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“En la carretera no hay vuelta atrás”

víctimas de accidentes de tráfico, policías y bomberos ofrecen su testimonio a alumnos de institutos de donostia en el programa educativo ‘don’t be dummy’

“En la carretera no hay vuelta atrás”

Arbilla narró cómo su parálisis en las piernas dificultó su modo de vida, distinto al del resto de amigas y amigos. No obstante, logró obtener el permiso de conducir. “No me da miedo la carretera, pero al adelantar un camión sí que me da respeto”, confesó. Por otro lado, destacó que un accidente de tráfico marca y afecta “a todos los de alrededor”.

A la segunda sesión del día, celebrada en el Teatro Principal de Donostia, acudieron estudiantes de entre 15 y 18 años de los centros Xabier Zubiri Manteo, Antigua-Luberri, Bidebieta y La Salle. La charla estuvo dirigida en todo momento por Dummy, personaje inspirado en los Dummy Crash, maniquíes que los fabricantes de vehículos utilizan para simular impactos y testar la seguridad de sus nuevos coches.

Además de Alaitz Arbilla, intervinieron Agustín, ertzaina, e Iñaki, policía municipal. El miembro de la Ertzaintza explicó que “durante el año 2017 se registraron alrededor de 3.700 accidentes de tráfico en toda Gipuzkoa, en los que unas 400 personas dieron positivo por alcohol y otras 60 positivo por drogas”.

Iñaki, por su parte, relató experiencias que ha vivido a lo largo de sus años de profesión, con intención de contextualizar la situación e ilustrar la peligrosidad de no estar concentrado al volante. Aconsejó a los estudiantes congregados “respetar los límites de velocidad y utilizar el transporte público cuando se hayan ingerido sustancias que puedan dificultar la conducción, como el alcohol y las drogas”. Además, a lo largo de la sesión se subrayó el riesgo de las bicicletas, víctimas también de muchos accidentes.

La ponencia contó con la presencia de otro de los colectivos de mayor importancia en labor de accidentes viales: los bomberos. Asier, integrante del cuerpo, plasmó el choque emocional que supuso su primer rescate, donde hubo una víctima mortal de tan solo 12 años. Un hecho que le marcó para el resto de su trayectoria y que sigue recordando con el paso de los años.

En la sesión se proyectaron algunos vídeos en los que se complementaban los testimonios de los distintos protagonistas. “La vida no es como un videojuego, no se puede hacer replay y volver para atrás”, destacaba Dummy, que calificó la velocidad, el alcohol y las drogas, y las distracciones como “los tres asesinos”.

“Estoy concienciada de que por muy corto que sea el trayecto me tengo que poner el cinturón. Eso puede cambiar muchísimas cosas”, confesó Marta Garín, alumna de La Salle. Al igual que su compañera, Kerman Gallego y Ander Lacalle estudiantes de 17 años, quedaron asombrados con los testimonios ofrecidos. “Me ha impactado mucho, sobre todo la parte que sufren los de tu alrededor”, admitió Gallego. “Aunque todavía no tenemos coche, se ve que dentro de cierto tiempo es algo que te puede pasar a ti o a cualquier miembro de tu familia”, apostilló Lacalle.

Eneko Goia, alcalde de Donostia, y Estefanía Beltrán de Heredia, consejera de Seguridad del Gobierno Vasco, estuvieron presentes entre las butacas del público. “Más allá de los números, que suelen ser fríos, lo difícil es poner nombre a esos números. En un segundo puede cambiar la vida de muchas personas. Si hay leyes es por algo, no son un capricho”, recordó Goia a los presentes. Por su parte, Beltrán de Heredia destacó la importancia de evitar las distracciones. “No hay que coger el coche con prisas, lo importante es llegar y no distraerse”, afirmó, ya que durante los últimos tiempos conducir mientras se usa el móvil ha causado muchos siniestros.

La sesión finalizó con una última reflexión por parte de Dummy: Para ti no hay repuesto(s), lema bajo el se cimenta la campaña. Asimismo, la iniciativa Don’t be Dummy organiza un concurso en el que pueden participar jóvenes de entre 16 y 20 años que estudien en Euskadi. Habrá dos modalidades: una de vídeo, para historias creativas que reflejen situaciones de riesgo al volante, y la de audio, para mensajes “claros y breves”.