La incidencia de la sarna sigue creciendo en Euskadi. A pesar de la creencia generalizada de que era una enfermedad prácticamente desaparecida, lo cierto es que los casos vienen incrementándose en todo el Estado español desde 2014.

¿Qué es la sarna?

Se trata de una infestación parasitaria causada por un ácaro microscópico denominado 'Sarcoptes scabiei var. Hominis', que se mete en la piel y deposita huevos que eclosionan en 3 o 4 días y se convierten en adultos en 1 a 2 semanas. La respuesta inmunitaria del organismo es en forma de un prurito intenso. La enfermedad se puede complicar con una infección bacteriana, dando lugar a la aparición de llagas en la piel que pueden desembocar en patologías más graves como septicemia, cardiopatías e insuficiencia renal crónica, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Cómo se transmite entre personas?

Comúnmente la sarna suele transmitirse por contacto con la piel de un individuo infestado. Hay mayor riesgo de contagio cuando la sarna es costrosa. La transmisión por el contacto con objetos personales es poco probable, aunque el riesgo es más elevado cuando es costrosa. La OMS precisa que hay un período asintomático de infestación, por lo que la transmisión “puede producirse antes de que la persona inicialmente infestada presente síntomas”.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas se producen de 4 a 6 semanas después de la infección. Los habituales son prurito intenso alrededor de los pliegues de los dedos de las manos, las muñecas, las extremidades superiores e inferiores y la línea del cinturón.

En el caso de lactantes y niños pequeños, la sarna puede cursar en forma de erupción cutánea de color rosáceo en las palmas de las manos, las plantas de los pies, los tobillos e incluso en el cuero cabelludo. También pueden registrarse nódulos inflamatorios de sarna en el pene y el escroto, en los hombres, y alrededor de los pechos, en las mujeres.

La llamada sarna hiperqueratósica se presenta con costras gruesas con descamación que pueden estar más extendidas por el cuerpo, incluida la cara.

¿Cómo prevenirla?

Hay que evitar el contacto de piel con piel con las personas que hayan sido diagnosticas y no usar ni usar su ropa, sábanas o tollas. Todos estos enseres que estuvieron en contacto con la persona afectada deben lavarse a máquina con detergente y agua caliente a 60 grados de temperatura y secarse con calor.

Elementos como cojines o almohadas que no se pueden lavar, hay que colocarlos en bolsas de plástico cerradas un mínimo de tres días antes de volver a usarlas (el ácaro no vive más de 24 a 36 horas fuera del cuerpo humano).

¿Cómo se trata?

Hay varios tratamientos que consisten en la aplicación de pomadas, como la permetrina o malatión, o bien la ingesta de pastillas (ivermectina oral). Cabe señalar que el prurito se suele intensificar durante 1 a 2 semanas cuando el tratamiento es eficaz.

Asimismo, es aconsejable tratar a toda la familia al mismo tiempo ya que las personas que se encuentran en la etapa inicial de una nueva infestación pueden ser asintomáticas.