El adiós de José Ignacio Munilla, el prelado más conflictivo y reaccionario que ha tenido la Iglesia vasca en los últimos tiempos, se ha convertido este mediodía ante los medios de comunicación en una cuidada puesta en escena. El hasta ahora obispo de Donostia, rodeado de vicarios, ha confirmado su marcha sin salirse una coma de un guión que parecía muy estudiado, alejado de sus polémicas declaraciones.
Las mismas que han marcado doce años de episcopado en los que ha hecho gala de un estilo doctrinal que ha fracturado la diócesis y que actualmente le situaba en las antípodas del mensaje conciliador del papa Francisco.
Cuando ya se había convertido en un secreto a voces su marcha, el prelado prolífico en medios de comunicación ha convocado una rueda de prensa con carácter de urgencia para dar a conocer que este martes ha sido nombrado obispo de Orihuela (Alicante) en sustitución del valenciano Jesús Murgui.
La toma de posesión será el 12 de febrero y hasta entonces Munilla continuará como administrador de la Diócesis de Donostia. Una semana antes, el domingo 6 de febrero, tendrá lugar la eucaristía de despedida en la catedral del Buen Pastor.
El obispo ha comparecido en el claustro del Seminario, donde ha recibido a los medios entregado a la oración. La cuidada disposición del mobiliario y los carteles dispuestos en varios puntos del edificio indicando el lugar exacto donde iba a tener lugar la rueda de prensa parecían indicar que el carácter de urgencia de la convocatoria, al menos de puertas adentro, no era tal.EL "PELIGRO" DE LAS ESTRATEGIAS PERSONALES
"Acojo con paz, gratitud y confianza la nueva encomienda". Han sido sus primeras palabras poco después del rezo del Ángelus. Como si hubiera querido remedar aquel "pobre y humilde", con el que tomó posesión como obispo hace doce años, el mensaje de despedida ha sido extremadamente conciliador.
Preguntado por este periódico por la polémica que le ha acompañado a su mandato desde que llegó a Gipuzkoa, Munilla se ha ceñido a estas palabras del comunicado. "Si bien es cierto que la Iglesia es sinodal, al mismo tiempo es apostólica y jerárquica, y ese principio nos preserva del peligro de diseñar la vida eclesial desde nuestras estrategias personales".
Este periódico ha vuelto a insistir tras la comparecencia por el sentido de esa expresión y la posible desautorización del Papa, o las acusaciones de haber provocado "un agujero de más de un millón de euros" en las arcas de la diócesis, como le llegó a acusar un grupo de curas, religiosos y laicos.
"Con respecto a tu pregunta, las palabras del comunicado encierran más significado del que parece", ha respondido amablemente, con la simpatía que siempre le ha caracterizado en la distancia corta. Buena muestra de la importancia que el obispo le da a la imagen la ofrecía su hermano Esteban, que en una sala anexa seguía frente a varias pantallas la emisión en directo.
Aunque no ha querido entrar en detalles, el obispo ha reconocido que su mandato ha tenido momentos complicados. "No he venido a hablar de ello, pero durante los últimos doce años ha habido muchos momentos difíciles. Sería imprudente elegir uno en concreto, pero las cosas más hermosas acontecen en el anonimato", ha señalado a los medios.
Munilla dice acoger con "obediencia gozosa" la nueva encomienda y ha animado a todos los fieles guipuzcoanos a vivir con el mismo espíritu de confianza la llegada del nuevo prelado al frente de la diócesis de Donostia, sobre quien el mutismo es por el momento absoluto. "Con toda seguridad, el santo padre buscará el mejor de los relevos posibles para el pastoreo de nuestra diócesis", ha asegurado.
"Me parece clave que nos comprometamos todos los católicos a orar por esta intención con el compromiso de brindar una acogida plena a quien sea designado como obispo de San Sebastián antes de conocer su nombre".
Munilla se ha servido del adagio mutatis mutandis, frase que en latín significa "cambiando lo que se debía cambiar", para reflexionar sobre el momento actual. "Animo a todos los fieles diocesanos a vivir en sintonía y plena comunión sin paralizar nuestro ritmo de evangelización". El todavía obispo de San Sebastián ha confirmado que la próxima semana viajará a Roma para mantener un encuentro con el papa Francisco.