Osakidetza ingresó 7.031 euros el año pasado y otros 8.542 euros en 2020 por el abono del canon de la empresa que explota el servicio de televisión de pago para los pacientes ingresados en hospitales.

Según la información facilitada por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco a petición Rebeka Ubera, parlamentaria del grupo EH Bildu, relativa a los “ingresos que le garantiza a Osakidetza el sistema de televisión instalado en los hospitales”, el acuerdo vigente con la empresa Isern establece un precio máximo de 1,5 euros por hora de uso del televisor de la habitación para pacientes ingresados (cinco euros como máximo al día, 35 euros por semana) mientras que la empresa debe abonar un canon de tres euros por televisor y año a Osakidetza, el equivalente a lo que paga el paciente ingresado por usar tan solo dos horas la televisión.

En cualquier caso, en la respuesta parlamentaria no se precisa cuánto ha sido el dinero recaudado a los pacientes por el consumo de televisión durante su ingreso hospitalario.

Así, en el caso de los hospitales guipuzcoanos, el Hospital Universitario de Donostia recibió el pasado año 1.911,34 euros, el del Bidasoa 286,53 euros, el de Zumarraga 255,27 euros, el de Arrasate 223,25 euros, y el de Eibar otros 214,90 euros. Las cifras recaudas en virtud al canon suscrito fueron idénticas un año antes.

La bajada de 1.500 euros de un año a otro en el cómputo global abonado a Osakidetza (7.031,44 euros en 2021 frente a 8.542,71 euros en 2020) se debe a que desaparece de la lista los ingresos de casi 2.000 euros del hospital de Basurto y se reducen ligeramente los de Galdakao.

Los decimales se deben a la actualización con el IPC al canon de tres euros por televisor y año, tal y como recoge el contrato suscrito que contempla, a su vez, el pago de una sola vez y de forma anual a cada hospital por año vencido y durante un periodo de doce años, quedando el primer año exento del pago de canon alguno a contar desde 2006, tras la subrogación, a favor de Isern SA del convenio con la entidad Inversiones en Máquinas de Distribución de Levante SL del contrato suscrito en diciembre de 2003 para el suministro, instalación y explotación del equipamiento del servicio de telefonía y televisión en habitaciones y cabinas en zonas de uso común de diversos centros de Osakidetza”.

Isern Medical Telecom, la empresa catalana que da servicio a Osakidetza, gestiona más de 25.000 televisores en más de un centenar de hospitales en el Estado (el 80% públicos), según datos de El Español.

Televisión gratis

Aunque en el Estado se ha popularizado que los pacientes ingresados paguen por ver la televisión en su habitación (y con tarifas no precisamente baratas), también se ha empezado tímidamente a devolver la gratuidad del servicio. La Comunidad Valenciana decidió en 2019 dejar de cobrar a los pacientes, que pagaban un máximo de cuatro euros al día, coincidiendo con el final del contrato que les unía a una empresa para prestar este servicio. A su vez, fueron muchos los servicios de salud –también Osakidetza– que durante lo peor de la pandemia del coronavirus decidieron dejar de cobrar por ver la televisión a los pacientes que permanecían ingresados y aislados, si bien poco a poco se volvió a imponer el pago.

Siguiendo el modelo valenciano, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunció ayer que todos los hospitales públicos de esta comunidad tendrán, a partir del próximo año, televisión gratis y después se implantará el wifi también gratuito. “Es un servicio que nos demanda mucho la gente”, aseguró.

No es el caso, sin embargo, de Osakidetza, que sigue cobrando a los pacientes ingresados que desean pasar el rato viendo la televisión en sus habitaciones. “El servicio de televisión no forma parte de ningún servicio sanitario ni se prescribe en ningún tratamiento, sino que se enmarca en servicios adicionales de confort de tipo hostelero, con objetivo de generar una estancia más agradable para quien así lo desee”, fue la respuesta dada a la petición de Facua Euskadi de que dejara de cobrar por ver la televisión en los hospitales públicos vascos, dado que, en su opinión, con este sistema y sus tarifas la Administración pública permite a empresas privadas que “se lucren a costa de los pacientes que deben ser ingresados en el hospital”.