madrid. El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, aseguró ayer que el organismo "cifra en 100 millones" de euros la inyección presupuestaria extraordinaria que necesitan para "poder cerrar el año". Según explicó, si esta transferencia del Gobierno no llega a esta cantidad habría "un cataclismo" y el CSIC "no podría seguir". Lora-Tamayo lo pidió en una rueda de prensa, en la que calificó la situación del principal organismo de investigación del país de "mucho peor que delicada".
Lora-Tamayo también explicó que desde 2008 el CSIC ha recibido por parte del Gobierno 180 millones menos, lo que sumado a una disminución en la obtención de recursos propios ha provocado un déficit de 102 millones de euros. El pasado 28 de junio el Gobierno aprobó un crédito extraordinario para I+D de 104 millones de euros, de los que 25 son para el CSIC. Respecto a ello, el presidente apuntó que ahora pueden trabajar hasta septiembre u octubre, fechas en las que esperan la nueva inyección, pero "no permite pasar de ahí". "Así que, necesitamos imperiosamente que esa cantidad de 75 millones se materialice en septiembre para poder llegar a final de año", insistió. En este sentido, relató que el pasado año, donde la situación ya empezaba a ser "angustiosa", el CSIC encargó un informe a la Inspección General de Hacienda. En él se dibujaba un panorama difícil para este organismo, que ha pecado de excesiva burocracia e inapropiada contabilidad. Ante esto, el CSIC puso en marcha un plan de viabilidad, con medidas de ajuste para reducir el gasto y aumentar los ingresos. Así, según Lora-Tamayo, en 2012 el CSIC logró ahorrar 60 millones de euros y este año lleva 36 millones.
Entre las medidas llevadas a cabo, el cierre de centros de investigación del CSIC durante dos semanas en verano, lo que se va a repetir este año en una veintena, y no volver a convocar, por ejemplo, el programa JAE (Junta para la ampliación de estudios).