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“El cloro es un producto químico, y por lo tanto, muy inestable”

Los posibles síntomas de una intoxicación de este tipo son muy variados y la rápida actuación es “fundamental”

“El cloro es un producto químico, y por lo tanto, muy inestable”

DONOSTIA - “La hipótesis más plausible a una intoxicación por cloro es que una serie de sustancias nuevas hayan producido una reacción tóxica”. Así al menos lo indica la bióloga y responsable de contenidos de Eureka Zientzia Museoa de Donostia, Larraitz Etxeberria, ante la posible causa de la intoxicación en las piscinas del polideportivo de Tolosa. “Tenemos que tener en cuenta que el cloro es un producto químico, y como tal, es muy inestable. Ante cualquier mezcla puede saltar”, añade.

La investigación que se está llevando ya a cabo en las piscinas tolosarras esclarecerá lo sucedido, pero en opinión de la bióloga, “seguramente tenga que ver con la hipótesis más común y haya sido el resultado de una reacción ante una mezcla”.

Una intoxicación por cloro puede producir síntomas muy variados, así como afectar a muchas zonas del cuerpo. “Suele generar daños a muchos niveles, depende de la intoxicación y el tiempo que se ha estado expuesto”, señala Etxeberria. De este modo, esta puede afectar al área respiratoria, con una fuerte irritación en la garganta, sobre todo a aquellas personas con dificultades a la hora de respirar; ojos irritados que pueden llegar incluso a quemarse; malestar en la nariz; quemaduras en la piel y daños gastrointestinales.

Aunque estos son los síntomas más comunes, la intoxicación por cloro puede incluso llegar a afectar a la sangre. “Puede producir un cambio significativo en el nivel ácido de la sangre y ello puede afectar a todos los órganos”, explica la bióloga.

La importancia de actuar al momento ante una intoxicación de este tipo es, en palabras de Etxeberria, “fundamental”. “Hay que ponerse en contacto con los servicios de emergencia a la mayor brevedad posible, y mientras tanto es muy importante aclararse con agua los ojos y la nariz”, indica.

En opinión de la responsable de contenidos de Eureka Zientzia Museoa, los niños suelen ser los más vulnerables puesto que necesitan de una mayor proporción respiratoria. No obstante, Etxeberria explica que la mayoría de afectados en Tolosa eran menores, no porque sean más vulnerables, “sino porque en las piscinas durante el verano suele haber un mayor número de ellos”.

Por otra parte, las secuelas ante una reacción así suelen depender del tipo de gas con el que se haya mezclado. “La lejía tiene como base principal el cloro y sabemos de su peligrosidad, por lo tanto, estamos alertados de sus posibles impactos”, expresa la bióloga.

A este respecto, Etxeberria señala que “durante la Primera Guerra Mundial se utilizó el cloro mezclado como arma química, por lo que puede incluso llegar a ser mortal”. Eso sí, añade, “es impensable unos niveles de daño comparables en una piscina”. - A.Z.