sector a través de la organización Sareen Sarea, así como diferentes clúster. La del foro es una ambiciosa composición que se ordena con planificación y evaluación, a través de planes de gestión anuales y mediante la elaboración de memorias anuales. Tras un año en funcionamiento, la valoración del funcionamiento de este foro es muy positiva y puedo decir con orgullo que la nuestra puede convertirse en una experiencia de referencia a nivel internacional. Además, todos los que formamos parte de este espacio trabajamos en la misma línea, en el sentido de que frente a la abstracción estamos de acuerdo en que tenemos que desarrollar la metodología de lo concreto, porque la agenda 2030 y los ODS tienen que ver con objetivos concretos.

La Agenda 2030 es, por tanto, a su juicio, ¿una necesidad o una oportunidad?

Por un lado, es una necesidad prioritaria para el planeta; el mundo necesita abordar cambios importantes para garantizar la supervivencia y, por otro lado, es también una oportunidad, porque estas transformaciones están ligadas al bienestar de la sociedad en su conjunto, ya que los objetivos contemplados tienen que ver con hacer ciudades más sostenibles e inclusivas, con hacer desaparecer las desigualdades o con responder con firmeza al cambio climático.

¿Cree que la sociedad es consciente de la importancia de la Agenda 2030?

Lo cierto es que hay un alto grado de desconocimiento de lo que es. Según las encuestas que hemos realizado, el 50% de la sociedad vasca tiene alguna noción de lo que es la Agenda 2030, pero la gran mayoría lo relaciona exclusivamente con objetivos medioambientales. Sin embargo, al preguntar sobre los diferentes objetivos que persigue, la mayoría de los preguntados reconocen sentirse muy identificados. No obstante, tenemos que hacer un trabajo de divulgación en torno a lo que significa este programa de trabajo. 

Desde que se creara este ambicioso y global plan de acción han pasado ya siete años, y quedan tan solo ocho para cumplir los objetivos marcados. ¿Hay perspectivas de éxito?

Tenemos que ser autocríticos. Haciendo un balance global, la realidad es que no vamos bien. No lo digo yo, la propia ONU lo ha reconocido. De hecho, debido al cumplimiento insuficiente de algunos de los estados, en 2019 la ONU decidió hacer un llamamiento a la acción y de ahí se designó a la década 2020-2030 como la Década de la Acción. Eso significa que de aquí a 2030 toca hacer un gran esfuerzo de cara a cumplir los ODS. Desde el Gobierno Vasco compartimos esa valoración tanto crítica como autocrítica: tenemos que hacer más, mejor y más rápido. La pandemia y la invasión de Ucrania todavía han hecho más apremiante la necesidad de las transformaciones que se han planteado. 

¿Ha ralentizado la pandemia los planes?

Sí. Ha tenido un impacto negativo. Por una parte, ha frenado el desarrollo de determinadas políticas y acciones que estaban en marcha y, por otra parte, ha acentuado las brechas y desigualdades entre los más y los menos favorecidos. Hemos de hacer un esfuerzo suplementario para recuperar el tiempo perdido. 

“La pandemia y la invasión de Ucrania todavía han hecho más apremiante la necesidad de estas transformaciones”

¿Cómo traer este plan de acción a lo local, a Euskadi?

El llamamiento a la acción de la ONU parte de dos constataciones: por un lado, constata que los gobiernos estatales no están desarrollando suficientemente su compromiso; y, por otro, que el 70% de las competencias están en los gobiernos locales o regionales. Esto ha traído consigo la necesidad de desarrollar el concepto de la localización, con el fin de que la implementación de la Agenda 2030 tenga un impulso local. En ese sentido, estamos en la década de la localización y no podemos estar más satisfechos porque en ese contexto, la ONU ha decidido ubicar la sede mundial del Secretariado de la Coalición Local 2030 en Euskadi, concretamente en Bilbao. 

¿Qué supone esta decisión para Euskadi? 

Es una gran noticia para Euskadi porque de alguna manera acerca la ONU a Euskadi y, a su vez, es una manera de que Euskadi se comprometa más si cabe con las Naciones Unidas. El Secretariado de la Coalición Local 2030 es una coalición impulsada por diferentes organismos de Naciones Unidas y su principal objetivo es impulsar, coordinar y dinamizar el desarrollo de la Agenda 2030 en las instituciones regionales de todo el mundo. Esta labor se llevará a cabo desde Euskadi y se promoverán políticas confluyentes frente a la pobreza, el cambio climático, o a favor de la igualdad. El hecho de que haya sido elegida la candidatura de Euskadi significa un reconocimiento a la trayectoria emprendida en Euskadi, pero también implica una responsabilidad añadida de cara a los siguientes años. En ese sentido, desde el Gobierno Vasco estamos comprometidos e ilusionados con el desafío que supone. 

“El hecho de elegir la candidatura de Euskadi significa un reconocimiento y también una responsabilidad añadida”

En 2020 fue designado secretario de Transición Social y Agenda 2030, un cargo dependiente de Lehendakaritza. ¿Qué supone para usted ostentar este cargo?

Es una gran responsabilidad y también resulta muy interesante, porque permite trabajar con iniciativas que buscan una transformación social a medio plazo, es decir, va más allá de responder a la urgencia del día a día. Se trata de un ámbito permite trabajar con una perspectiva más amplia y plantea espacios de reflexión que son realmente interesantes.