La lluvia se retiró por unos minutos. Incluso lució el sol. Y el salón de plenos del Ayuntamiento se llenó hasta la bandera para inaugurar el acto. Donostia brindó un sentido homenaje ayer a sus ciudadanos ejecutados durante el franquismo, y el reconocimiento no pudo resultar más redondo. Por meteorología. Por asistencia. Por emotividad. Y por política también, ya que la jornada contó con la asistencia de todos los grupos municipales, incluido el Partido Popular.

El alcalde, Juan Karlos Izagirre, recordó que existen “dos clases de historia, la que se escribe en los libros y la que se esconde”. “Pero la verdadera historia la escriben las personas. Y un pueblo que no conoce su historia es un pueblo ignorante y herido”, añadió el primer edil de la capital guipuzcoana. “Así es difícil seguir adelante, pero nosotros queremos hacerlo, y de ahí este reconocimiento. Ha habido que esperar muchos años, lo estamos haciendo tarde, pero así homenajeamos a las casi 400 personas ejecutadas en Donostia. De alguna manera, buscamos hacer justicia. También pretendemos que el pasado de la ciudad esté presente, y avanzar así hacia la paz y la convivencia”, sentenció Izagirre.

Dieron continuidad al acto interior piezas audiovisuales, actuaciones de dantzaris y txistularis y entregas de obsequios, en este último caso protagonizadas únicamente por medio centenar de familiares de ejecutados. La relación que maneja el Ayuntamiento de Donostia alude a un total de 377, si bien la participación ayer fue menor ya sea porque no se ha podido establecer contacto con familiares, ya sea porque las personas más allegadas a los ejecutados ya han fallecido. La mayoría de las muertes se produjeron durante los primeros años de la dictadura, principalmente a lo largo del alzamiento militar. Según se especificó en el homenaje, primaron los fusilamientos, si bien también hay documentadas ejecuciones mediante el garrote vil.

Escultura ‘dual’

Pieza de acero

Parte del paisaje

El colofón a la mañana de homenajes se produjo en el exterior del Ayuntamiento, con la inauguración de la escultura Dual, obra de Amaia Mateos y Tomás Villanueva, y que obtuvo el primer premio en el concurso de ideas organizado por la Casa de Paz y los Derechos Humanos.

La obra, cuyas réplicas se entregaron ayer a los familiares asistentes, es una pieza de acero con 400 perforaciones, en alusión al número de personas ejecutadas, y ya forma parte del paisaje de la capital guipuzcoana, en la calle Ijentea frente al Palacio Goikoa. l