Moscú - Varios de los célebres gatos del Hermitage de San Petersburgo, una de las mejores y mayores pinacotecas del mundo, murieron ayer en un incendio registrado en uno de los sótanos del museo y que ya pudo ser sofocado.
"En el sótano se encontraban varios gatos pero, por desgracia, no pudimos salvar a todos", señaló un comunicado en la web del Hermitage. Por su parte, en el servicio de prensa del Hermitage no quisieron responder a una pregunta de Efe sobre el número exacto de los famosos guardianes del museo que perdieron la vida en el incidente.
Según los medios, al menos cuatro felinos del legendario museo murieron en el incendio que obligó ayer por la mañana a evacuar de la pinacoteca a una veintena de personas y cerrarlo temporalmente para el público.
Los gatos del Hermitage son, según su director Mijaíl Piotrovski, una parte importante de la vida del museo y una de sus leyendas vivas. Los felinos, cuyo número asciende en la actualidad a unos 70, viven en el Hermitage desde su fundación en 1764 para proteger de los ratones a las numerosas obras de arte que albergan las galerías de la pinacoteca.
Con el auge de las nuevas tecnologías, los gatos del Hermitage se hicieron con su propia página web y con cuentas en redes sociales, donde cualquiera puede acceder a la información sobre la patrulla felina, ver imágenes de sus "guardias" por el museo y conocer otros detalles de su día a día.
El Museo del Hermitage de San Petersburgo es una de las mayores pinacotecas del mundo. La colección del museo ocupa un complejo formado por seis edificios situados a la orilla del río Neva, siendo el más importante el Palacio de Invierno, residencia oficial de los antiguos zares. El museo se fundo en 1764, cuando la emperatriz Catalina la Grande compró una colección de 225 obras de pintura flamenca y holandesa al comerciante Johann Ernest Gotzkowsk.
El primero que utilizó los gatos en la Casa Real rusa fue el zar Pedro I cuando trajo uno de Holanda. Pero, debido al terror que su hija la emperatriz Isabel tenía a los ratones, amplió el número instalando en el Palacio de Invierno una camada traída de Kazan. Sería la emperatriz Catalina la Grande la que los llevaría al museo para proteger las obras de arte de los roedores consiguiendo el estatus de guardias oficiales. Los gatos del museo fueron testigos y sobrevivieron al derrocamiento de los zares, a la Primera Guerra Mundial, la Revolución de Octubre de 1917 y la posterior Guerra Civil, pero no pudieron hacerlo a la terrible hambruna desatada en la Segunda Guerra Mundial durante el sitio de Leningrado -ahora San Petersburgo-. El cerco duró casi 900 días, desde 1941 hasta 1944, y la escasez de alimentos provocó actos de antropofagia... y los gatos no corrieron mejor suerte. Cuando terminó el bloqueo, la ciudad comenzó a recuperar la normalidad, recuperando los gatos su puesto de trabajo. - Efe