Las denuncias de pinchazos han encendido las alarmas ante una posible ola de casos de sumisión química. Pero, ¿lo son?, ¿se han puesto de moda?, ¿es para algunos una forma de diversión?

Sin restar importancia a los casos que se han ido conociendo, lo cierto es que, de todos ellos, muy pocos han sido denunciados ante las fuerzas de seguridad o la Justicia y, de estos, en solo uno, el de una menor de trece años de Gijón, se han detectado sustancias tóxicas. En concreto, MDMA (éxtasis). Es decir, un alucinógeno que, como tal, produce un efecto energizante. O como ilustra el Plan Nacional sobre Drogas en su web, produce “estimulación mental, emocional y motora, sensación de bienestar y de aumento de fuerza y aguante durante horas (que facilita la realización de ejercicio físico y el baile), así como un característico aumento de la percepción sensorial”.

¿Puede denominarse esto sumisión química? Fuentes policiales consultadas por Efe consideran que los pinchazos que se han denunciado no pueden denominarse así, toda vez que en ningún caso se ha detectado una anulación de la voluntad de la víctima. Tampoco se ha comprobado que la consecuencia del pinchazo haya sido una posterior agresión sexual.

Sumisión química: ¿cómo actuar ante un pinchazo? N.G.

Por ello, las fuentes creen que deben diferenciarse ambas cosas. De todos modos, la Policía no baja la guardia y, se llame como se llame, insta a las víctimas a que denuncien esa agresión. Porque, sea como sea, lo que sí está claro es que es una agresión, dirigida mayoritariamente a las chicas.

Otros expertos dejan claro que ya se ha demostrado en otros países que los casos han ido disminuyendo hasta desaparecer. Una “moda”, dicen, que en Francia dejó recientemente 400 denuncias, pero solo en dos casos se detectó alguna sustancia.

Y hay quien no descarta que, aprovechando la alarma, haya gamberros que se dediquen a pinchar con alfileres a jóvenes durante fiestas o festivales musicales.

Único caso positivo

El único caso en el que las pruebas posteriores al supuesto pinchazo han arrojado un resultado positivo en sustancias tóxicas (MDMA) es el de una menor de trece años que denunció los hechos, ocurridos en las fiestas del barrio gijonés de Montevil.

El caso se encuentra bajo investigación de la Policía Nacional, que centra las sospechas en un hombre de unos 45 años que pudo ser visto por varios testigos y la víctima cuando le pinchó a la altura del gemelo.

Otras víctimas, algunas de las cuales han presentado sus respectivas denuncias, han alzado la voz en redes sociales, donde han relatado el momento en el que sintieron un pinchazo cuando se encontraban en locales o recintos de ocio a lo largo y ancho del país.

“De repente, mi amiga me agarra fuerte del brazo y dice que le han pinchado. Se gira y consigue ver a un chico con una jeringuilla en la mano y salimos corriendo de allí...” Así narra Cristina la supuesta agresión que sufrió su amiga en una discoteca del Puerto de Santa María, en Cádiz.

Su experiencia, resumida en un hilo de Twitter, ha causado miles de reacciones contra este fenómeno, y su testimonio ya contabiliza más de 25.000 “me gusta” y más de 17.000 “retuits”.