donostia - Ni rastro de las más temidas del verano. El mal tiempo que se ha adueñado este año de la época estival no solo ahuyenta a las personas de las playas. También a ellas, las medusas. Tan solo se llevan contabilizadas cinco atenciones por picaduras. A falta de los datos del balance final del estío, que se harán públicos la semana que viene, la sensación de este verano ha sido “muy tranquila”. Así lo corrobora a este periódico Juan Ramón Barrena, director de Salud y Socorros de Cruz Roja en Gipuzkoa. “El año pasado tuvimos 3.141 atenciones por picaduras en el mismo periodo de tiempo y este año hemos tenido cinco”.

Sus palabras resultan a todas luces elocuentes. Este radical descenso se debe al mal clima que, por un lado, “hace que no vengan tantas personas a la playa como el año pasado. Por ese motivo, las picaduras de medusas son menores”. Pero no solo por ello. El tiempo, en ocasiones adverso, ha disminuido la temperatura del agua del mar, “un factor fundamental que influye en la menor aparición de medusas”. “El año pasado tuvimos días de 24, 25 y hasta 26 grados en el mar, mientras que este, la máxima del agua ha sido de 22 grados”, explica.

Puede parecer un dato menor, pero estos grados han marcado la diferencia. Un estudio facilitado a este periódico por el centro tecnológico Azti Tecnalia confirma que la variabilidad climática es la mayor influencia en la proliferación, o en este caso en la disminución, de medusas, por encima de sus depredadores. De esta manera Barrena asegura que no se dibuja ninguna tendencia en los últimos años, y que todo depende “de las variaciones del clima”.

Entre julio y agosto, no ha habido huella de estos seres en Donostia, ya que las picaduras se han producido en Zarautz, en Getaria y tres en Hondarribia. “Todas ellas han sido leves. Una pequeña erupción rojiza con picor, que tratada adecuadamente en el puesto de socorro, ha evolucionado adecuadamente”, informa.

la mitad de asistencias El bajo número de picaduras de medusa ha convertido esta causa en el último motivo de asistencia sanitaria en lo que va de verano, mientras que en 2013 fue la primera. De ahí que el número total de asistencias se ha reducido casi hasta la mitad de un año para otro. “Las atenciones sanitarias se han reducido prácticamente a la mitad, porque el año pasado teníamos al rededor de 6.700 atenciones y este año hemos obtenido 3.735. Todo se debe, principalmente, a que ha habido menos atenciones de medusas”, argumenta el director de Salud y Socorros.

Por lo general, el motivo de atenciones que suele concentrar al mayor número de heridos, “quitan-do el año pasado que fue una excepción”, son los cortes y heridas.

Por el momento, han sido algo más de 1.500 atenciones, que se podrían evitar “extremando las medidas de precaución”. Aunque Barrena admite que “al andar descalzos y no respetar los límites con la zona deportiva del mar, se producen este tipo de incidentes”, sobre todo en los lugares donde se intercalan los bañistas y los surfistas. Porque los primeros reciben cortes de las tablas de los surfistas. “La culpa la repartimos entre todos. Hay que respetar siempre las órdenes de los socorristas, y respetar las banderas”, aconseja. “Si todo el mundo lo hace, no tiene porqué haber deportistas en zona de baño, ni bañistas en zona de deporte”, manifiesta.

Las picaduras de sabirón son “inevitables”. Estos peces, que en junio y julio han provocado 700 asistencias, “están justo en la orilla del mar, donde a la gente le gusta pasear, mojándose los pies”. También explica que “las púas de este pez salen en ese momento y provocan el picor”, pero añade que “son unas atenciones leves, sin trascendencia”.

Los esguinces, las fracturas y las luxaciones han sido, “como siempre”, el tercer motivo de atenciones. “Personas que juegan a palas o a fútbol y se pueden dar un golpe”, dice. Este año han sido 415 casos.

Por último, aunque por encima de las picaduras de medusas, están las de anémona (255) y las de insectos (236), que han superado holgadamente a las molestas medusas.

Barrena valora este verano como tranquilo, y estable. “Hasta la fecha ha sido bastante normal, la menor incidencia de medusas, nos ha hecho estar más tranquilos”, concluye.