a información publicada en Internet sobre personas físicas o jurídicas puede dañar la imagen de los afectados, y el derecho al olvido que regula la normativa europea no siempre sirve para silenciar los datos perjudiciales, con lo que ha surgido un nuevo nicho para servicios que aúnan el mundo jurídico y tecnológico.

Cada dato publicado en Internet produce una huella digital para las personas relacionadas con esa información, pero el derecho al olvido sirve, en la Unión Europea, para que cualquier persona tenga el derecho de pedir eliminar un contenido que le perjudica de alguna manera.

La abogada y especialista en transformación digital Júlia Bacaria explica que el derecho al olvido en la mayoría de casos consiste en desindexar una información de los grandes buscadores, es decir, en eliminar la visibilidad de un contenido, aunque no se suprima la información directamente.

El derecho al olvido sirve para evitar a corto plazo el daño de informaciones que colisionen con otros derechos como el derecho a la imagen, al honor o a la intimidad, pero tiene sus límites, reitera Bacaria, como son la libertad de prensa, la libertad de información o el interés público.

En los casos en los que se deniega a una persona ejercer el derecho al olvido, se puede acudir a la Agencia Española de Protección de Datos e iniciar un proceso administrativo, o incluso llegar a un proceso judicial más profundo. Pero los procesos judiciales tardan meses o años en resolverse; mientras tanto, la información puede seguir dañando la imagen de las personas afectadas.

El abogado y cofundador de una nueva startup de Barcelona dedicada a la eliminación de contenido en Internet, Gonzalo Sivatte, describe el caso de una persona que aparecía en informaciones que la vinculaban a casos de corrupción, sin que estuviese encausada directamente. “En los archivos del banco de nuestro cliente constaban las informaciones sobre corrupción, y por ello le negaron el acceso a créditos. La consecuencia: se paralizó toda su actividad empresarial”, describe. Coincidiendo con Bacaria, Sivatte remarca que no todo contenido es eliminable y que, como empresa que se dedica a suprimir contenido de Internet, hay que tener claros los límites.