¿Cuánto años podemos robar a la muerte? Cada vez más, a tenor de los datos. Porque vivimos una eclosión de hiperlongevos, y el crecimiento de la población centenaria en los últimos diez años se ha triplicado y no resiste ninguna comparación con respecto a otras décadas, pandemia de covid aparte. En la CAV en torno a 1.700 personas han superado el siglo de vida, según el censo del Eustat, y alrededor de otras 200 en Nafarroa. Además, cada año, cerca de 600 ciudadanos se incorporan al selecto club de los 100 en ambas comunidades.

También van en aumento las personas supercentenarias, con más de 110 años, aunque la receta de esta longevidad extrema no esté clara. De hecho este mes de octubre falleció la que era hasta ahora la mujer de más edad de Nafarroa, María Estrada Aramendía que murió a los 107 años y 305 días en Estella.

En el Estado español, en apenas tres décadas, el número de habitantes que han superado la mítica barrera de los cien, pasará de los 11.000 a los 109.000 gracias a que la esperanza de vida aumentará 2,5 años para las mujeres y 1,9 para los hombres, según las proyecciones del INE. 

Se trata de un fenómeno muy llamativo ya que será el país que logre acumular proporcionalmente el mayor número de centenarios. Más que Francia o Reino Unido. Y este crecimiento de la denominada “vejez avanzada”, planteará nuevos retos.

Se retrasa la edad de fallecimiento

  • Esperanza de vida. Desde 1976, la esperanza de vida de los hombres y de las mujeres ha experimentado un incremento constante llegando en 2019 a sus niveles más elevados: 80,8 años para los hombres y 86,6 para las mujeres. Solo la pandemia ha sido capaz de atenuar la subida.
  • Decesos. Las causas de fallecimiento -al margen del covid-19- han variado en los últimos 30 años, sobre todo en los tumores y en las enfermedades del sistema circulatorio. En 1990 estas últimas producían casi el 36% de las defunciones, mientras que los tumores eran los causantes del 27%. Sin embargo, en 2020 los tumores tenían mayor peso (29%) mientras que los trastornos circulatorios bajaban al 26%.


De nuevo, los datos son contundentes. En la CAV, entre 1981 y 2021 la población de 65 y más años se ha multiplicado por 2,5 y pasa del 9% al 23%. Mucho más notorio ha sido el incremento de las personas más ancianas, las de 85 y más años, ya que su número se ha multiplicado por 5,3 en estos 40 años, llegando a cuatro de cada cien.

¿Qué dice la ciencia?

Las prospecciones a futuro, según la ciencia, es que ganar años al calendario será cada vez más frecuente. Sin embargo, alcanzar la etapa de supercentenario, es decir, arañar años a la segunda centena, encerrará ya muchas más dificultades.

Por eso, son los supercentenarios los que atraen ahora la atención de los científicos que estudian cómo retrasar el envejecimiento humano. “Esas personas desafían la naturaleza de la vejez normal. Y aún no estamos muy seguros de por qué tienen una edad media de muerte tan elevada”, afirma Janet Lord, profesora de biología celular en la Universidad de Birmingham.

Los científicos saben que la genética juega un papel muy importante en este tipo de longevidad. Los centenarios (y supercentenarios) son capaces de protegerse contra el desgaste que afecta a las personas con el paso del tiempo. Pero también sospechan que parecen ser capaces incluso de compensar los hábitos poco saludables que envían a la mayoría de los mortales a la tumba de forma anticipada.

Buscando la fuente de la eterna juventud, numerosos científicos investigan cómo hacer retroceder el reloj. El investigador Juan Carlos Izpisúa ha conseguido ya revertir los signos del envejecimiento en ratones. Y su gran reto es trasladar este hito a los seres humanos. “Estamos muy cerca de vivir 150 años“, afirma el bioquímico en el documental de National Geographic, Ciencia de la vida: Longevidad. “Hemos empezado a estudiar el envejecimiento en monos porque pensamos que tiene una mayor relevancia para los humanos”, indica. 

Los avances científicos son cada vez mayores y nos sitúan al borde de un futuro que, según este experto, está más cerca de lo que puede parecer. La nueva longevidad avanza a pasos agigantados aunque el gran desafío ya no es cómo vivir más años sino cómo vivirlos mejor.