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El kaiku renovado de la abuela

a raíz de un kaiku heredado, oihane pardo ha querido recuperar y actualizar esta prenda para devolverla al uso diario a través de su proyecto ‘amarenak’

El kaiku renovado de la abuela

del abuelo a la abuela, de la abuela a la madre, y de la madre a Oihane. Una prenda que ha pasado de generación en generación es la semilla de este proyecto emprendedor. Amarenak es una iniciativa que transforma los tradicionales kaikus en abrigos actuales pero con tradición. Los usaban los arrantzales, marinos y balleneros para protegerse del viento y la lluvia. Incluso las abuelas comenzaron a confeccionarlos para sus maridos y nietos, que los llevaban al colegio. No obstante, a día de hoy, esta prenda apenas se usa ni se conoce.

“Todo empezó porque heredé de mi abuela un kaiku y lo utilizaba siempre, como mi abrigo favorito. He vivido en Bruselas, Barcelona y China durante los últimos años y siempre me lo llevaba. Al final se empezó a poner vieja la tela y fue cuando quise comprar uno nuevo, cuando me di cuenta de que en las tiendas lo vendían más como un souvenir que como un abrigo”, relata la impulsora del proyecto, Oihane Pardo. Intentó copiarlo y el resultado no le gustó solo a ella, sino que amigos y familia le encargaron varias piezas.

Entonces decidió hacerlos por ella misma, pero, para seguir con su filosofía personal, que se centra en ropa de diseños europeos, y bajo unos estándares de respeto a los derechos humanos. “Me parecía que no podía tener esa reivindicación y luego montar una marca en contra de mis propios ideales”, defiende. Así que tuvo claro que no reproduciría kaikus en China y que volvería a Donostia. Consiguió ganar una convocatoria de emprendizaje -Yuzz- de Fomento San Sebastián, dejó su puesto de arquitecta y se lanzó.

Entre marzo y el pasado mes de septiembre la donostiarra y su hermana han preparado la primera tirada, de diseño un poco más moderno. “Lo he entallado un poco más y las mangas son más estrechas. Pero se mantienen las características principales de la prenda”, explica. Los materiales se parecen lo más posible a los originales. Adquieren las telas de Barcelona, una lana con 90% de cashmere, y de un proveedor artesano de un pueblo de Castilla La Mancha, que trabaja con lana de oveja merina.

Los productos artesanos aumentan el precio final en las tiendas, que se sitúa en 195 euros. Pero la plataforma de crowdfunding Goteo permite a Pardo hacer una prueba con una colección cápsula. En la web (www.goteo.org/project/amarenak-reinventando-el-kaiku) “se puede ver muy claramente el presupuesto” para saber de dónde sale ese precio y visibilizar el trabajo que hay detrás. “Así veremos si la gente lo valora”, añade.

El jueves 22, el dinero recaudado eran 3.227 euros, de los 7.708 euros mínimos para sacar adelante la colección. “Todavía hay 33 días, pero queda mucho porque gran parte de los aportes que tenemos ahora son de conocidos. Este es el momento de llegar a la gente que no nos conoce”, destaca esta joven. Además, por cada euro que se dona, la Diputación de Gipuzkoa dobla la aportación hasta un máximo de 100 euros. Así, las personas que apoyen la causa, tendrán la “ventaja de hacerse con un kaiku a un precio súper rebajado”, apunta.

Recuperar más prendas

El kaiku renovado puede interesar tanto a locales, que “valoren la tradición y les evoque un recuerdo o sentimiento”, como a turistas que quieren un recuerdo útil de Euskadi. Pero no un souvenir. Huyendo de esa idea, Pardo anuncia que el tipo de tiendas en las que estará disponible su creación serán comercios que apoyen su visión. “Una de las tiendas apalabradas está en Tolosa, GKO Gallery, y apuesta por los diseñadores locales y las prendas exclusivas”, comenta.

Amarenak no se queda aquí. Si esta primera idea funciona, tratarán de recuperar otras chaquetas y abrigos tradicionales. “Hemos hablado con museos, como el Museo Naval Donostiarra y el Museo Zumalakarregi, y tenemos acceso a sus archivos para recuperar prendas”, sentencia Pardo, quien espera cumplir este sueño.